?Por qu¨¦ siempre estoy cansado, doctor? Lo (mucho) que puede aclarar sobre la fatiga una visita al m¨¦dico
Todo lo que hay detr¨¢s de un cansancio que no cesa
Ma?ana del lunes. Un pitido se cuela en el pl¨¢cido sue?o. Te sacudes el aturdimiento, abres los ojos y no das cr¨¦dito. Jurar¨ªas que te acostaste hace tan solo una hora, pero una mirada al reloj lo desmiente claramente: han transcurrido siete. Y eso que has pasado el fin de semana en posici¨®n horizontal, de la cama al sof¨¢, y viceversa¡ Lo peor es que no es la primera vez que te pasa. Casi se ha convertido en costumbre. Sentir que te han robado las fuerzas es tu an¨®mala nueva normalidad. Pero sacas fuerzas para ir al m¨¦dico; lo primero es la salud. Bien hecho.
Porque lo que te pide el cuerpo es buscar una excusa f¨¢cil. El cambio de estaci¨®n, por ejemplo. Podr¨ªa valer. Al fin y al cabo, el oto?o crea cierta apat¨ªa, con sus d¨ªas grises y noches que cada vez comienzan antes. Est¨¢ demostrado, es un s¨ªntoma del Trastorno Afectivo Estacional. Seg¨²n afirma un estudio publicado en la revista British Journal of Nursing, sucede que el cambio de estaci¨®n favorece ligeras alteraciones en el estado an¨ªmico acompa?adas de la sensaci¨®n de falta de energ¨ªa. Una investigaci¨®n publicada en la prestigiosa revista m¨¦dica The Lancet explica que lo que pasa es que la reducci¨®n de horas de luz est¨¢ relacionada con niveles bajos de serotonina en el cerebro. El cuerpo te pide pararte, descansar y aceptar sin m¨¢s el diagn¨®stico de astenia oto?al. Para qu¨¦ moverte...
Pero no. ¡°El cambio del verano al oto?o puede descolocarnos un poco porque provoca alteraciones en el biorritmo y en el estado de ¨¢nimo, pero se pasa en cuanto se regula, no es algo patol¨®gico¡±, explica Milagros Gonz¨¢lez B¨¦jar, m¨¦dica de atenci¨®n primaria en el Servicio Madrile?o de Salud y miembro de la Sociedad Espa?ola de M¨¦dicos de Atenci¨®n Primaria (SEMERGEN). Si te pasas el d¨ªa intentando recordar en qu¨¦ momento te pas¨® una apisonadora por encima, puedes estar seguro de que el tiempo no tiene la culpa. Basta sentarte delante del m¨¦dico para darte cuenta de que est¨¢s atrapado por la pandemia de cansancio: el agotamiento es la s¨¦ptima causa de consulta en atenci¨®n primaria, y los estudios m¨¢s recientes concluyen que un 25% de la poblaci¨®n padece un cansancio del que desconoce la raz¨®n, una situaci¨®n que es el doble de frecuente entre las mujeres, apunta Gonz¨¢lez B¨¦jar. Y explica qu¨¦ se puede esperar de la consulta.
La ¡°prueba de la silla¡±, el mejor camino para indagar en el contexto
Hay cosas que son obvias cuando se ven desde fuera y pasan inadvertidas para quien las sufre. ?Y si ese cansancio exagerado ha aparecido justo despu¨¦s de que te hayan hecho jefe? ?O cuando empezaste la reforma de la casa sin sospechar de que durar¨ªa m¨¢s que la obra de El Escorial? Como afirma el doctor Jaime Merino, expresidente de la Sociedad Espa?ola de Medicina Interna (SEMI), ¡°la silla es el mejor instrumento del m¨¦dico porque hablar con el paciente es clave para tratar de hallar un diagn¨®stico¡±.
El m¨¦todo parece ser especialmente ¨²til cuando hablamos de una fatiga misteriosa, ya que es habitual que la extenuaci¨®n infinita pueda deberse a causas tan dispares como el estr¨¦s, falta de sue?o, exceso de actividad, el uso de medicamentos como ansiol¨ªticos, antidepresivos y antihistam¨ªnicos, que cuentan el cansancio entre sus efectos secundarios... Si es el caso, uno puede pasar con cierto alivio a la siguiente fase, la del tratamiento, pero el origen del problema no siempre aflora tan f¨¢cilmente. El m¨¦dico puede tener que ahondar un poco m¨¢s. ¡°Hay que profundizar en los antecedentes, si le ha pasado m¨¢s veces, c¨®mo se encuentra en su entorno laboral, en su entorno familiar¡ El origen puede estar en causas org¨¢nicas o ps¨ªquicas, como una depresi¨®n¡±, se?ala Gonz¨¢lez B¨¦jar.
