El independentismo ante las urnas
Su asignatura pendiente es demostrar que la mayor¨ªa de los catalanes desean un nuevo Estado
La noticia era de esperar. Tras dos a?os y medio de movilizaci¨®n casi permanente, el soberanismo catal¨¢n necesitaba urgentemente dejar atr¨¢s los actos de participaci¨®n ciudadana y afrontar, de una vez por todas, un proceso electoral. En los ¨²ltimos a?os, los independentistas han dejado acreditada en numerosas ocasiones su extraordinaria capacidad de movilizaci¨®n en las calles. Su asignatura pendiente es poner a prueba su fuerza en las urnas y demostrar que realmente la independencia es mayoritaria entre los catalanes.
No hay duda de que el avance de las elecciones responde en gran parte al temor a que se produzca un cansancio en las filas independentistas. Y es que cualquier movimiento social es finito: no puede esperarse que la ciudadan¨ªa est¨¦ instalada en la protesta en las calles de forma indefinida. En este sentido, unas elecciones despu¨¦s del verano permitir¨ªan a los catalanes acudir a las urnas antes de que se noten los efectos de un previsible cansancio del movimiento soberanista.
El avance electoral tambi¨¦n ayuda a sortear otro de los principales escollos a los que se enfrenta el independentismo: Podemos. Hasta la fecha, las encuestas muestran a un electorado catal¨¢n profundamente dividido en funci¨®n de su identidad nacional. Cada comunidad cuenta hoy con un men¨² propio de partidos: los ciudadanos que se sienten esencialmente catalanes votar¨ªan a CiU, ERC o la CUP y los que se sienten espa?oles o tienen una identidad mixta (tan catalanes como espa?oles) optar¨ªan por Podemos, Ciutadans, PP o PSC. Atr¨¢s quedaron esos tiempos en que PSC y CiU se defin¨ªan como partidos transversales capaces de atraer apoyos de ambas comunidades nacionales. Actualmente, s¨®lo los socios catalanes de Izquierda Unida (ICV) conseguir¨ªan la haza?a de romper esta frontera que divide a los catalanes y atraer a un electorado heterog¨¦neo en su identidad nacional.
Por el momento, las encuestas son claras: en unas elecciones auton¨®micas catalanas, Podemos deber¨ªa conformarse con ganar votos esencialmente del sector espa?olista. El partido de Pablo Iglesias es la primera fuerza en intenci¨®n de voto entre el electorado con una identidad espa?ola o mixta, pero su atractivo electoral se reduce sustancialmente entre el electorado con identidad catalana. As¨ª, los datos indican que la extraordinaria habilidad de Podemos para marcar la agenda pol¨ªtica de nuestro pa¨ªs se diluye cuando llega a Catalu?a.
Desde esta perspectiva, Podemos representar¨ªa una amenaza letal para un PSC ya muy moribundo pero ser¨ªa relativamente inocuo para las fuerzas soberanistas. No obstante, es importante destacar que las fronteras entre las dos comunidades nacionales podr¨ªan desvanecerse en unas eventuales elecciones generales. A la hora de escoger los representantes al Congreso de los Diputados, un volumen muy importante de votantes de ERC (alrededor del 20%) estar¨ªa dispuesto a cambiar su voto a favor de Podemos.
No hay duda de que las fuerzas independentistas tienen un enorme inter¨¦s en que se mantenga este escenario pol¨ªtico con un electorado catal¨¢n f¨¦rreamente dividido en dos comunidades nacionales. Es por esto motivo, que las elecciones auton¨®micas deb¨ªan producirse antes que las generales. De lo contrario, la campa?a electoral catalana pod¨ªa quedar contaminada por las din¨¢micas pol¨ªticas a nivel nacional, lo que facilitar¨ªa que Podemos pudiera, por fin, penetrar con fuerza entre el electorado catalanista a costa de ERC y, con ello, poner el soberanismo en serias dificultades.
Lluis Orriols es doctor por la Universidad de Oxford y profesor de ciencia pol¨ªtica en la Universidad Carlos III de Madrid.
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