Ruido de oficina para trabajar en casa: as¨ª funciona la banda sonora m¨¢s inesperada del teletrabajo
Algunas personas se rodean de ruido de teclados, impresoras y charlas entre colegas para concentrarse mejor. Y sus razones tienen
¡°?Te importar¨ªa poner el m¨®vil en vibraci¨®n?¡±, ¡°chicos, m¨¢s bajito, que tengo que entregar esto y no me concentro¡±, ¡°?la impresora esa del Pleistoceno no va a parar nunca?¡±, ¡°pero ?qu¨¦ les pasa hoy a los tel¨¦fonos?¡±. Son comentarios que ha escuchado, o proferido, alguna vez cualquiera que haya trabajado en una oficina di¨¢fana. Luego est¨¢n los que solo se piensan: ¡°?no le habr¨¢n ense?ado a cerrar la boquita para comer chicle?¡±, ¡°?de verdad tenemos que enterarnos todos de que su se?ora no durmi¨® bien anoche / el ni?o ya hace pis solo / no piensa pagar esa chapuza al fontanero?¡± o ¡°?qu¨¦ estar¨¢n cuchicheando otra vez aquellos dos?¡±. El ruido hace que la convivencia con los colegas y la maquinaria de oficina no siempre sea f¨¢cil... Pero, por lo visto, se echa de menos cuando a uno lo mandan a teletrabajar a su casa. Si no, ?c¨®mo se explica que las webs y aplicaciones que reproducen los sonidos t¨ªpicos de estos templos del trabajo de cuello blanco hayan encontrado ahora un nuevo nicho entre los nost¨¢lgicos de la oficina?
Calm Office, que se anuncia como ¡°el sonido de la oficina, sin el jefe grit¨¢ndote¡±, es una de las m¨¢s populares. Consta de diez controles para dise?ar un ambiente completamente personalizado: uno puede hacer que predomine el sonido de la fotocopiadora, darle protagonismo al repiqueteo de los teclados, elevar ese inquietante zumbido del aire acondicionado, acallar las conversaciones de los compa?eros, hacer justo lo contrario¡ Tiene todo lo que un adicto al trabajo podr¨ªa desear. ¡°Es lo que escuchas cuando solo est¨¢s t¨², trabajando hasta tarde¡±, seg¨²n describe Stephane Pigeon, el creador de myNoise.net, la web dedicada a generadores de sonidos de fondo que alberga Calm Office.
Curiosamente, Pigeon se neg¨® durante a?os a subir un producto as¨ª a internet. ¡°No me resulta agradable de escuchar. El objetivo de mi p¨¢gina es crear sonidos hermosos destinados precisamente a enmascarar los ruidos molestos, como esos¡±, dice. Hasta que lleg¨® la pandemia y se vio confinado en su piso de Bruselas. Entonces pens¨® que a lo mejor hab¨ªa llegado el momento de abrirle la puerta al sonido de oficina, casi en plan de broma. ¡°Porque, seamos sinceros, yo creo que el 90% de la gente odia esos ruidos¡±. Tiene raz¨®n, muchos de los comentarios que recibe son sarc¨¢sticos. Pero hay personas a las que parece agradarle en serio esta iniciativa (¡°trabajaba en una empresa de ¡®software¡¯ y ese teclado y el rat¨®n me hacen sentir que sigo all¨ª, entre programadores¡±, dice una de ellas). Es el tipo de agradecimiento que se multiplic¨® durante los confinamientos provocados por el coronavirus.
Del consuelo a la coartada
Amparo Osca, investigadora del Departamento de Psicolog¨ªa Social y de las Organizaciones de la UNED, entiende el fen¨®meno: ¡°Como en general no nos gustan los cambios ¡ªy menos cuando son inesperados y nos exigen modificar nuestros h¨¢bitos¡ª, escuchar los sonidos de nuestro lugar habitual de trabajo nos puede ayudar a ajustarnos a la nueva situaci¨®n, a relajarnos y concentrarnos¡±. En eso estaban las improvisadas legiones de teletrabajadores forzosos cuando buscaban por v¨ªa auditiva un enlace a la normalidad trastocada. ¡°Me ech¨¦ a llorar, literalmente, cuando escuch¨¦ esto a las tres semanas de estar trabajando desde casa por la covid-19¡±, afirmaba uno de los comentarios a la grabaci¨®n de una oficina real, de una hora de duraci¨®n, que fue subida a YouTube en 2019.
