El voto de la generaci¨®n 15-M
La edad es ahora un elemento central de la competici¨®n electoral. Podemos aparece como el partido de los perdedores de la crisis, los j¨®venes
Nunca antes la edad hab¨ªa cobrado un protagonismo tan central a la hora de entender el escenario pol¨ªtico de nuestro pa¨ªs. La distancia pol¨ªtica que separa a j¨®venes y mayores ha alcanzado en los ¨²ltimos a?os unas dimensiones hasta hoy desconocidas. As¨ª lo muestran las encuestas m¨¢s recientes. Seg¨²n estas, si bien las generaciones m¨¢s mayores a¨²n parecen seguir viviendo bajo la l¨®gica del bipartidismo, las m¨¢s j¨®venes se han rendido en masa a los encantos de Podemos. Entre ¨¦stos ¨²ltimos, la intenci¨®n de voto a la formaci¨®n liderada por Pablo Iglesias superar¨ªa holgadamente la suma de PP y PSOE juntos.
Las diferencias pol¨ªticas entre j¨®venes y mayores no son nuevas. Ya en el pasado las distintas generaciones hab¨ªan mostrado un comportamiento electoral diferenciado. Sin embargo, la brecha entre j¨®venes y mayores se hab¨ªa reducido de forma muy significativa en los ¨²ltimos tiempos. En las Elecciones Generales de 2011, los menores de 25 a?os no votaron de una manera muy distinta a otros grupos de edad. Seg¨²n el CIS, casi la mitad de los j¨®venes se declaraban entonces votantes del PP o del PSOE, lo que supon¨ªa apenas dos puntos de diferencia con respecto al resto de la poblaci¨®n. Tan s¨®lo cuatro a?os atr¨¢s, el apoyo al bipartidismo era generalizado entre el electorado espa?ol con independencia de la edad.
Existe una narrativa muy extendida en el debate p¨²blico que defiende que el primer s¨ªntoma de la crisis del bipartidismo apareci¨® precisamente en 2011 con el surgimiento del 15-M. Es cierto que, seg¨²n las encuestas, el apoyo al PP era marginal entre los que participaron en esa movilizaci¨®n. Sin embargo, el movimiento de los indignados no se caracterizaba en ese momento por una particular fobia al partido socialista. De hecho, entre los activistas del 15-M, el PSOE habr¨ªa sido la formaci¨®n m¨¢s votada en las elecciones generales de 2011. As¨ª, la creencia de que la oposici¨®n al bipartidismo era un elemento aglutinador del 15-M no se ajusta a la realidad.
Los j¨®venes han demostrado en el pasado ser particularmente vol¨¢tiles en sus preferencias partidistas
Si la edad no fue un factor clave para entender la competici¨®n partidista en nuestro pa¨ªs durante la pasada legislatura, en la actualidad se ha convertido en el elemento central. Nunca antes las encuestas hab¨ªan mostrado con tanta contundencia unas diferencias tan abismales entre generaciones. Podemos alcanza entre los m¨¢s j¨®venes una intenci¨®n de voto muy cercana a la que observamos cuando se produce una victoria por mayor¨ªa absoluta. Sin embargo, su atractivo se desvanece por completo entre los que tienen m¨¢s de 60 a?os. Las encuestas sugieren que si s¨®lo votaran los de esta ¨²ltima generaci¨®n ser¨ªa el PP quien alcanzar¨ªa la mayor¨ªa absoluta.
Estas diferencias generacionales se explicar¨ªan en parte por el hecho de que los grandes perdedores de la crisis econ¨®mica han sido los m¨¢s j¨®venes. En efecto, tanto la precarizaci¨®n laboral como la destrucci¨®n de empleo se ha concentrado muy particularmente entre los de menor edad. Y la evidencia nos muestra que Podemos es particularmente atractivo entre quienes m¨¢s han sufrido la embestida de la crisis.
Como argumenta el investigador del CSIC Jos¨¦ Fern¨¢ndez-Albertos en su libro Los votantes de Podemos (Catarata), el partido de Pablo Iglesias se est¨¢ consolidando como el partido de los perdedores de la crisis y de los que m¨¢s sienten la falta de oportunidades.
La inc¨®gnita que permanece abierta es hasta qu¨¦ punto la crisis del bipartidismo es un simple par¨¦ntesis o ha venido para quedarse. La crisis de confianza pol¨ªtica que viven los j¨®venes es de tal magnitud que se hace dif¨ªcil pensar que esta tendencia pueda revertirse en el corto plazo. Aun as¨ª, los j¨®venes han demostrado en el pasado ser particularmente vol¨¢tiles en sus preferencias partidistas. Por ejemplo, Felipe Gonz¨¢lez lleg¨® a La Moncloa en 1982 especialmente aupado por los m¨¢s j¨®venes, pero tambi¨¦n fueron los j¨®venes quienes estuvieron detr¨¢s de su derrota en la elecciones legislativas de 1996.
En definitiva, Espa?a vive hoy un conflicto generacional sin precedentes. Los j¨®venes, altamente decepcionados con el sistema pol¨ªtico y particularmente castigados por la crisis econ¨®mica, sienten c¨®mo las instituciones les han abandonado a su suerte. Los pol¨ªticos har¨ªan bien en situar las demandas y necesidades de los j¨®venes entre sus prioridades m¨¢s inmediatas. El mapa pol¨ªtico que se consolide en los pr¨®ximos a?os depender¨¢ en buena medida de c¨®mo se resuelva este conflicto entre generaciones.
Llu¨ªs Orriols es doctor por la Universidad de Oxford y profesor de Ciencia Pol¨ªtica en la Universidad Carlos?III de Madrid
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