¡®Eleg¨ªa a Iris¡¯, de John Bayley: el misterio y la enfermedad de Murdoch

La irlandesa Iris Murdoch fue una de las intelectuales m¨¢s prestigiosas del Reino Unido adem¨¢s de una de sus mejores novelistas. La casi totalidad de sus novelas se ha publicado en varios sellos editoriales de nuestro pa¨ªs. Estudi¨® en la Universidad de Oxford, donde se gradu¨® en filosof¨ªa; uno de sus maestros fue Ludwig Wittgenstein. Sus escritos te¨®ricos sobre filosof¨ªa moral son de considerable altura intelectual y sus novelas no son ajenas a esta formaci¨®n.

Esta profesora de filosof¨ªa en el St. Anne¡¯s college se distingui¨® por la coherencia de su pensamiento y la alta calidad de su ensayismo literario. En sus ¨²ltimos a?os sufri¨® de la enfermedad de Alzheimer y muri¨® en 1999, atendida por su marido, el eminente cr¨ªtico literario John Bayley. De eso trata este libro, de la p¨¦rdida paulatina y la destrucci¨®n mental de un ser querido. Hay otro libro de este tenor en la literatura inglesa, Una pena en observaci¨®n del ensayista literario y novelista ( autor de Las cr¨®nicas de Narnia) C. S. Lewis, el gran amigo de Tolkien, sobre la muerte de su esposa. La relaci¨®n entre Iris Murdoch y John Bayley se prolong¨® a lo largo de 45 a?os, basada en el amor, el compa?erismo y la mutua admiraci¨®n y respeto entre ambos. Entre las novelas de Murdoch destacan El unicornio, El pr¨ªncipe negro, Amigos y amantes, El sue?o de Bruno y El mar, el mar, que obtuvo el premio Booker. Fue nombrada Dama del Imperio Brit¨¢nico.

En este libro, John Bayley se comporta como un narrador. Es evidente la admiraci¨®n que siente por su esposa y cuenta su vida en com¨²n como si en realidad estuviera tratando de entender a Iris Murdoch porque, en cierta medida, esta mujer con la que compart¨ªa su vida era una persona compleja. De hecho, alude en varias ocasiones al punto de ¡°misterio¡± de su compleja personalidad porque se siente obligado: como si propusiera al lector la construcci¨®n del propio personaje de la novelista. Su historia nos la cuenta de manera alternativa entre el tiempo de los recuerdos y el de la escritura de este libro, pero el presente s¨®lo aparece tal cual en la ¨²ltima parte, la que relata el tiempo de la enfermedad en el que cuida de la enferma con una devoci¨®n ejemplar. Bayley no pierde de vista la cualidad sugerente del desentra?amiento de su compa?era. ¡°La autoridad, la sabidur¨ªa y la bondad espiritual de Iris¡­ formaba parte del mundo interior de su imaginaci¨®n y nunca sali¨® a la superficie¡±. Y a?ade: ¡°su manera de enamorarse, y las personas de las que se enamor¨®, se asemejaba en cierto modo a la b¨²squeda de la sabidur¨ªa, el conocimiento y la fe¡±. Se enamoraba de personas que representaban para ella la autoridad, la sabidur¨ªa y la bondad espiritual ¡­era una aventura en el progreso y la experiencia del alma¡±.

Posiblemente la cualidad de ¡°misterio¡± haya sido el ancla m¨¢s firme de este matrimonio tan peculiar y duradero. En todo en el texto de Bayley se alternan muchos momentos ¨ªntimos compartidos, an¨¦cdotas personales, vivencias de exaltaci¨®n o des¨¢nimo muy expresivas de la relaci¨®n entre ellos. Este libro no es exactamente una eleg¨ªa, Iris est¨¢ muy bien observada, pero con una cierta distancia, quiz¨¢ pudorosa, quiz¨¢ retenida. Por otra parte, el mundo intelectual y literario en torno aparece s¨®lo como una referencia de su propia vida, aunque se detiene en algunas personas como la novelista Elizabeth Bowen, irlandesa como ella, o en Honor Tracy y en alguien a quien Bayley nombra con el t¨¦rmino alem¨¢n de dichter, un importante personaje en el que no es dif¨ªcil reconocer a El¨ªas Canetti. Otro maestro a quien menciona Murdoch y ella aprecia especialmente es Isaiah Berlin, pero, en general las referencias a contempor¨¢neos suelen ser de pasada (Anthony Powell, que la aconseja sobre el sentido del matrimonio; Herg¨¦, cuyas obras ella apreciaba y disfrutaba, y otros).

En el libro es dominante la relaci¨®n entre los c¨®nyuges, siempre vista desde la ¨®ptica de Bayley, lo que contribuye a crear un efecto contradictorio y fascinante entre el ¡°misterio¡± de Murdoch y el personaje que Bayley retrata con verdadera admiraci¨®n. En este sentido hay que reconocer que el libro es eleg¨ªaco y un reconocimiento generoso de una mujer de val¨ªa excepcional que, por cierto, en nuestro pa¨ªs goz¨® de la predilecci¨®n de uno de nuestros mejores novelistas: ?lvaro Pombo.

Eleg¨ªa a Iris

John Bayley
Traducci¨®n de Fernando Borrajo
Elba, 2025
264 p¨¢ginas
23 euros