¡®Peces abisales¡¯, de Rosa Ribas: literatura para ser mejores personas
La escritora desnuda su intimidad para que nos vistamos con su conocimiento, su aprendizaje, su experiencia
Los lectores de Rosa Ribas deben saber que su nuevo libro, Peces abisales, no ofrece una historia criminal, una novela negra ni nada parecido a los delincuentes oscuros y desafortunados que suelen toparse con sus detectives. Esto es otra cosa. Estamos ante una memoria infantil, de aprendizaje, de conexi¨®n entre sus lecturas, sus vivencias y sus lecciones de vida y escritura. Y, sin embargo, la reconocer¨¢n enseguida. Aunque est¨¦ alejada esta vez de las investigaciones policiales, Ribas (El Prat de Llobregat, Barcelona, 1963) mantiene la esencia de una literatura que siempre convoca al crecimiento personal, a la superaci¨®n y a la b¨²squeda de la autenticidad en los m¨¢s peque?os detalles. Pura Rosa Ribas ofreciendo no la foto habitual, sino el interesante negativo de esa foto.
Ni?a que habit¨® en varias casas, que frecuent¨® varios colegios, tres idiomas y que convivi¨® entre cuatro generaciones, la peque?a Ribas aprende a golpe de errores, como hacemos todos, marcada tambi¨¦n por unas dioptr¨ªas que deformaban su visi¨®n y que, sobre todo, alimentaban su imaginaci¨®n. Entretenida primero en colorear manteler¨ªas de cuadros que le daba su madre, despu¨¦s en leer libros de aventuras y terror (Salgari, Poe, Stevenson, B¨¦cquer, Maupassant), m¨¢s tarde en escribir, la Ribas de hoy hace un acto de desnudez al entregarnos su intimidad para que nos vistamos nosotros, los lectores, con las prendas que ella se quita: las del conocimiento, el aprendizaje, el fracaso, la experiencia.
As¨ª sabremos que su primer ¡°gran ¨¦xito¡± fue hacer llorar al malote de la clase con un relato que escribi¨® cuando su profesor, sin mandarla callar como acostumbraban los dem¨¢s ante su parloteo, le pidi¨® que escribiera en vez de hablar tanto. Esa l¨¢grima furtiva que percibi¨® le dio un mandato claro que la obligaba a seguir. Tampoco par¨® cuando envi¨® los primeros manuscritos a varias editoriales y le fueron devueltos, en el mejor de los casos.
Mirada tenaz, candorosa, aplicada, estudiosa de las palabras y sabedora del significado ¨ªntimo que adquieren para uno mismo m¨¢s all¨¢ de su valor tasado, Ribas reflexiona sobre personajes, lenguajes (ha vivido en castellano, catal¨¢n y alem¨¢n), los fantasmas de la infancia, la influencia de los vecinos, los abuelos y las sombras que todos arrastramos y que ella convirti¨® en literatura.
¡°Cuando naciste ya eras mayor de edad¡±, cuenta que le dijo su padre al cumplir los 18. Y es que la peque?a Ribas fue extra¨ªda por ces¨¢rea de madrugada, tras diez meses de embarazo, por un doctor que, antes de practicar la operaci¨®n y mientras esperaba el mejor momento, se ley¨® entero El Gatopardo de Lampedusa. ¡°Con Tolst¨®i habr¨ªa nacido por la ma?ana y Proust me podr¨ªa haber costado la vida¡±, asegura con humor.
Todo condujo a la reci¨¦n nacida a la literatura. Y todo lo supo convertir en literatura porque, como asegura, ¡°lo poco que yo entiendo del mundo lo entiendo cuando escribo¡±. Peces abisales es apacible, una literatura para convertirnos en mejores personas.
Peces abisales
Tusquets, 2024
224 p¨¢ginas. 18,50 euros
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