Decirle a tu pareja que tiene halitosis (o que no quieres ir a comer con sus padres) y salir indemne es posible
Hasta es posible que refuerce la relaci¨®n... si uno sabe c¨®mo se tratan asuntos tan delicados
![Young couple has breakfast at italian caf?](https://imagenes.elpais.com/resizer/v2/A7HTLOLP2FDLJNBDYG4MFASYLE.jpg?auth=0c512f32092044b47c1cccdf3702bdfae965f7d2dda36e2506fc3e858babf16b&width=414)
Que levante la mano quien viva (o haya vivido) en pareja y no tenga (o haya tenido) pendiente lidiar con una conversaci¨®n dif¨ªcil. Que no quieres comer todos los domingos en casa de su madre, que no hace otra cosa que hablar de su trabajo, que le huele el aliento, que ese pantal¨®n ya no le queda tan holgado, que lo va a reventar si sigue poni¨¦ndoselo... Motivos, banales o profundos, nunca faltan.
Parad¨®jicamente, son conversaciones que habitualmente cuesta menos tener con quienes hay menos confianza que con la pareja, precisamente donde m¨¢s deber¨ªa haberla. Y son temas que el silencio puede acabar convirtiendo en tab¨². Si sientes que navegas en arenas movedizas solo de pensarlo, respira profundamente, porque ha llegado la hora de destapar ese tema de conversaci¨®n dif¨ªcil y no morir en el intento.
Ni por ti ni por mi, esto es por nosotros
Una teor¨ªa del psic¨®logo estadounidense Robert Sternberg dice que cualquier relaci¨®n consta de intimidad, pasi¨®n y compromiso, y que en funci¨®n de c¨®mo se establezcan estos componentes se generar¨¢n unas bases m¨¢s o menos s¨®lidas para tratar cualquier asunto. Seg¨²n este esquema, una pareja fatua es aquella en la que no existe intimidad, que ha dejado vac¨ªo un hueco que se llena de secretos. La situaci¨®n puede nacer de las caracter¨ªsticas personales. ¡°Si uno de los miembros de la pareja es t¨ªmido o le cuesta plantear los temas, por ejemplo, es el otro quien echar¨¢ una mano. El problema puede aparecer cuando los dos son t¨ªmidos¡±, explica Marta de Prado Garc¨ªa, psicoterapeuta y autora del libro C¨®mo te relacionas en pareja (LoQueNoExiste). Pero la personalidad no siempre explica el silencio.
?Y si lo que hay es miedo? ?Y si lo que pasa es que no se quiere decepcionar? ?Y si falta confianza? ¡°La respuesta afirmativa a cualquiera de estas tres preguntas definen una mala relaci¨®n de pareja¡±, se?ala De Prado. ¡°La pareja debe confiar y ser c¨®mplice. Y aunque siempre va a haber un momento en el que vamos a decepcionarla (porque somos diferentes, generamos expectativas, hay malentendidos, no nos comunicamos bien), lo compensaremos con otras cosas¡±. Es eso o dejar que la bola de nieve crezca demasiado como para detener su avance arrollador...
Toca afrontar el asunto cara a cara, tal y como proponen los expertos. Eso s¨ª, mientras coinciden en que lo ideal es hablarlo todo apuntan que hay que fijarse bien tanto en el contenido como en la forma de comunicarlo. Sobre todo hay que analizar si suma (o multiplica) a la vida en pareja. Cuando se pone un pantal¨®n apretado porque ha engordado, subrayar este hecho solo resta cuando nadie ha pedido esa opini¨®n. El l¨ªmite entre la verdad y una mentira piadosa es que sientas que tu pareja har¨¢ el rid¨ªculo y se sentir¨¢ mal despu¨¦s, como expone la psic¨®loga Patricia Ram¨ªrez en el libro Diez maneras de cargarte tu relaci¨®n de pareja (Grijalbo).
