Cinco libros para entender Francia ante unas elecciones decisivas

Por primera vez en la historia de Francia, la extrema derecha parte como favorita en unas elecciones legislativas y tiene opciones para llegar democr¨¢ticamente al Gobierno. El partido de Marine Le Pen, el Reagrupamiento Nacional, lidera las encuestas para la primera vuelta de este domingo. Tras la segunda vuelta, el 7 de julio, podr¨ªa formar el primer grupo en la Asamblea Nacional, seg¨²n las proyecciones de los institutos demosc¨®picos. Es el resul...

Por primera vez en la historia de Francia, la extrema derecha parte como favorita en unas elecciones legislativas y tiene opciones para llegar democr¨¢ticamente al Gobierno. El partido de Marine Le Pen, el Reagrupamiento Nacional, lidera las encuestas para la primera vuelta de este domingo. Tras la segunda vuelta, el 7 de julio, podr¨ªa formar el primer grupo en la Asamblea Nacional, seg¨²n las proyecciones de los institutos demosc¨®picos. Es el resultado de un cambio de fondo en el pa¨ªs que llevan a?os describiendo en sus cr¨®nicas y novelas escritores como Florence Aubenas, Nicolas Mathieu o Michel Houellebecq. Tambi¨¦n han aportado luz autores como el economista Thomas Piketty o, hace m¨¢s de 70 a?os, el espa?ol Manuel Chaves Nogales.

No es la mejor novela de Michel Houellebecq y no puede decirse, como de otras, que sea prof¨¦tica. Pero Aniquilaci¨®n es la mejor cr¨®nica de la tecnocracia macronista desde el interior. Lo tiene todo. La vida cotidiana, y la ¨ªntima, en los pasillos del ministerio de Educaci¨®n y Finanzas, con un ministro, Bruno Juge (juez, en franc¨¦s), inspirado en el ministro real, Bruno Le Maire (alcalde, en franc¨¦s). Un protagonista, consejero del ministro Juge, que ¡°hab¨ªa votado por el partido del presidente, o por el presidente mismo, en todas las elecciones, le parec¨ªa ¡®la ¨²nica opci¨®n razonable¡¯, seg¨²n la expresi¨®n consagrada¡±. Sus familiares en el campo ¡°que votaban a Marine [Le Pen], evidentemente¡±. Un Reagrupamiento Nacional a las puertas del El¨ªseo, pues ¡°el desfase entre las clases dirigentes y la poblaci¨®n hab¨ªa alcanzado un nivel ins¨®lito en las peque?as ciudades de provincia, los movimientos sociales que se hab¨ªan producido en los ¨²ltimos a?os no eran a su entender m¨¢s que un inicio t¨ªmido; el odio racial, por otro lado, alcanzaba niveles in¨¦ditos en Europa¡±. Se especula en la novela con que Emmanuel Macron, a punto de abandonar el cargo, maquina para facilitar la llegada del RN al poder, porque ¡°provocar¨ªa cat¨¢strofes, el descalabro econ¨®mico y social ser¨ªa inmediato, y el pueblo no tardar¨ªa en reclamar su retorno¡±. ?El RN en el poder, ant¨ªdoto al RN en el poder? La idea circula ahora tambi¨¦n: cualquier parecido con la realidad es fortuito.

Ning¨²n estudio sociol¨®gico ni reportaje han retratado con tanto realismo la Francia posindustrial y la clase obrera blanca como Nicolas Mathieu en Sus hijos despu¨¦s de ellos, premiada en 2018 con el premio Goncourt. El escenario es un valle sider¨²rgico cerca de la frontera con Alemania; la ¨¦poca, los a?os noventa; los protagonistas, tres j¨®venes: un obrero, una burguesa de provincia y un peque?o traficante ¨¢rabe. Esto fue, tras la Segunda Guerra Mundial, el motor industrial de Francia y Europa; sobre la siderurgia y las minas de estas regiones a ambos lados de la frontera se construy¨® la Europa unida; hoy, aunque geogr¨¢ficamente sigue en el centro, es una zona perif¨¦rica donde muchos tienen la sensaci¨®n de estar dejados de la mano de dios (o del Estado). Es la Francia de las f¨¢bricas en ruinas y la de la clase obrera empobrecida; la que votaba comunista y socialista, y hoy ve al RN de Le Pen como el partido que defiende al pueblo frente a los de arriba. El partido, en todo caso, que ha sabido conectar con el hartazgo de quienes ven c¨®mo ¡°la vida se tej¨ªa casi a pesar de ellos, d¨ªa tras d¨ªa, en este agujero perdido que todos hab¨ªan querido abandonar, una existencia parecida a la de sus padres, una maldici¨®n lenta¡±.

