Un consuelo (y varios consejos) para quien nunca consigue tener ¨¦xito y siempre es por su culpa
Si te ves identificado en estas historias, est¨¢s de enhorabuena: te autosaboteas, pero tienes remedio
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Imagina que llevas meses esperando cambiar tu contrato de sustituci¨®n por uno m¨¢s estable cuando un compa?ero anuncia que se marcha. Re¨²nes fuerzas y te diriges al despacho del jefe, te dice que pases y, presa de la ansiedad, golpeas con los nudillos en la puerta mientras insistes con un torpe ¡®?se puede?¡¯. ?l, con cara de extra?eza, repite que s¨ª. Entras, te sientas y no sueltas m¨¢s que balbuceos inconexos¡ casi que ni tu contrato de sustituci¨®n est¨¢ garantizado cuando sales del despacho. Y no es la primera vez que te sucede algo as¨ª. ?Por qu¨¦ siempre tropiezas cuando el objetivo est¨¢ al alcance de la mano?
Como eres inteligente, no te consolar¨¢ que le pase a mucha gente. Pero tiene un lado bueno: gracias a eso la psicolog¨ªa conoce bien el fen¨®meno, que no siempre sucede en el terreno laboral, como muestra el siguiente ejemplo real (el anterior tambi¨¦n lo era). Marina viv¨ªa en una isla del Caribe y sal¨ªa con un chico del que estaba profundamente enamorada. ?l estaba destinado all¨ª como polic¨ªa, pero tras unos meses ten¨ªa que regresar a su puesto en Francia. El d¨ªa antes, todos sus compa?eros de trabajo y altos oficiales le prepararon una fiesta de despedida. El sue?o de Marina era viajar con ¨¦l a Europa y establecerse juntos. ¡°Sab¨ªa que ese d¨ªa era importante que me comportara ante ellos como una novia formal, con mucha educaci¨®n¡ Vamos, lo l¨®gico en una situaci¨®n as¨ª. Pero estaba tan aturdida por su marcha que me agarr¨¦ una borrachera enorme, y encima ten¨ªa una amiga de visita que a¨²n se emborrach¨® m¨¢s¡ Y mientras ella se puso a dar abrazos a la mujer del jefe de mi chico, yo me pas¨¦ la noche llorando por las esquinas. Quer¨ªa impresionar a su entorno para que continu¨¢ramos la relaci¨®n, pero termin¨® por ser una buena historia de autosabotaje¡±, cuenta ya sin demasiado pesar, pasados los a?os. En efecto, lo suyo fue un autosabotaje de nivel.
Maneras de vivir... para evitar tener ¨¦xito
Para Sonia Castro, psic¨®loga en el Instituto Europeo de Psicolog¨ªa Positiva, el relato de Marina le suena a algo muy habitual, que es que nos fijamos objetivos que no han nacido dentro de nosotros: ¡°A lo mejor en este caso el hecho de volver a Europa a trabajar era una meta m¨¢s de ¨¦l que de ella... y cuando nos dejamos empujar por metas de otras personas es mucho m¨¢s f¨¢cil caer en autosabotaje, algo que pasa mucho, por ejemplo, cuando un adolescente escoge una carrera que no desea debido a la presi¨®n de los padres o del entorno¡±.
Para evitar esta modalidad de autosabotaje es fundamental tener muy claro qu¨¦ queremos hacer y por qu¨¦ deseamos hacerlo. Castro recuerda que la motivaci¨®n es b¨¢sica para que no terminemos sufriendo los batazacos de nuestras propias zancadillas. ¡°Es la gasolina del coche, los objetivos son el destino final¡±, explica. Siguiendo con la analog¨ªa, la psic¨®loga apunta que para que no nos falte combustible hay que crear un plan de acci¨®n espec¨ªfico, que incluya peque?os premios cada vez que alcancemos un objetivo. Algo as¨ª como convertirnos en nuestros propios entrenadores personales, con unas metas y gratificaciones bien establecidas.
As¨ª dicho, parece f¨¢cil, pero la cosa tiene m¨¢s enjundia de la que parece. ¡°El miedo al fracaso se entiende muy f¨¢cilmente, pero el miedo al ¨¦xito llama m¨¢s la atenci¨®n, porque uno se pregunta por qu¨¦ alguien que podr¨ªa triunfar en la vida no querr¨ªa hacerlo. Esto, en realidad, no nos sucede a un nivel consciente, sino que se produce m¨¢s a un nivel semiconsciente o preconsciente¡±, explica la psic¨®loga cl¨ªnica Michiyo Meguro. La terapeuta resalta que hay varios factores que provocan que nos juguemos estas malas pasadas a nosotros mismos, y que el primero pasa por que cualquier situaci¨®n nueva supone una dosis alta de incertidumbre que no todo el mundo tolera: ¡°Aunque lo que nos vaya a pasar sea mejor, si t¨² no te has enfrentado antes a esta situaci¨®n no tienes herramientas para manejarla¡±.
