Tup¨¦ para todos o c¨®mo las cl¨ªnicas capilares planean la ¡®extinci¨®n¡¯ de la alopecia
Los trasplantes a¨²n no pueden borrar la huella de una calvicie com¨²n avanzada sin crear nuevas calvas, pero hay quien ya (casi) pone fecha de caducidad a esta afirmaci¨®n
Primero es un pelo en el cepillo, una gota en el oc¨¦ano capilar. Nada de lo que preocuparse. Luego crece una peque?a madeja en el desag¨¹e del lavabo, pero eso es normal, piensa uno. Pronto la mara?a capilar se convierte en tap¨®n de la ba?era, y entonces s¨ª que prende la preocupaci¨®n; porque el cabello ya no lo hace... Te cortas la coleta, te compras una maquinilla y te rapas al cero, que no se note lo evidente. A partir de ah¨ª, el camino hacia la alopecia es todo cuesta abajo.
O no. Porque a estas alturas hay una manera de volver atr¨¢s en la historia de c¨®mo debuta la calvicie ¡ªque suele ser una variante de la narraci¨®n anterior, al menos desde que existen los cepillos, los lavabos, las ba?eras y las maquinillas el¨¦ctricas¡ª. El trasplante de pelo ha cambiado las reglas del juego: el cabello perdido no se recupera, pero puede ser sustituido por el de otras partes de la cabeza que, en los casos de calvicie com¨²n, no volver¨¢ a caerse. Y no queda mal: el anta?o habitual ¡°pelo de mu?eca¡± es infrecuente, fundamentalmente porque la t¨¦cnica que sol¨ªa usarse en los setenta, que se conoce como punch y que trasplanta mechones enteros, ha sido superada por otras en las que se trabaja pelo a pelo. El resultado es infinitamente m¨¢s natural (aunque conviene no confiarse y elegir bien a quien confiarle el renacer de tu tupido tup¨¦).
Con todo, sigue habiendo una limitaci¨®n importante. El problema es que los tric¨®logos encuentran suficiente cabello para que un buen trasplante capilar solucione una alopecia cicatricial ¡ªno es la aplicaci¨®n m¨¢s conocida, pero s¨ª de las que m¨¢s solera tiene: ya se empleaba en el Jap¨®n de la Segunda Guerra Mundial para tapar las cicatrices provocadas por quemaduras, y tambi¨¦n es una opci¨®n para tapar las de la cirug¨ªa¡ª. Suele haber pelo para sustituir el que se cae de las cejas con los tratamientos para el c¨¢ncer, as¨ª como para disimular la ca¨ªda provocada por los cambios hormonales que experimentan las mujeres a partir de los 40 a?os, todas ellas situaciones que apunta como comunes el coordinador m¨¦dico cl¨ªnico del Grupo Insparya, Carlos Portinho. Pero muchas veces no hay suficiente material en todo el cuero cabelludo para rellenar los huecos que deja la alopecia androg¨¦nica (la calvicie com¨²n), que afecta m¨¢s o menos a la mitad de los hombres y que es responsable de m¨¢s del 90% de los casos de p¨¦rdida de cabello. Portinho tiene la esperanza de ver un cambio radical. Y no es el ¨²nico.
?Sacar de donde no hay? Todo es posible
Aparte de atraer clientes, los responsables de cl¨ªnicas capilares como la de Portinho est¨¢n expuestos a todo tipo de preocupaciones, algunas tan curiosas como tener suficientes trabajadores zurdos ¡ªpara que el tratamiento dure unas pocas horas, seleccionan el cabello a cuatro manos y, por cuestiones relativas al equipamiento t¨¦cnico y al acceso a la cabellera, los profesionales trabajan en parejas diestro-zurdo¡ª. Otras inquietudes est¨¢n muy lejos de los despachos, en los laboratorios de investigaci¨®n, y les han llevado a diseccionar, literalmente, el origen de cada cabello: el microambiente en el que nace, se reproduce y, si las cosas no van como uno quiere, muere.
En dicho microambiente se desarrollan las unidades foliculares, que son complejos conjuntos biol¨®gicos de los que brotan los fol¨ªculos (as¨ª se llama a los pelos en la jerga cient¨ªfica). De una unidad folicular pueden salir de uno a cuatro fol¨ªculos. En un trasplante, se seleccionan las que generan tres o cuatro pelos para cubrir las zonas de mayor densidad y las que solo tienen uno se colocan en el l¨ªmite del cuero cabelludo, ya que permiten definir mejor la l¨ªnea. En un tratamiento se trasplantan hasta unas 4.000 unidades foliculares, de las que Portinho calcula que salen entre nueve y diez mil cabellos (dice que m¨¢s del 90% prenden). Son muchas, pero insuficientes para borrar calvicies bien avanzadas (por ejemplo, de grado VII en la escala para hombres de Hamilton-Norwood, la que recuerdas de tu abuelo. Para las mujeres est¨¢ la escala Ludwig, que solo cuenta hasta el grado III).
