El dilema de la candidatura unitaria

Cualquier an¨¢lisis desapasionado sobre lo acontecido durante los dos ¨²ltimos a?os en Catalu?a deber¨ªa reconocer el ¨¦xito sin matices que ha cosechado el movimiento independentista en la calle. No obstante, realizar actos multitudinarios no conlleva inherentemente ser una opci¨®n mayoritaria entre la ciudadan¨ªa. Y es que, en realidad, no es f¨¢cil saber qu¨¦ opina una sociedad midiendo el ¨¦xito de las protestas en las calles, pues siempre queda la duda de qu¨¦ es lo que piensa esa famosa ¡°mayor¨ªa silenciosa¡± que decide quedarse en casa. Es por este motivo que el movimiento soberanista necesita urgentemente dejar atr¨¢s la protesta y entrar en una nueva fase que les permita comprobar de una vez por todas si realmente cuentan con el apoyo de la mayor¨ªa de los catalanes.

El instrumento indicado para este fin es, sin lugar a dudas, la convocatoria de un proceso electoral. Descartada la opci¨®n de un refer¨¦ndum o consulta, al Govern de CiU no le queda m¨¢s remedio que usar el amparo legal de unas elecciones ordinarias para facilitar que los catalanes expresen su apoyo a la independencia. Pero, ?realmente pueden unas elecciones auton¨®micas ser ¨²tiles para demostrar que el independentismo es mayoritario en Catalu?a? Existen dudas m¨¢s que razonables. Los estudios de ciencia pol¨ªtica demuestran que los ciudadanos, al decidir su voto en unas elecciones, lo hacen motivados por numerosos factores. En efecto, el voto est¨¢ condicionado, entre otros elementos, por la simpat¨ªa que nos genera un candidato, por la adhesi¨®n a unas silgas determinadas, por el grado de acuerdo con el programa electoral o por la voluntad de castigar (o premiar) la gesti¨®n del gobierno saliente.

?Realmente pueden unas elecciones auton¨®micas ser ¨²tiles para demostrar que el independentismo es mayoritario en Catalu?a?

Es por este motivo que no es f¨¢cil interpretar por qu¨¦ la gente acaba votando una candidatura u otra, pues su decisi¨®n est¨¢ condicionada por muchos factores. La convocatoria de elecciones s¨®lo puede operar como plebiscito si de sus resultados se desprende de forma inequ¨ªvoca que existe un apoyo mayoritario por la independencia. Cuanto mayores sean las dudas sobre lo que realmente est¨¢n expresando los catalanes con su voto, menos servir¨¢n las elecciones como un aval de que el independentismo es mayoritario en Catalu?a.

En este sentido, la creaci¨®n de una candidatura unitaria a favor de la independencia podr¨ªa ayudar a que las elecciones fueran verdaderamente plebiscitarias. Pero, para ello, esta candidatura unitaria deber¨ªa cumplir al menos tres requisitos, algunos de los cuales es altamente improbable que sean aceptados por los partidos pol¨ªticos.

Una candidatura unitaria s¨®lo puede ser ¨²til si es as¨¦ptica

El primer lugar, la candidatura deber¨ªa estar despose¨ªda de las siglas y logos de los partidos que la apoyan. Con el fin de evitar confusiones sobre qu¨¦ se est¨¢ votando, la papeleta deber¨ªa mostrar ¨²nicamente y de forma clara ¡°candidatura del SI (a la independencia)¡±. En segundo lugar, la lista de esta candidatura unitaria no deber¨ªa contar con pol¨ªticos o personajes famosos. La simpat¨ªa o animadversi¨®n que genera un candidato determinado puede condicionar de forma significativa el voto de los ciudadanos. Y en tercer lugar, la campa?a y el programa electoral no deber¨ªan contener ninguna medida de acci¨®n de gobierno m¨¢s all¨¢ de declarar el apoyo a la independencia y el compromiso de convocar nuevas elecciones inmediatamente.

Estos tres criterios ayudar¨ªan a configurar lo que podr¨ªamos llamar una candidatura as¨¦ptica, despose¨ªda de elementos que podr¨ªan diluir la interpretaci¨®n de que los ciudadanos est¨¢n expresando una preferencia inequ¨ªvoca por la independencia y no por otras cuestiones.

En definitiva, una candidatura unitaria s¨®lo puede ser ¨²til si es as¨¦ptica. D¨¦jenme que ponga un ejemplo de por qu¨¦. Seg¨²n la ¨²ltima encuesta del CEO, alrededor de uno de cada cuatro independentistas valora negativamente la gesti¨®n del Govern de la Generalitat. As¨ª, de aparecer Artur Mas en la lista (incumpliendo el segundo requisito), no ser¨ªa descartable que algunos votantes independentistas dejaran de votar a esa candidatura por el rechazo que les genera el President y su acci¨®n de gobierno.

Los independentistas no son un colectivo homog¨¦neo, sino que pueden llegar a diferir mucho en sus filias y fobias pol¨ªticas. En este sentido, cualquier candidatura unitaria que contenga elementos que generan divisi¨®n (como l¨ªderes pol¨ªticos reconocibles o un programa electoral para la siguiente legislatura) puede diluir la claridad a la hora de interpretar los resultados como un apoyo inequ¨ªvoco a la independencia. Si el soberanismo realmente quiere convertir unas elecciones auton¨®micas en un plebiscito debe proponer una candidatura unitaria lo m¨¢s as¨¦ptica posible. De lo contrario, muchos no podremos evitar pensar que se trata de una candidatura al servicio de otros fines, algunos de los cuales poco tienen que ver con la independencia de Catalu?a.

Lluis Orriols es doctor por la Universidad de Oxford y profesor de Ciencia Pol¨ªtica en la Universidad Carlos III de Madrid.