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Aliviar la ansiedad en la era de la incertidumbre
Otras modalidades de autosabotaje tienen que ver con la forma de ser, la experiencia vital y la edad de cada persona. Castro apunta que la m¨¢s com¨²n es la que implica procrastinaci¨®n, que ¡°sucede cuando queremos empezar algo pero lo vamos postergando una y otra vez, lo que les pasa mucho a los adolescentes por falta de responsabilidad¡±. Pero no echemos balones fuera; los m¨¢s mayores tampoco nos libramos de aparcar las obligaciones y metas, solo que solemos hacerlo de una manera m¨¢s disimulada. ¡°Muchas veces empezamos las cosas pero no las terminamos, las dejamos a medias. Eso es m¨¢s habitual en adultos porque algunos objetivos requieren una planificaci¨®n y una motivaci¨®n importantes. Sucede, por ejemplo, cuando alguien se plantea una dieta de un a?o y la deja al comienzo¡±, comenta la experta.
Otros tipos de autosabotaje son el que se da en personas muy perfeccionistas, que dejan de aspirar a sus metas por el temor de no conseguir la perfecci¨®n, y el de quienes ponen excusas sin parar, del tipo ¡°estoy muy ocupado¡±, ¡°no estoy en el mejor momento para eso¡± o ¡°ya me pilla muy mayor¡±... ?Te suena? Para rizar el rizo, puede suceder, tal es nuestra complejidad, que pensamos que queremos algo cuando, en el fondo, no es as¨ª. En este caso, el cerebro se pone a trabajar a nuestras espaldas para alejarnos de aquella meta que no acaba de convencerle.
Es el caso de Beatriz, una gu¨ªa tur¨ªstica que pas¨® meses preparando una dura prueba de ingreso para trabajar en Londres: ¡°Mi sue?o era ser gu¨ªa de viajes y el examen que se realiza para ello en Reino Unido es muy exigente. Cuando fui a hacer la prueba oral me puse tan nerviosa y me bloque¨¦ con tal ataque de p¨¢nico que no me aceptaron porque me dijeron que no ten¨ªa suficiente nivel de ingl¨¦s, a pesar de ser biling¨¹e. Ahora lo pienso y lo que pas¨® fue que yo ten¨ªa muchas dudas dentro de m¨ª, quer¨ªa ser gu¨ªa pero no ten¨ªa claro que lo quisiera ser en Londres, donde ya llevaba muchos a?os viviendo¡±, cuenta. Despu¨¦s de aquello, volvi¨® a Espa?a y logr¨® aprobar el examen de gu¨ªa tur¨ªstico oficial de la Comunidad de Madrid, cumpliendo as¨ª su sue?o en el lugar donde realmente quer¨ªa.
Ahora, la realidad: no hay ¨¦xito sin perseverancia
Sucede que el ¨¦xito, como a Beatriz, llega cuando nos enfrentamos a las situaciones nuevas como si fueran un reto, y no una amenaza. Para eso hay que prepararse bien mentalmente y tener en cuenta que si notamos que nos paralizamos ante situaciones o pruebas que pueden suponernos una mejora, ya sea sentimental o laboral, hay una serie de pautas que podemos aplicar para enfocar mejor nuestras miras.
Lo primero es, como ante toda dificultad, reconocer lo que nos pasa y entender por qu¨¦ hemos llegado a esa situaci¨®n, buceando en nuestra infancia y vida adulta. Despu¨¦s tenemos que optar conscientemente por tener una vida mejor. ¡°Salir de una situaci¨®n a la que est¨¦s acostumbrado y destacar supone una responsabilidad y un esfuerzo, porque al final cuanto m¨¢s avanzas m¨¢s tienes que hacer, y mantenerte es m¨¢s dif¨ªcil. No es f¨¢cil para la mayor parte de la gente mantener esa capacidad de esfuerzo y tener la habilidad de asumir las responsabilidades¡±, desarrolla Meguro. Castro a?ade que la clave est¨¢ en la perseverancia: ¡°No debemos tirar la toalla a la primera de cambio. La impaciencia y las prisas no benefician y lo ¨²nico que consiguen es que llegue la frustraci¨®n¡±.
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Hemos comprado la idea de ¨¦xito que nos han vendido
El trabajo de autoestima tambi¨¦n resulta b¨¢sico para modificar nuestro temor, e incorporar al d¨ªa a d¨ªa t¨¦cnicas de control de la ansiedad, como la meditaci¨®n, puede ayudar. ¡°Tener miedo es natural, pero la persona debe trabajar en ser consciente de cu¨¢les son sus temores y, una vez ubicados, no debe evitarlos, sino acogerlo y aceptarlos¡±, se?ala Castro. Por ¨²ltimo, cabe infundirnos todo el ¨¢nimo necesario y ser en cierto modo indulgentes con nosotros mismos si nos sentimos apocados ante nuestros propios sue?os, pues es algo humano y con remedio. ¡°Claramente los autosabotajes aparecen cuando tenemos algo que ganar, y eso hace evidente que tambi¨¦n tenemos algo que perder¡±, concluye Meguro. ?No deber¨ªa eso ser suficiente para redoblar los esfuerzos?
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