¡®El fin de la megam¨¢quina¡¯, de Fabian Scheidler: el colapso de un sistema loco
El actual entramado capitalista, tecnol¨®gico, ideol¨®gico y militar enfrenta una gran transformaci¨®n. La pregunta es si ser¨¢ hacia un mundo m¨¢s justo o m¨¢s m¨ªsero y violento
![Producci¨®n de volante de inercia en la planta de autom¨®viles Ford en Highland Park, Michigan, en 1914.](https://imagenes.elpais.com/resizer/v2/JEZFQHNRVFAVTOHHB6UBWUK55E.jpg?auth=01f76ea2cd384d6145d1f2596cbde9c7797e5c3a5e4b2916b06a826b0a0fcdbc&width=414)
La megam¨¢quina global es, seg¨²n el historiador alem¨¢n Fabian Scheidler (56 a?os, Bochum, Alemania), un engranaje de capitalismo, militarismo, tecnolog¨ªa e ideolog¨ªa que subordina a las sociedades en pos de la acumulaci¨®n de riqueza y poder. Los costes de su funcionamiento son las crisis actuales: el crecimiento de la desigualdad y la destrucci¨®n del medio ambiente. El futuro abolido. Quiz¨¢s sea m¨¢s f¨¢cil que la Megam¨¢quina destruya el mundo tal y como lo conocemos antes de que el mundo destruya a esta maquinaria fuera de control. Scheidler explora este concepto en el ensayo El fin de la megam¨¢quina. Historia de una civilizaci¨®n en v¨ªas de colapso: ¡°Si nos visitara un extraterrestre obviamente pensar¨ªa que este sistema es una locura¡±.
Ante esas crisis que nos azotan, cuyo origen se suele datar en la revoluci¨®n neoliberal a finales del siglo XX, el historiador alem¨¢n va mucho m¨¢s all¨¢ y rastrea causas en una distancia temporal de 5.000 a?os. Las ra¨ªces son profundas, aunque la dominaci¨®n no existi¨® siempre, sino que es un fen¨®meno bastante reciente (en t¨¦rminos de especie).
Abundan los ensayos que cuentan la historia de una cosa o de la humanidad a trav¨¦s de esa cosa (el miedo, la informaci¨®n, la peluca), as¨ª que el lector aficionado al g¨¦nero puede sentir cierto hartazgo en pasar una vez m¨¢s por todo el tr¨¢nsito civilizatorio desde la ¨¦poca de los cazadores-recolectores hasta nuestra era del conflicto Broncano-Motos. Pero Scheidler sortea ese peligro con una prosa de gran pulso narrativo, repleta de ejemplos hist¨®ricos, datos y documentos, que no deja resquicio para el tedio. Aunque s¨ª para el horror. No producido por fantasmas o monstruos lovecraftianos, sino por ese sector de la humanidad a los mandos: los ¡°capitanes¡± de la maquinaria.
Or¨ªgenes de la megam¨¢quina
La megam¨¢quina comienza a formarse en la ¨¦poca de la modernidad, pero el autor aprovecha los siglos anteriores para dar algunas nociones previas, como la de las cuatro tiran¨ªas que se fueron formando tras la revoluci¨®n neol¨ªtica y el establecimiento del sedentarismo y la agricultura. La del poder f¨ªsico, por medio de la violencia armada; la de la violencia estructural, es decir, por la distribuci¨®n desigual de los derechos, la propiedad o la riqueza; la del poder ideol¨®gico, es decir, por el dominio de la escritura, la moral o la religi¨®n.
La cuarta no es tan evidente: es la tiran¨ªa del pensamiento lineal, que nos presenta el devenir del mundo como una sucesi¨®n predecible de causas y consecuencias, ignorando la complejidad de la naturaleza, las personas y las sociedades. La aplicaci¨®n de este pensamiento, dice Scheidler, ha dejado ¡°un rastro de devastaci¨®n en el planeta, tanto en el ¨¢mbito social como en la ecolog¨ªa¡±.
Ya en la modernidad, a partir del siglo XV, comienza a formarse el sistema del mundo moderno, la megam¨¢quina (un t¨¦rmino, por cierto, tomado de Lewis Mumford), que tiene su encarnaci¨®n en el sistema capitalista, pero tambi¨¦n, durante el siglo XX, en la esfera del socialismo real, como en la Uni¨®n Sovi¨¦tica. Ambos sistemas no son para el historiador m¨¢s que dos formas diferentes de gestionar el mismo aparato.
Un momento crucial y profusamente descrito en el texto, especialmente descorazonador, son los siglos de expansi¨®n del capitalismo europeo (la conquista de Am¨¦rica, el reparto de ?frica, la colonizaci¨®n de Asia), en el que las potencias occidentales, en nombre del progreso, logran el dominio planetario para rentabilizar toda poblaci¨®n o recurso a su alcance sin que la explotaci¨®n, la esclavitud o incluso el genocidio supongan un problema ante el avance de la (supuesta) civilizaci¨®n: ciencia, raz¨®n, desarrollo. Libre mercado. Occidente se imbuy¨® de la misi¨®n hist¨®rica de ¡°salvar el mundo¡± (el autor hace hincapi¨¦ en el concepto de misi¨®n), con las citadas consecuencias.
