¡®Perro negro¡¯, de Miguel ?ngel Oeste: el fantasma de la tristeza inspirado en Nick Drake
La figura del fallecido m¨²sico brit¨¢nico planea por esta novela de suave aire g¨®tico sobre la depresi¨®n como el propio cantautor plane¨® por la vida: como un espectro
La m¨²sica de Nick Drake siempre fue como un rayo triste y la tristeza, ya se sabe, es dif¨ªcil de medir. Tambi¨¦n es dif¨ªcil de describir. El m¨²sico brit¨¢nico, fallecido a los 27 a?os en 1974 tras ingerir una fatal combinaci¨®n de f¨¢rmacos contra la depresi¨®n, fue un genio maldito capaz de componer letan¨ªas atemporales que desde los rudimentos del folk captaban como pocas en la historia de la m¨²sica popular el peso del desconsuelo, quiz¨¢ de algo m¨¢s profundo y metaf¨ªsico.
Nick Drake planea por Perro negro como el propio m¨²sico plane¨® por la vida: como un fantasma. Un espectro que vaga sigiloso y dejando su estela all¨ª por donde pasa. La ¨²ltima novela de Miguel ?ngel Oeste (M¨¢laga, 50 a?os) es una osada obsesi¨®n por perseguir esa estela y dotarla de significado. Oeste es osado en la mejor de las acepciones porque se atreve a inspirarse en su obsesi¨®n por la m¨²sica de Drake y tejer un mundo de palabras que crean otro mundo ficticio.
Un mundo literario formado por dos personajes principales: Janet y Richard, seres que deambulan, sumidos en sus desolaciones y anhelos, incapaces de sentirse plenos. Janet es una antigua amiga de Nick Drake, muy cercana y que qued¨® absorbida por la tristeza del m¨²sico, y Richard es un actor en horas bajas que se pone en contacto con Janet y busca hacer un documental sobre un artista cuyo legado todav¨ªa brilla en generaciones de m¨²sicos y, m¨¢s a¨²n, en el coraz¨®n roto de Richard.
Este mundo de Janet, Richard y otros personajes que pululan con ellos es fruto de la imaginaci¨®n de Oeste, que cuenta en el ep¨ªlogo del libro que este texto viene de una novela previa que escribi¨® entre 2002 y 2008, pero que reescribi¨® ¡°con un cuchillo en la mano¡± y siente que es ¡°otro libro¡±. La historia original se mantiene, pero su desarrollo cobra otra perspectiva. El lector siente que pasa igual con la destreza de su autor, que ha alcanzado una madurez narrativa de primer nivel.
El prometedor novelista de Bobby Logan y Arena acab¨® abriendo una brecha en el alma de muchos lectores con Vengo de ese miedo, uno de esos libros imposibles de catalogar que solo responde a la verdad de su relato y a la fuerza de sus palabras, una historia dur¨ªsima en primera persona sobre el maltrato, el abuso y el abandono de unos padres a unos hijos. Una historia autobiogr¨¢fica de Miguel ?ngel Oeste que, como una cicatriz de supervivencia, permanecer¨¢ en la memoria de la literatura espa?ola como un documento descarnado sobre el dolor y c¨®mo no sucumbir a ¨¦l. Si con Vengo de ese miedo Oeste buscaba dar significado al horror padecido ¡ªy darse significado a s¨ª mismo¡ª, ahora con Perro negro dota de significado a la depresi¨®n, a la tristeza adherida a existencias averiadas.
La profundidad psicol¨®gica es m¨¢s sutil, como la m¨²sica de Drake, y queda impregnada por ese suave aire g¨®tico de todo el libro. ¡°El cielo rojo parece pintado con grafiti¡±. Es la primera frase de Perro negro, una imagen que remite a un mundo fantasmag¨®rico y pop, las dos fuentes de inspiraci¨®n del relato. Oeste ha reconocido en alguna entrevista su deuda con Dr¨¢cula, de Bram Stoker, al que cita al comienzo: ¡°Entre por su propia voluntad, entre sin temor y deje aqu¨ª parte de la felicidad que lleva consigo¡±. Al entrar en Perro negro, el lector se encuentra una novela de fantasmas sin fantasmas. La figura ausente de Nick Drake nunca est¨¢ presente, como un Dr¨¢cula que vampiriza todo. Una figura que, como dice el personaje de Janet al principio, es ¡°la historia de alguien que naci¨® con el estigma de los vampiros, esa maldici¨®n de no reflejarse en los espejos y de no ser comprendido por sus contempor¨¢neos¡±. Perro negro s¨ª refleja algo: el gran logro que supone para la novela musical en Espa?a.
Perro negro
Tusquets, 2024
296 p¨¢ginas, 19,50 euros
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