Para los menos duchos en la navegaci¨®n intern¨¢utica, la m¨¢s famosa plataforma de v¨ªdeo ha supuesto el primer recurso al que acudir. En ella hay ¡°tesoros¡± como un v¨ªdeo de ocho horas de teclados, susurros y vibrantes tel¨¦fonos; dale al play a las nueve de la ma?ana y deja que te acompa?e hasta la hora de recoger. Con m¨¢s de 213.000 visualizaciones, recoge comentarios de hace ya cinco a?os, y entre ellos destaca el de alg¨²n usuario que sugiere un uso m¨¢s imaginativo que el de aplacar la a?oranza por los colegas (¡°cari?o, me voy a tener que quedar hasta tarde otra vez. No me esperes levantada¡±, dice sin tener en cuenta que en esta grabaci¨®n se pueden percibir sonidos de fax y que nadie viaja al pasado para hacer horas extra. Cuidado con las coartadas...).
La p¨¢gina Sound of Colleagues, que tambi¨¦n comenz¨® como un gui?o p¨ªcaro de dos agencias de publicidad suecas, Familjen Sockholm y Red pipe, incluye ruido de lluvia en las ventanas y los ladridos de un perro. Una avalancha de usuarios los llev¨® a crear una lista de reproducci¨®n en Spotify, en la que ampliaron el espectro de ambientes laborales: una startup en viernes tarde, con su ineludible mesa de ping-pong, locales de los noventa con m¨¢quinas de escribir y c¨®cteles, o la hora del desayuno con colegas sorbiendo caf¨¦, tosiendo (cosas de la era precoronavirus), silbando y mascando tostadas. Hay oficinas para todos los gustos.
El arte de enmascarar un sonido con otro
Desde un punto de vista cient¨ªfico, lo cierto es que estas grabaciones pueden tener mayor utilidad que la de retrotraernos a un mundo pasado evidentemente mejor que el actual. Aparte de mitigar la a?oranza de normalidad o del contacto social que supone el entorno laboral, estas bandas sonoras pueden servir tambi¨¦n para contrarrestar la distracci¨®n ac¨²stica que surge en casa con la televisi¨®n, los ni?os (nuestros o de los vecinos), las broncas (en nuestra casa o la de los vecinos), las obras sin final... ¡°El sonido de fondo, siempre que no pase de los 20-30 decibelios del ruido ambiente natural, crea un ambiente familiar, pero adem¨¢s nos ayuda a enmascarar el entorno sonoro que nos molesta¡±, asegura Manuel S¨¢nchez Malmierca, director del Instituto de Neurociencias de Castilla y Le¨®n.
Pero no vale cualquier banda sonora. Para resultar ¡°aislante¡± debe cumplir la esencia del denominado ruido blanco: el que tiene todas las frecuencias, sin que nada destaque. Como el sshhh que emitimos para mandar callar a alguien. ¡°Eso lo ecualiza y lo aten¨²a todo. Nos relaja porque descarga el esfuerzo que hacemos ante una determinada banda de frecuencias¡±. Antonio Pedrero, presidente de la Sociedad Espa?ola de Ac¨²stica, asegura que ellos los utilizan desde hace tiempo para mejorar la concentraci¨®n y la privacidad en entornos laborales. ¡°Se suelen introducir por los sistemas de hilo musical o megafon¨ªa. A pesar de que contribuyen a aumentar el volumen ambiental, los trabajadores se concentran mejor¡±.
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El ruido m¨¢s conflictivo es el habla humana. ¡°Por una cuesti¨®n muy simple¡±, alega S¨¢nchez Malmierca: ¡°El rango de frecuencia al que somos especialmente sensibles como especie es l¨®gicamente el que se utiliza en el lenguaje, que est¨¢ entre 1 y 4 kHz o incluso m¨¢s bajo¡±. No podemos evitar procesarlo, constantemente, y en el momento que entendemos algo que puede interesarnos en un murmullo incomprensible, afinar hacia ello nuestra atenci¨®n en una activaci¨®n conocida como el efecto c¨®ctel. Dylan Jones, profesor de psicolog¨ªa de la Universidad de Cardiff (Reino Unido) declaraba lo siguiente en un programa de la BBC dedicado al tema: ¡°Hay mucha evidencia de que la eficiencia mental cambia much¨ªsimo cuando hay conversaciones de fondo, con reducciones de hasta el 20% en la capacidad de recordar, por ejemplo, algo tan sencillo como un n¨²mero de tel¨¦fono. Y en tareas como la creatividad, e incluso en otras rutinarias, se produce una p¨¦rdida apreciable de eficiencia¡±.
Por eso, si nos empe?amos en recrear los tonos del trabajo, lo ideal es recurrir a elementos m¨¢s bien continuos, suaves y con discurso humano incomprensible y regular. De ah¨ª que Stephane Pigeon asegura haber pasado horas eliminando o modulando las palabras y el volumen de la charla de fondo en Calm Office. Por supuesto, tambi¨¦n se puede recurrir a Bach.
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