El complejo metal¨²rgico
Scheidler da notable importancia en el proceso hist¨®rico al ¡°complejo metal¨²rgico¡±: la b¨²squeda y extracci¨®n de recursos materiales estrat¨¦gicos, especialmente metales y minerales. Este complejo conecta los sistemas militar y financiero (la retroalimentaci¨®n del dinero y la guerra), promueve la creaci¨®n de un sistema basado en la violencia estructural y el control centralizado, y es fundamental para las visiones tecnocr¨¢ticas del mundo.
Critica el mecanismo de acumulaci¨®n infinita de riqueza: hubo un tiempo en el que la gente juntaba riqueza hasta un l¨ªmite y luego se dedicaba a disfrutar de ella, como parece l¨®gico, costumbre que cambi¨®, sobre todo, con la aparici¨®n de las sociedades de accionistas: la riqueza se convert¨ªa en un fin en s¨ª mismo, un fin insaciable desvinculado del bienestar colectivo.
Scheidler llama monstruos a esas maquinarias empresariales sin escr¨²pulos, responsables de la hiperconcentraci¨®n de la riqueza: hoy en d¨ªa 26 hombres poseen tanto como la mitad m¨¢s pobre de la humanidad. ¡°Aumentar absurdamente las fortunas de una peque?a y poderosa casta de superricos parece ser el ¨²nico objetivo de la megam¨¢quina global¡±, escribe. La megam¨¢quina, al tiempo que sigue esa l¨®gica del crecimiento infinito, se empe?a en toda ¨¦poca, lugar y circunstancia en combatir y aplastar a los movimientos que tratan de contrarrestarla en busca de una mayor igualdad.
Adictivo y combativo
El fin de la m¨¢quina es un ensayo adictivo y combativo, en la l¨ªnea de algunas influencias confesas como las de Noam Chomsky, Silvia Federici, Vandana Shiva, Saskia Sassen, Howard Zinn o David Graeber. Produce desaz¨®n, no solo por el tremendo historial de desastres y atropellos recogido (en ocasiones el autor resulta demasiado pesimista), sino porque Scheidler ve dos l¨ªmites actuales ante nuestros ojos. Primero, la crisis econ¨®mica estructural que parece no tener soluci¨®n e incapacita al sistema para ofrecer una vida digna a cada vez mayor n¨²mero de personas, al tiempo que acaba con cualquier posibilidad de justificaci¨®n ideol¨®gica. Y segundo, pero no menos importante, el cors¨¦ de los l¨ªmites biol¨®gicos del planeta.
El sistema, el m¨¢s grande, complejo y devastador que ha conocido la historia, fallar¨¢ antes o despu¨¦s, la cuesti¨®n es c¨®mo tendr¨¢ lugar la transformaci¨®n por venir: hacia un mundo m¨¢s m¨ªsero y violento, o hacia un mundo m¨¢s justo y libre. Al final del libro, despu¨¦s de tanta oscuridad, Scheidler abre una ventana, m¨¢s que para el optimismo, para la esperanza.
El historiador se?ala oportunidades y necesidades: el fortalecimiento de los movimientos sociales debilitados por el neoliberalismo, el enfoque de los Estados a la intervenci¨®n econ¨®mica, ecol¨®gica y social, el fomento del pacifismo y de la cooperaci¨®n con la naturaleza (y no su dominaci¨®n) o la preparaci¨®n para afrontar de forma justa y provechosa la venidera contracci¨®n de la econom¨ªas (una idea donde resuena al decrecentismo de Serge Latouche).
La crisis de la megam¨¢quina ¡°ya no puede seguirse desde la comodidad del sof¨¢ de la televisi¨®n, como ocurr¨ªa antes en la mayor¨ªa de los pa¨ªses occidentales, sino que est¨¢ irrumpiendo en nuestra realidad¡±, concluye Scheidler.
![Portada de 'El fin de la megam¨¢quina. Historia de una civilizaci¨®n en v¨ªas de colpaso', de Fabian Scheidler](https://imagenes.elpais.com/resizer/v2/GEDK2Z46NFH5ZE4EJ57WFLOAKA.jpg?auth=5a9e640b7555d95d1f7cbffc2c8e8f510140cdc42d7894cf0cbbdfbaa3725f1b&width=414)
El fin de la megam¨¢quina
Traducci¨®n de Stefan Armborst, Alicia Almendros, Marisa Garc¨ªa Mareco y Carmela Negrete
Icaria Editorial, 2024
441 p¨¢ginas. 23 euros
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