Las familias felices no venden libros
En el nuevo curso literario triunfan las historias sobre relaciones de parentesco
Adem¨¢s de uno de los debates de moda, la nostalgia es un g¨¦nero literario. La palabra procede del griego nostos, que, de hecho, nombra el subg¨¦nero al que pertenece la Odisea. Nostos significa regreso y, particularmente, regreso a casa. Y eso, volver a casa, es lo que lleva haciendo la ficci¨®n occidental desde que ech¨® a andar. A veces, como en las series de televisi¨®n, para corregir lo que sali¨® mal en la primera temporada: es lo que va del Antiguo Testamento al Nuevo, de la familia desestructurada a la sagrada familia, de Eva, Ad¨¢n, Ca¨ªn y Abel a Mar¨ªa, Jos¨¦, Jes¨²s y el Esp¨ªritu Santo. El famoso arranque de Ana Karenina afirma que todas las familias felices se parecen y que las infelices lo son cada una a su modo. Tal vez por eso la felicidad familiar d¨¦ tan poco de s¨ª desde el punto de vista narrativo. Tal vez por eso este oto?o viene cargado de historias familiares. Entre ser h¨ªmnica o elegiaca, la literatura se ha decantado tradicionalmente por lo segundo, aunque el lamento vaya acompa?ado de liberaci¨®n. Hoy es dif¨ªcil encontrar himnos fuera del reguet¨®n.
1. En esta casa no hay secretos
Una de las novelas m¨¢s esperadas de la temporada se titula, sencillamente, La familia. La firma Sara Mesa, la publica Anagrama y lo de sencillamente es un decir, porque ya sabemos que la palabra suele venir con doble fondo. La anterior de Mesa, Un amor, se convirti¨® en un fen¨®meno, y en esta vuelve a conjugar los retos a la moral tradicional de aquella con la maestr¨ªa para, como en Cara de pan, hacer veros¨ªmiles a esos personajes capaces de arruinar un rodaje o un relato: los ni?os. El respeto, el miedo, el amor, la obediencia y los l¨ªmites entre ellos marcan aqu¨ª el terreno de juego. ¡°?En esta familia no hay secretos!¡±, dice un personaje llamado, sencillamente, Padre. Una frase que parece ven¨ªa del G¨¦nesis. Y que conduce al Apocalipsis (en griego, revelaci¨®n). En un ¨¢mbito similar (y con playa, para ampliar el para¨ªso) se mueve Miguel ?ngel Oeste en una historia de maltrato cuyo t¨ªtulo lo dice todo: Vengo de ese miedo (Tusquets). Y de un tiempo similar, el tardofranquismo, viene la familia protagonista de Mientras estamos muertos (P¨¢ginas de Espuma), el nuevo libro de cuentos de Jos¨¦ Ovejero, cuyo protagonista comparte el deseo de huir con la de la novela de Pilar Ad¨®n De bestias y aves (Galaxia Gutenberg) y con las tres mujeres atrapadas en La ciudad (Lumen), de Lara Moreno. Finalmente (tambi¨¦n es un decir), el 22 de septiembre llega a las librer¨ªas otro de esos libros escritos por una autora que puso el nivel alt¨ªsimo en el anterior: Aixa de la Cruz. Si en Cambiar de idea hurg¨® en sus propias heridas, en Las herederas traza el retrato coral de cuatro nietas que deben hacerse cargo de la herencia de su abuela, empezando por la casa del pueblo. Pueblo, casa, herencia. ?Qu¨¦ puede salir mal?
