¡®Piscinosof¨ªa¡¯, agujeros llenos de agua como s¨ªmbolo de la felicidad
En su nuevo libro, la periodista Anabel V¨¢zquez parte de su relaci¨®n apasionada con las piscinas para construir una semblanza que re¨²ne an¨¦cdotas, historia y referencias culturales
Este no es un ensayo sobre piscinas, aclara su autora, la periodista Anabel V¨¢zquez, sino un libro sobre la relaci¨®n sentimental de la autora con este ¡°agujero en el suelo lleno de agua¡±, en sus propias palabras, al que llamamos piscina, pileta o alberca en espa?ol, seg¨²n la variante dialectal que usemos. Piscinosof¨ªa cumple con lo que promete, pues da buena cuenta de la relaci¨®n apasionada y gozosa de V¨¢zquez con las piscinas. La autora ya hab¨ªa publicado en este mismo peri¨®dico algunas muestras de su erudici¨®n en torno a estos contenedores de agua clorada, y en este libro breve, pero hondo como una piscina ol¨ªmpica, vuelve a evidenciarla.
?Qu¨¦ encontramos en un libro como este? Para empezar, jugosas an¨¦cdotas personales mediante las cuales V¨¢zquez universaliza su inter¨¦s por la historia y la dimensi¨®n cultural y socio?econ¨®mica de las piscinas. De ah¨ª que hagan su cameo algunas piscinas c¨¦lebres, como la m¨¢s antigua que se conoce, la de Mohenjo-Daro en Pakist¨¢n, que data aproximadamente del a?o 2600 antes de Cristo, aunque no difiera apenas de la idea actual que tenemos de estas construcciones. La autora le dedica tambi¨¦n atenci¨®n a la espectacular piscina que el arquitecto ?lvaro Siza construy¨® en su pueblo natal, Matosinhos, en la costa atl¨¢ntica portuguesa. La Piscina das Mar¨¦s forma parte del conjunto de monumentos nacionales del pa¨ªs desde 2011 y, en palabras de V¨¢zquez, que viaj¨® hasta ella para conocerla, ¡°forma parte de la categor¨ªa de oce¨¢nicas o rocosas, que son siempre piscinas con mucha chuler¨ªa. Se atreven a competir con el mar y ofrecen algo que ¨¦l no tiene: l¨ªmites¡±.
La dimensi¨®n simb¨®lica de lo que supone ser propietario de una piscina est¨¢ presente en muchos de los 25 cap¨ªtulos de Piscinosof¨ªa. Como ep¨ªtome de la cultura del lujo se encuentran las del archimillonario William Randolph Hearst, a las que V¨¢zquez dedica un cap¨ªtulo en el que nos presenta a su art¨ªfice, la arquitecta Julia Morgan, nacida en 1872 y dise?adora de m¨¢s de 20 piscinas a lo largo de su carrera.
La autora es consciente de que en un ensayo como el suyo necesita analizar referencias culturales fundamentales como la pel¨ªcula El nadador, rodada en 1966 por Frank Perry y basada en el relato hom¨®nimo de John Cheever, en el que Ned Merrill, un hombre exitoso en horas bajas, recorre nadando su condado zambull¨¦ndose en piscinas de amigos y conocidos. V¨¢zquez le saca punta tambi¨¦n a su secuela: un reportaje de Carolyn Kormann, periodista de The New York Times, que en 2014 decidi¨® cruzar Manhattan a nado en un solo d¨ªa sumergi¨¦ndose ¨²nicamente en piscinas p¨²blicas.
David Hockney plasm¨® en cuadros tan c¨¦lebres como ¡®The Splash¡¯ la fascinaci¨®n que sent¨ªa hacia las piscinas, pues ¨¦l ven¨ªa de una Inglaterra donde zambullirse en prismas rectangulares de agua dulce no era una costumbre instaurada
En Piscinosof¨ªa los lectores aprendemos que hay zonas del mundo m¨¢s piscin¨®filas que otras: una de las que se llevan la palma es California. All¨ª desarroll¨® parte de su carrera pict¨®rica el pintor brit¨¢nico David Hockney, que plasm¨® en cuadros tan c¨¦lebres como The Splash la fascinaci¨®n que sent¨ªa hacia las piscinas privadas de sus habitantes, pues ¨¦l ven¨ªa de una Inglaterra donde zambullirse en prismas rectangulares de agua dulce no era una costumbre instaurada. Esa misma fascinaci¨®n sent¨ªan sus compatriotas de Liverpool, The Beatles, que, en im¨¢genes ic¨®nicas, aparecen retratados al borde de varias piscinas, o incluso en pleno ba?o, situaci¨®n que inmortaliz¨® el fot¨®grafo John Loengard para la revista Life y que la autora comenta al detalle.
Como las piscinas est¨¢n estrechamente relacionadas con la nataci¨®n, V¨¢zquez tambi¨¦n dedica algunas p¨¢ginas a esta disciplina, tanto deportiva como art¨ªstica, que fue institucionalizada m¨¢s tarde de lo que pens¨¢bamos, en 1876, a cargo de Barth¨¦l¨¦my Turquin, creador de su propia escuela de nataci¨®n en Francia. El v¨ªnculo m¨¢s claro con la dimensi¨®n natatoria de las piscinas es la actriz Esther Williams, a la que la autora dedica una afectuosa semblanza.
Independientemente de nuestro inter¨¦s hacia las piscinas y todo lo que representan, V¨¢zquez, gracias a su prosa cautivadora y a su curiosidad infinita, consigue que la sigamos sin titubear en su proceso de investigaci¨®n y en sus hallazgos sobre estos apreciados agujeros de agua azulada donde todos hemos sido felices alguna vez.
Piscinosof¨ªa
Libros del K.O., 2023
176 p¨¢ginas. 18,90 euros
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