A la hora de tratar aspectos cotidianos, quitarle hierro al asunto puede ayudar, sobre todo cuando la soluci¨®n es f¨¢cil. Si la pareja tiene halitosis, le huelen los pies o tiene un grano en la punta de la nariz, por ejemplo, ¡°no es necesario ser borde, es mejor echar una mano. Un ¡®cari?o, he comprado un colutorio mentolado que te vendr¨¢ genial¡¯ basta¡±, sugiere De Prado. Cuando los temas son m¨¢s serios es importante contar con m¨¢s estrategias. Por ejemplo, cuando a alguien no le apetece ir a comer con su suegra todos, todos, todos los domingos ¡ªy quien dice suegra, dice familia al completo, cu?ados incluidos¡ª. Para poner sobre la mesa lo que opinas, en lugar de decir ¡®no soporto a tu familia¡¯ o ¡®estoy saturada de este plan todos los santos fines de semana¡¯, quiz¨¢ sea m¨¢s eficaz ¡®hoy no me apetece ir a comer donde tu madre, pero, ?qu¨¦ te parece si voy el pr¨®ximo d¨ªa sin falta?¡¯.
Ahora bien, esto se puede decir tras algunos a?os de convivencia, cuando el factor confianza est¨¢ m¨¢s que trabajado. ?Y si la relaci¨®n est¨¢ empezando? ¡°Comparte desde el primer momento lo que te ha parecido, c¨®mo te has sentido, si ha habido alg¨²n episodio especialmente molesto, e intenta avisar de que querr¨¢s dosificar: ¡®vendr¨¦ cuando pueda, pero a veces me apetecer¨¢ m¨¢s quedarme en casa o hacer otro plan¡±.
Para la terapeuta familiar, las fronteras que no se pueden traspasar son la de la agresi¨®n y la del dolor. ¡°Decir ¡®estoy harto de tu trabajo¡¯ es agresivo y, adem¨¢s, ?a ti qu¨¦ m¨¢s te da! No te compete. No es tu trabajo. Sin embargo, otra cosa es que quiz¨¢ te afecte directamente su horario¡±. La psic¨®loga propone decirlo de manera m¨¢s emp¨¢tica y en positivo. ¡°Se puede decir todo lo que quieras, pero siempre y cuando ayude a construir en la pareja y vaya a aportar algo, no a generar un conflicto mayor. ?Qu¨¦ tal si en el ejemplo del trabajo, decimos, ¡®no nos cuadran los horarios, vamos a buscar un momento en el que nos dediquemos solo a nosotros¡¯?¡±. La forma lo cambia todo...
Ni un maestro de la argumentaci¨®n se libra de los problemas
De todas las variables que intervienen en cualquier conversaci¨®n, hay dos de alto impacto: la argumentaci¨®n y la empat¨ªa. La argumentaci¨®n tiene que ver con el mensaje, con qu¨¦ se dice, y la empat¨ªa con qui¨¦nes son los interlocutores. El consultor y conferencista ?lvaro Gonz¨¢lez-Alorda recomienda en sus charlas ¡°establecer una ¡®preconversaci¨®n¡¯, tantear el terreno, buscar un canal de sinton¨ªa con alg¨²n gesto amable, cari?oso, adem¨¢s de ensayar una conversaci¨®n interior previa: saber qu¨¦ se pretende conseguir con la conversaci¨®n¡±. Un buen argumento ser¨¢ directo, nada de irse por las ramas, afectuoso, sin juicios, sin quedarte en la queja y sin dar vueltas con verborrea innecesaria que haga que el mensaje se pierda.
Pensar c¨®mo se va a sentir el otro, sin ser condescendiente, es emp¨¢tico y clave en una conversaci¨®n cualquiera. Mucho m¨¢s en una que toca temas sensibles. Estas interacciones ¡°tambi¨¦n te ayudar¨¢n a escoger el momento id¨®neo para tenerla. Antes de abordar una conversaci¨®n, revisa tu conversaci¨®n interior¡±, dice el consultor. Y no te olvides que el cuerpo tambi¨¦n habla. Todo lo que digas con una mirada, una caricia, una sonrisa sienta mejor para las dos partes. Y es, sin duda, m¨¢s eficaz. La empat¨ªa empieza por saber escuchar por lo que hemos de olvidarnos de las interrupciones, las distracciones con el m¨®vil o la tele.
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