2. Padres, hijos y otros animales
¡°Los amigos son la disculpa que nos ofrece dios por habernos dado a nuestros parientes¡±. A Christopher Hitchens, que no ha vivido para ver apu?alado a su querido Salman Rushdie, le gustaba citar esa frase. De ser verdad, dios debe estar ahora mismo inspirando a los creyentes una tonelada de libros sobre la amistad, porque, insistimos, este oto?o la lista de la compra familiar es todo un ¨¢rbol geneal¨®gico ca¨®ticamente formado por autores en espa?ol como Emiliano Monge (Justo antes del final, Literatura Random House), Eduardo Halfon (Un hijo cualquiera, Libros del Asteroide) o Paloma Bravo (Una historia de amores, Contraluz) o traducidos como Mar¨ªa Step¨¢nova (En memoria de la memoria, Acantilado), Damon Galgut (La promesa, Libros del Asteroide, Premio Booker 2021), Christine Angot (Viaje al este, Anagrama) o Robert Kolker (Los chicos de Hidden Vallery Road, Sexto Piso).
3. Todo va a mejorar
As¨ª se titula la novela que Almudena Grandes empez¨® a escribir, lo anot¨® en sus cuadernos, el 20 de abril de 2020. La termin¨® el 21 de octubre del a?o siguiente. Muri¨® el 27 de noviembre. Si la crisis econ¨®mica de 2008 la oblig¨® a aparcar su serie de Episodios de una guerra interminable para redactar Los besos en el pan, el confinamiento hizo que se olvidara del ¨²ltimo episodio previsto ¡ªMariano en el Bidasoa, dedicado a los topos del franquismo¡ª para lanzarse a contar la reacci¨®n del poder econ¨®mico ante la respuesta que la sociedad da a una pandemia: nadie se salva solo. Tres palabras letales para el negocio. El 11 de octubre la publica Tusquets.
4. Palabras para decir adi¨®s
Tambi¨¦n Tusquets publicar¨¢ Un a?o y tres meses, el poemario que Luis Garc¨ªa Montero fue componiendo durante la enfermedad de Almudena, su esposa. ?Qu¨¦ decir que no suene a palabrer¨ªa? En uno de los homenajes a ella, ¨¦l ley¨® un poema titulado ¡®La muerte es un sue?o¡¯: ¡°Cuando se retiraban las bandejas y el avi¨®n era calma, / sol¨ªas t¨² ponerme la cabeza en el hombro, / cerr¨¢bamos los p¨¢rpados / y nos dej¨¢bamos llevar por un viaje de largo recorrido. / As¨ª me gusta imaginar la muerte / ahora que estoy solo. / Es condici¨®n del ser humano / la despedida y el encuentro con lo desconocido. / Reconocer la casa que se deja, / la habitaci¨®n que nos espera entre las fechas de los calendarios. / La conciencia del tiempo no responde al dolor animal / ni siquiera al esfuerzo de vivir, / sino al destino de saberse vivo. / Hablo de una experiencia de la muerte / de la que no querr¨ªa despertarme. / Al final era esto, / despu¨¦s de tantas vueltas me dijiste / todo resulta simple. / Nunca tuvimos fe, / pero ten¨ªamos palabras para decir adi¨®s, / para ponerle nombre al no saber, / para observar las alas en la ca¨ªda de la noche, / para darnos las gracias, / para cerrar los ojos, / tu cabeza en mi hombro / en un viaje infinito en el que sigo todav¨ªa¡±.
