¡®Sobre el nacionalismo¡¯, las adormideras y la historia

En el discurso de apertura del curso acad¨¦mico 1993-1994 en la Universidad Centroeuropea de Budapest, Eric Hobsbawm afirmaba que la historia era ¡°la materia prima de la que se nutren las ideolog¨ªas nacionalistas, ¨¦tnicas y fundamentalistas, del mismo modo que las adormideras son el elemento que sirve de base a la adicci¨®n a la hero¨ªna¡±. El pasado es imprescindible, insist¨ªa el autor, para los nacionalismos; el pasado legitima, y ¡°cuando no hay uno que resulte adecuado, siempre es posible inventarlo¡±. El historiador debe reaccionar frente a los intentos de sustituir la historia por el mito y por la invenci¨®n y denunciar los anacronismos derivados de la ideolog¨ªa. Siempre exist¨ªa la posibilidad, en sus palabras, de que los estudios hist¨®ricos ¡°se conviertan en f¨¢bricas clandestinas de bombas como los talleres en los que el IRA ha aprendido a transformar los abonos qu¨ªmicos en explosivos¡±.

Sabias opiniones, las aqu¨ª citadas, de un acad¨¦mico que denunci¨® en muchas ocasiones los peligros del nacionalismo y que consideraba que, en teor¨ªa, ning¨²n marxista pod¨ªa ser nacionalista. Esta actitud le impulsaba a estudiar y comprender este fen¨®meno central de la ¨¦poca contempor¨¢nea. Se convirti¨® en referente ine?lu?di?ble, junto con Ernest Gellner o Benedict Anderson, entre los te¨®ricos y analistas del nacionalismo denominados modernistas o constructivistas. Ten¨ªan los historiadores, en opini¨®n de Hobsbawm, una gran responsabilidad a la hora de criticar los abusos pol¨ªticos e ideol¨®gicos de la historia. Todos estos temas estaban ya en la base de una de sus obras m¨¢s comentadas y pol¨¦micas: Naciones y nacionalismo desde 1780 (1990). Una de las frases m¨¢s contundentes y acertadas que pod¨ªan encontrarse en aquellas p¨¢ginas ¡ªy que, en Espa?a, levant¨® grandes sarpullidos entre historiadores y pseudohistoriadores nacionalistas¡ª era la siguiente: ¡°Ning¨²n historiador serio de las naciones y el nacionalismo puede ser un nacionalista pol¨ªtico comprometido¡±.

El parlamento pronunciado en la capital h¨²ngara constituye el primer cap¨ªtulo de Sobre el nacionalismo, la obra de Eric Hobsbawm (1917-2012) que acaba de llegar a las librer¨ªas espa?olas. A la larga lista de publicaciones que este destacado e influyente historiador brit¨¢nico dio a la imprenta durante su vida, se han ido a?adiendo otras de manera p¨®stuma. Mientras que en 2016 se agruparon sus escritos sobre Am¨¦rica Latina (?Viva la revoluci¨®n! Sobre Am¨¦rica Latina), ahora acaba de editarse un volumen, preparado por Donald Sassoon, que re¨²ne textos dedicados al nacionalismo. De los 23 escogidos, 8 se publicaron en la ¨²ltima d¨¦cada del siglo XX, media docena lo hicieron en los setenta y otros 6 en los ochenta. Un par corresponden al decenio de 1960 y el ¨²ltimo vio la luz en 2005. Han sido distribuidos en dos partes: ¡®El nacionalismo en la historia¡¯ y ¡®Los peligros del nacionalismo¡¯. En la primera podemos encontrar sobre todo colaboraciones en obras colectivas y fragmentos o cap¨ªtulos de algunos de sus libros, como La invenci¨®n de la tradici¨®n o la c¨¦lebre trilog¨ªa formada por La era de la revoluci¨®n (1789-1848), La era del capital (1848-1875) y La era del imperio (1875-1914). La segunda, en cambio, contiene art¨ªculos de m¨¢s alta divulgaci¨®n y rese?as publicados en revistas, especialmente en New Society, Marxism Today o London Review of Books. Destaca uno de 1983 dedicado a la guerra de las Malvinas.

Tradiciones que se reclaman como antiguas resultan, con harta frecuencia, recientes y son producto de la invenci¨®n

En distintas partes y pasajes del volumen se sostienen algunos argumentos fundamentales: la naci¨®n y el nacionalismo constituyen fen¨®menos hist¨®ricos bastante novedosos, no anteriores, en cualquier caso, a fines del siglo XVIII; el nacionalismo es hijo de las revoluciones, en especial de la de 1789; fuera de Europa resulta dif¨ªcil hablar de nacionalismo en el Ochocientos ¡ªquiz¨¢ la afirmaci¨®n m¨¢s discutible, a mi modo de ver¡ª; la naci¨®n no es algo espont¨¢neo, sino que requiere ser construida, y sustituye a todos los dem¨¢s centros de lealtad; el nacionalismo, inicialmente vinculado a la modernidad, al liberalismo y a los sectores burgueses, se decant¨® hacia la derecha pol¨ªtica a finales del siglo XIX; el nacionalismo cl¨¢sico liberal era integrador, mientras que el m¨¢s reciente, con la ayuda de la etnicidad, insiste en la separaci¨®n; las naciones sin pasado son una contradicci¨®n in terminis y el error hist¨®rico una constante en ellas; la identificaci¨®n entre lengua y naci¨®n aparece como ficticia y fuente de conflictos (¡°la pol¨ªtica ling¨¹¨ªstica es la pol¨ªtica de la sinraz¨®n¡±); las tradiciones que se reclaman como antiguas resultan, con harta frecuencia, recientes y son producto de la invenci¨®n. Sobre este ¨²ltimo punto, en concreto, se reproducen los dos textos que el autor elabor¨® para una obra codirigida con Terence Ranger, La invenci¨®n de la tradici¨®n (1983), destinada a convertirse en un cl¨¢sico de la historiograf¨ªa sobre el nacionalismo.

Otras cuestiones reciben asimismo atenci¨®n en Sobre el nacionalismo, desde la di¨¢spora jud¨ªa, Israel y el sionismo hasta las vicisitudes del internacionalismo obrero como v¨ªa superadora de los l¨ªmites de la naci¨®n. Revisitar a Hobsbawm, en cualquier caso, resulta siempre estimulante. Cierto es que, en ocasiones, la jerga marxista rechina bastante, lo que constituye una buena muestra de una realidad historiogr¨¢fica que, felizmente, hemos dejado atr¨¢s; pero, a pesar de ello, la obra de este historiador brit¨¢nico resiste bien, en general, al paso del tiempo. Vivimos en un principio de centuria en el que los nacionalismos han adquirido de nuevo en todo el mundo, tras el espejismo de su supuesto retroceso en las d¨¦cadas de 1970 y 1980, una gran trascendencia. Las advertencias de Eric Hobsbawm sobre las adormideras y la historia resultan, hoy como ayer, de enorme utilidad.

Sobre el nacionalismo

Autor: Eric Hobsbawm.

Traducci¨®n: Carme Castells.

Editorial: Cr¨ªtica, 2021.

Formato: tapa blanda (424 p¨¢ginas, 24,90 euros) y e-book (10,99 euros).

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