Es el mundo de los empleos precarios, el de los hipermercados, el de la Francia de las rotondas y las zonas industriales, el de las humillaciones diarias de los de abajo, un mundo que con precisi¨®n ha retratado tambi¨¦n Annie Ernaux es sus libros. Para preparar este reportaje, publicado con el t¨ªtulo de El muelle de Ouistreham, Florence Aubenas trabaj¨® como mujer de la limpieza en la costa normanda. Cuenta por dentro la Francia de los trabajadores pobres, en un libro que ilumina las zonas oscuras del malestar franc¨¦s y la poes¨ªa de la Francia fea. Una visita al s¨²per es un viaje a un para¨ªso perdido: ¡°Lo miramos todo. Lo toqueteamos todo. Lo comentamos todo. De vez en cuando, hay clientes que se saludan, con sonrisas y preguntas sobre la familia, como en la plaza del pueblo en un d¨ªa de feria¡±, escribe. ¡°Detr¨¢s de cada pasillo, Philippe tiene sus recuerdos de infancia. Cuando era peque?o, el pasillo de los c¨®mics estaba en el lugar de los productos de limpieza. Aqu¨ª compr¨® su primera mochila, su primer LP, su primer after shave... ¡±S¨ª, hay poes¨ªa en los hipermercados, y hay una gran novela de la Francia contempor¨¢nea en el conjunto de la obra de Aubenas, desde sus reportajes sobre la pandemia o sus cr¨®nicas de sucesos en la tradici¨®n del grand reportage franc¨¦s (Albert Londres, Joseph Kessel), y a la altura de la mejor literatura que se escribe hoy.

Hay que leer al economista Thomas Piketty para entender los or¨ªgenes de las desigualdades de ingresos y patrimonio en nuestro mundo capitalista. Hay que leerlo porque es uno de los pocos intelectuales franceses de nuestro tiempo que, de verdad, ha logrado influir en el debate p¨²blico: ¨¦l puso la desigualdad sobre la mesa tras la crisis de 2008. Pero tambi¨¦n hay que leerlo porque leerlo significa entender algo fundamental de Francia, uno de los pa¨ªses desarrollados m¨¢s redistributivos. Y es que en este pa¨ªs el igualitarismo domina el debate social y pol¨ªtico en Francia, y al estatismo ¡ªse llame socialismo, colbertismo o gaullismo¡ª se adhieren todos los partidos, desde la extrema derecha a la extrema izquierda, incluso el llamado centro llamado liberal. En Capital e ideolog¨ªa, el m¨¢s pol¨ªtico entre sus libros traducidos al espa?ol, desarrolla la idea de una ¡°izquierda brahm¨¢n¡±, por el nombre de la casta sacerdotal hind¨², que ha abandonado a las clases trabajadoras y las ha dejado a merced de los discursos populistas y contrarios a la inmigraci¨®n como el de Le Pen. La tesis del economista: la alta abstenci¨®n entre las clases populares desmiente que se sientan seducidas por la extrema derecha; m¨¢s bien, demuestra que ¡°estos electores no est¨¢n satisfechos con las opciones que se les proponen¡±. Intelectual comprometido, Piketty es uno de los promotores en estas elecciones de la alianza de izquierdas bautizada como Nuevo Frente Popular: la m¨¢s reciente ¡°opci¨®n¡± para reconquistar a los votantes perdidos.

No, Francia no est¨¢ al borde de la guerra civil, y no, Francia no est¨¢ a las puertas del fascismo. Tampoco es verdad que nuestros a?os veinte sean 1940 (ni 1938, ni 1936). Y, sin embargo, desde hace a?os, hay una referencia que vuelve una y otra vez a cada una de las crisis recientes en Francia, sea el covid o, ahora, la disoluci¨®n de la Asamblea Nacional y la posible llegada al poder de un partido nacionalista y populista. El libro es La extra?a derrota, del historiador Marc Bloch, una radiograf¨ªa implacable del desmoronamiento de Francia en 1940 ante la invasi¨®n de Alemania y, sobre todo, de la quiebra de sus ¨¦lites y su responsabilidad en la debacle. Cada debacle en Francia es un 1940 revisitado. Y es posible que, si en Francia se conociese la obra del periodista Manuel Chaves Nogales, La agon¨ªa de Francia se convertir¨ªa en otro libro de cabecera para entender este a?o clave en la conciencia nacional. Chaves Nogales fue testigo del derrumbe de 1940. Vio las dos Francia, la de la Ilustraci¨®n y los derechos humanos, y la otra, y c¨®mo se impon¨ªa esta ¨²ltima. ¡°Consagr¨¢ndose furiosamente a la demolici¨®n del mito de la democracia¡±, escribe, ¡°los nacionalistas franceses no han conseguido sino la demolici¨®n de Francia, su capitulaci¨®n¡±. Y remata: ¡°La ca¨ªda de Francia no es, sin embargo, el drama lamentable de un pueblo cobarde que no ha querido batirse. No. Francia, durante los meses de la guerra, que han sido su agon¨ªa, lucha, no contra el enemigo exterior, sino consigo misma. ¡±No hay guerra hoy, ni capitulaci¨®n, no hace falta dramatizar m¨¢s de la cuenta; solo hay, por ahora, una democracia en funcionamiento y un sistema bajo tensi¨®n, pero un eco resuena desde las p¨¢ginas de Chaves Nogales: un pa¨ªs en conflicto consigo mismo. Francia contra Francia, tambi¨¦n en 2024.

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