As¨ª que la charla contin¨²a hasta que llega el momento de indagar en algo m¨¢s tangible que las palabras. Comienza la exploraci¨®n f¨ªsica. Como explica la doctora de atenci¨®n primaria, con ella se pueden obtener otro tipo de respuestas con par¨¢metros mensurables: qu¨¦ temperatura tiene el paciente, cu¨¢l es su ?ndice de Masa Corporal (IMC) y si ha variado con respecto a los registrados previamente, si la auscultaci¨®n descarta una insuficiencia cardiaca, qu¨¦ marca el tensi¨®metro¡ Este dato es importante porque la fatiga es un s¨ªntoma de una presi¨®n arterial baja que puede indicar muchas cosas, desde una leve deshidrataci¨®n a problemas endocrinos o del coraz¨®n. En caso de que la exploraci¨®n desvele fiebre, que haya habido p¨¦rdida de peso o que haya alguna anomal¨ªa en la auscultaci¨®n, el m¨¦dico contar¨¢ con nuevas pistas que seguir, con la ayuda de las t¨¦cnicas diagn¨®sticas.
Del an¨¢lisis de sangre al TAC
Las posibles pruebas van desde los an¨¢lisis de orina al examen de la gl¨¢ndula tiroides (el hipotiroidismo puede estar detr¨¢s de la fatiga), pasando por la actividad del h¨ªgado y de la de los ri?ones, puesto que una enfermedad de estos ¨®rganos tambi¨¦n puede ser el motivo de un agotamiento excesivo e inexplicable. Pero lo primero ser¨¢ un sencillo an¨¢lisis de sangre. A trav¨¦s de ¨¦l podemos saber si lo que nos ocurre es que tenemos una anemia de caballo, una de las principales causas del cansancio. O analizar un par¨¢metro que puede aportar bastantes pistas: la velocidad de sedimentaci¨®n. Como explica el m¨¦dico Jaime Merino, este par¨¢metro ¡°habla de la tranquilidad del cuerpo. Aumenta ante cualquier proceso inflamatorio, de forma que si en los resultados esa velocidad aparece alta significa que hay un proceso inflamatorio¡± que puede estar detr¨¢s del cansancio. Cuanto m¨¢s desciendan los gl¨®bulos rojos en un tubo de ensayo durante una hora, mayor ser¨¢ la respuesta inflamatoria del organismo.
Los m¨¦dicos cuentan con m¨¢s pruebas complementarias, entre las que se encuentran radiograf¨ªas, TAC y resonancias magn¨¦ticas, que se solicitar¨¢n si por la anal¨ªtica o la informaci¨®n recopilada a trav¨¦s de las preguntas se sospecha de una enfermedad concreta. Por ejemplo, de apnea del sue?o, una patolog¨ªa por la que el paciente no llega a despertarse pero tampoco duerme como es debido; est¨¢ en un continuo dormir-despertar que tiene como consecuencia un sue?o que no es reparador. No descansa.
En el cuadro final, que puede comenzar a dibujarse en los primeros cinco minutos de consulta o precisar numerosas ¡ªy avanzadas¡ª pruebas diagn¨®sticas, hay muchas opciones, desde estr¨¦s a enfermedades graves como el c¨¢ncer. Tambi¨¦n la covid-19, que tiene entre sus s¨ªntomas m¨¢s frecuentes, adem¨¢s de la fiebre, un gran cansancio. ¡°La expresi¨®n m¨¢s clara del coronavirus es que produce un s¨ªndrome inflamatorio brutal en todo el cuerpo, y por eso se produce un gran cansancio. Es una manifestaci¨®n secundaria a ese proceso infeccioso¡±, recuerda Merino, coordinador del grupo de trabajo de educaci¨®n sanitaria para la ciudadan¨ªa de la SEMI.
Pero tambi¨¦n es posible que, despu¨¦s de todas las pruebas realizadas, el m¨¦dico contin¨²e sin encontrar la causa. Cuando eso ocurre y el cansancio dura m¨¢s de seis meses, y no se alivia con descanso, el diagn¨®stico m¨¢s probable ser¨¢ astenia cr¨®nica. ¡°Es un proceso en el que la causa real de ese cansancio que dura varios meses no acaba de estar clara. Se barajan enfermedades autoinmunes, pero en muchos casos lo que hay son trastornos ps¨ªquicos, aunque no se sabe con certeza¡±, explica Merino. No siempre es una enfermedad psicol¨®gica. Quiz¨¢ varias causas se combinan para originar este s¨ªndrome.
En ese caso, el diagn¨®stico puede no ser de gran ayuda, pero poner nombre al origen del cansancio en general es la forma de librarnos de ¨¦l: una vez conocida la raz¨®n, solo queda seguir los consejos y tratamientos dise?ados para combatir eso que lo ha provocado. Pero si el objetivo es intentar esquivar de todas las formas posibles el hecho de encontrarnos en esa situaci¨®n, los expertos consultados apuntan una receta casi infalible: si llevamos una vida sana, tenemos menos papeletas para pertenecer al 25% de la poblaci¨®n que padece un cansancio extenuante. Eso implica alimentarse bien, hacer ejercicio f¨ªsico discreto pero permanente, evitando el exceso de actividad f¨ªsica, y huir de t¨®xicos como el tabaco, el alcohol o las drogas. B¨¢sicamente, seguir el abec¨¦ del estilo de vida saludable: una rutina provechosamente feliz.
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