?Por qu¨¦? Porque los cient¨ªficos ¡ªy los lectores versados en este asunto¡ª saben hace tiempo que, en este tipo de alopecia (que es t¨ªpica de los varones pero que tambi¨¦n se da en mujeres), la diferencia entre los pelos que se caen y los que se quedan en el cuero cabelludo est¨¢ en la sensibilidad a la testosterona. Las unidades foliculares que no se llevan bien con la hormona experimentan un envejecimiento prematuro y acaban muriendo, mientras que las que tienen una relaci¨®n bioqu¨ªmica normal siguen adelante. Cuando alguien decide trasplantarse cabello se beneficia de una regla de la naturaleza por la que los fol¨ªculos resistentes siempre est¨¢n en la parte de atr¨¢s y los laterales de la cabeza. Si extraes las unidades foliculares de estas zonas y las plantas en las otras, el pelo crece de nuevo y no vuelve a caerse. Es inmune a la testosterona.
Y aqu¨ª es donde hay que hacer n¨²meros. Seg¨²n Portinho, hay unas 50.000 unidades foliculares en las zonas donantes, y m¨¢s de 100.000 en toda la cabeza. En un d¨ªa, sus cl¨ªnicas pueden reubicar hasta 4.000 pero, por mucha capacidad que tengan y por muchos trasplantes que uno se haga, en alopecias avanzadas se llega a un punto en el que para cubrir una calva se crea una nueva. Se podr¨ªan trasplantar unidades foliculares de otras partes del cuerpo como la barba, la axila y el pecho, pero los pelos de esas regiones tienen un aspecto distinto que uno no suele querer ver en la cabeza (dicen que los indios tienen el pelo del pecho similar al de la cabeza, que en ellos no se nota tanto...). El m¨¦dico tiene una soluci¨®n m¨¢s audaz: convertir 100 unidades foliculares en 10.000. O sea, repoblar un erial con menos de la mitad del material que se extrae ahora en un tratamiento (actualmente es normal pasar por varios para conseguir mucho menos).
No es un milagro. Su plan pasa por conocer mejor la papila d¨¦rmica, una de las partes que componen las unidades foliculares. En ella se generan las c¨¦lulas madre responsables de que cuando acaba un ciclo del cabello, que dura entre 2 y 7 a?os, un fol¨ªculo nuevo sustituya al que se cae. Si los cient¨ªficos supieran replicar esa maquinaria biol¨®gica, obtener 10.000 unidades de la clonaci¨®n de 100 unidades no ser¨ªa descabellado; si la clonaci¨®n capilar fuese una realidad, habr¨ªa pelo para todos. Y en eso est¨¢n.
Una cuenta atr¨¢s de una d¨¦cada (o menos)
¡°Todo el mundo quiere saber c¨®mo producir un pelo¡±, dice la cient¨ªfica del Instituto de Investigaci¨®n e Innovaci¨®n en Salud de la Universidad de Oporto Elsa Logarinho. Ella tambi¨¦n. Porque ¡°hay muchos pacientes que quieren hacerse un microtrasplante pero no tienen zona donante, necesitan m¨¢s fol¨ªculos¡±, dice. Su investigaci¨®n, impulsada con la colaboraci¨®n de Insparya, busca extraer estas c¨¦lulas en condiciones que, en el futuro, puedan ser replicadas: ¡°Cuando las extraemos e intentamos multiplicarlas estropeamos el contexto y pierden su identidad. Es un gran desaf¨ªo, entender c¨®mo ampliar estas c¨¦lulas manteniendo su identidad¡±. O sea, multiplicarlas y que, cuando sean injertadas en el cuero cabelludo produzcan una nueva y sana cabellera.
Logarinho no est¨¢ sola en esta b¨²squeda. La investigaci¨®n que, a largo plazo, llevar¨¢ a la clonaci¨®n capilar es una carrera de muchos, y muy potentes, adversarios. En 2013, por ejemplo, un estudio encabezado por la investigadora Claire Higgins, entonces en la Universidad de Columbia, explic¨® a la comunidad cient¨ªfica c¨®mo reprogramar el microambiente para inducir el crecimiento de pelo humano a partir de un cultivo de laboratorio de la papila d¨¦rmica. Toda una prueba de que el objetivo es posible. Pero hace falta conseguirlo a gran escala, a una que se pueda tocar con el peine sin que se haga un tap¨®n en la ba?era. Parece que ese momento est¨¢ cerca, seg¨²n dijo hace un par de a?os el jefe del Servicio de Dermatolog¨ªa del hospital Ram¨®n y Cajal, Sergio Va?¨®. En una entrevista con motivo de un curso de tricolog¨ªa impartido en el hospital, Va?¨® afirm¨® la clonaci¨®n capilar ser¨ªa una realidad en unos 10 a?os m¨ªnimo. Quedan 8 (por si quieres ir ahorrando).
No conviene ser excesivamente optimistas; hay hitos de esos que lo cambian todo que siempre est¨¢n a diez a?os de distancia y nunca llegan¡ Eso s¨ª, son d¨¦cadas en las que no se pierde el tiempo. En este caso, hay otras propuestas llamativas en lo que se refiere a la clonaci¨®n de estas c¨¦lulas madre, como la terapia que est¨¢n ensayando Shiseido y RepliCel en 66 hombres con alopecia androg¨¦nica. El ensayo cl¨ªnico est¨¢ actualmente est¨¢ en fase 2, y el objetivo es clonar estas c¨¦lulas inmunes a la influencia de la testosterona (de nuevo, de la parte trasera de la cabeza) para luego reintroducirlas en las zonas afectadas por la alopecia. Con suerte, el resultado ser¨¢ un pelo nuevo y resistente a la influencia de la testosterona. Como efecto colateral, quiz¨¢ tambi¨¦n vuelva a ponerse de moda el tup¨¦, cuanto m¨¢s tupido, mejor.
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