5. La familia socialista
Almudena Grandes dedic¨® In¨¦s y la alegr¨ªa, el primero de sus Episodios, a la fallida invasi¨®n del valle de Aran a cargo de los maquis en 1944. Meses despu¨¦s, la versi¨®n urbana de aquella ut¨®pica guerrilla asalt¨® la subdelegaci¨®n de Falange en el barrio madrile?o de Cuatro Caminos. Mataron a dos falangistas. En 2001 Andr¨¦s Trapiello dedic¨® a ese episodio una cr¨®nica de pel¨ªcula: La noche de los cuatro caminos. La aparici¨®n de nueva documentaci¨®n le ha llevado a ampliarlo considerablemente hasta convertirlo en un libro nuevo: Madrid 1945 (Destino). Ni en el libro de Grandes ni en el de Trapiello salen muy bien parados los altos cargos del PCE, ese partido que llev¨® el peso del antifranquismo durante la dictadura y termin¨® barrido en la Transici¨®n por el pater familias del que se escindi¨®: el PSOE. Los que subrayan la polarizaci¨®n pol¨ªtica actual han olvidado que no hace tanto todo era ¡°o casta o ETA¡± y, m¨¢s atr¨¢s, ¡°o pinza o rodillo¡±. Si el rodillo era el socialismo de los ochenta, el motor de ese rodillo era Felipe Gonz¨¢lez, al que Sergio del Molino consagra Un tal Gonz¨¢lez (Alfaguara). Se trata de un relato ¡ª¨¦l dice novela¡ª basado en hechos reales que parte de dos premisas: 1: La generaci¨®n de los nacidos en democracia ya es adulta ¡°y hace tiempo que deber¨ªa haber dejado de culpar a los padres de nada¡±; y 2 (acu?ada por el editor Miguel Aguilar): ¡°Quiz¨¢ el p¨¦ndulo est¨¦ por iniciar un recorrido de vuelta y empecemos a apreciar ser hijos de la Transici¨®n m¨¢s que nietos de la Guerra Civil¡±. La pol¨¦mica est¨¢ asegurada.
6. ?Qui¨¦n trae el dinero a casa?
Parece que en oto?o va a faltar de todo, empezando por el papel. Por eso las editoriales respiran cuando uno de sus grandes nombres les entrega el libro que va a ayudar a cuadrar las cuentas. Dos de esos nombres son Arturo P¨¦rez-Reverte, que publica Revoluci¨®n (Alfaguara), e Ildefonso Falcones, que publica Esclava de la libertad (Grijalbo). Y los dos viajan a Am¨¦rica. El primero, a M¨¦xico. El segundo, a la Cuba que, como colonia espa?ola, enriqueci¨® a la metr¨®poli gracias a la esclavitud. Tal vez sirva para iluminar desde la ficci¨®n uno de los episodios m¨¢s vergonzosos del pasado hisp¨¢nico. Y, por lo que tiene de herencia, de su presente. Basta revisar la presencia de muchos de nuestros ilustres apellidos (banqueros, empresarios, nobles) en los libros de historia de la esclavitud. Por ejemplo, Negreros (Catarata), de Jos¨¦ Antonio Piqueras. A algunos de esos apellidos trata, por cierto, de pegarse el protagonista de Tostonazo (Blackie Books), el nuevo libro de Santiago Lorenzo, autor de aquel superventas inesperado ¡ªel azar tambi¨¦n juega¡ª titulado Los asquerosos.
7. Coetzee come ¡®tumbet¡¯
Hace tiempo que el sudafricano J. M. Coetzee, premio Nobel en 2003, decidi¨® publicar sus novelas antes en castellano que en ingl¨¦s. Es una forma, sostiene, de ralentizar la potencia del imperio cultural anglosaj¨®n (otro rodillo). La semana que viene repite la operaci¨®n con El polaco, traducido por Mariana Dim¨®pulos para la editorial El Hilo de Ariadna. Se trata de una novela corta (138 p¨¢ginas) a la que podr¨ªa cuadrarle el socorrido adjetivo deliciosa si no fuera porque todo en el autor de Desgracia se mueve entre la delicia y el delirio. La historia arranca cuando un pianista acude a Barcelona para interpretar a Chopin y conoce a la mujer que lo ha contratado. La m¨²sica, el amor, los idiomas y la comida ¡ª?el tumbet mallorqu¨ªn!¡ª forman parte de una peripecia que devuelve a Coetzee a un mundo que domina como pocos: la intimidad. Otro grande que vuelve este oto?o es el escurridizo Cormac McCarthy, que publica dos libros en un solo volumen: El pasajero y Stella Maris (Luis Murillo los traduce para Literatura Random House). Dos hermanos, un legado vergonzoso. Todas las familias felices se parecen.
Entrevista
A?o Picasso
Narrativa
Cine
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