Los peque?os antojos de la Duquesa de Osuna
El parque del Capricho sirvi¨® como residencia de los Duques de Osuna y alberga un jard¨ªn ingl¨¦s, uno franc¨¦s y otro italiano, adem¨¢s de un b¨²nker de la Guerra Civil
La Casa de la Vieja, el Palacio, el Casino de Baile o la Casa de las Ca?as son algunos de los elementos del parque que el noveno duque de Osuna, Pedro T¨¦llez-Gir¨®n, compr¨® para su mujer Mar¨ªa Josefa Pimentel, Duquesa de Osuna, y all¨ª establecer su residencia en 1784. El parque del Capricho data de finales del siglo XVIII, y ha pasado por diferentes manos: desde el conde de Priego pasando por el Duque de Osuna y la familia de joyeros Bauer hasta que finalmente fue incautado en 1936 por el Estado. A su vez, las 14 hect¨¢reas que ocupa el terreno albergan el b¨²nker de la Posici¨®n Jaca, que se cre¨® en 1937 y en cuyo interior se estableci¨® el Cuartel General del Ej¨¦rcito Republicano del Centro durante la Guerra Civil.
¡°Es un jard¨ªn lleno de peque?as arquitecturas como la casa de las abejas o una ermita. Estos caprichos o folies est¨¢n repartidos por todo el paisaje, donde la duquesa era la protagonista¡±, explica Isabel Gonz¨¢lez, jefa de Unidad de Parques Hist¨®ricos. Gonz¨¢lez asegura que la estructura del parque se debe a que la Duquesa de Osuna quer¨ªa poner en pr¨¢ctica la tendencia que era m¨¢s popular en el siglo XVIII, que consist¨ªa en que la jardiner¨ªa estaba ¨ªntimamente relacionada con la pintura, el arte o la filosof¨ªa. El primer dise?o del parque corresponde al jardinero Jean Baptiste Mulot, al que la condesa contrat¨® en 1787 en Par¨ªs. Tiempo m¨¢s tarde sus aportaciones fueron completadas por Pierre Provost. A su vez, El Capricho ofrece tres estilos diferentes de jardines: el parterre o jard¨ªn franc¨¦s, el paisaje ingl¨¦s y el giardino italiano.
El parterre, integrado sobre todo por setos recortados, se extiende delante de la fachada oeste del palacio de estilo neocl¨¢sico, cuyos torreones fueron dise?ados por Antonio L¨®pez (arquitecto de Fernando VII), y en cuyo interior Goya pint¨® algunos de sus lienzos. A pocos metros est¨¢ el jard¨ªn italiano, que incluye en su interior un laberinto hecho con laurel y el resto de la extensi¨®n del parque es un jard¨ªn ingl¨¦s en el que el visitante solo ver¨¢ naturaleza formada por grandes ¨¢rboles y largos senderos que llevan a rincones ocultos por la vegetaci¨®n.
El Casino de baile es uno de ellos, y fue a su vez una de las ¨²ltimas construcciones que se levantaron antes de la muerte de la Duquesa de Osuna en 1834. Mar¨ªa Josefa Pimentel hizo construir en 1815 el casino encima del pozo que alimenta la r¨ªa que pasa por el terreno. Esto obligaba a los nobles a alcanzar este lugar en barca por la r¨ªa desde el embarcadero. El interior acoge el pozo de forma cuadrada del que sale el agua que cae a la r¨ªa a trav¨¦s de una talla en piedra de un jabal¨ª y, adem¨¢s, la estructura externa de la construcci¨®n es llamativa por su forma octogonal. El edificio fue dise?ado tambi¨¦n por el arquitecto Antonio L¨®pez.
El punto m¨¢s alto del parque es el Templo de Baco, construido entre 1786 y 1789, y que al parecer se elabor¨® inspir¨¢ndose en el el templo Petit Trianon que Mar¨ªa Antonieta estaba realizando en Versalles en el siglo XVIII. Este rinc¨®n est¨¢ integrado por una c¨²pula y una estatua de Baco, que antiguamente era una estatua de Venus esculpida en m¨¢rmol blanco. Hoy en d¨ªa esta peque?a colina es utilizada por algunos visitantes para tener un rato tranquilo tumbados en el c¨¦sped.
A su vez, tras la muerte de la Duquesa de Osuna, el parque pasa a manos de su nieto Pedro Alc¨¢ntara, que tras su muerte en 1844 fue cedido a su hermano, quien lo descuida y hace que el jard¨ªn sea subastado 38 a?os despu¨¦s. En 1974 fue adquirido por el Ayuntamiento de Madrid y en 1985 recibi¨® la distinci¨®n de Bien de Inter¨¦s Cultural.
Un refugio diferente
¡°Este es un b¨²nker dise?ado para que un Estado Mayor se pueda refugiar cuando haya un bombardeo y seguir trabajando durante un m¨¢ximo de 15 d¨ªas en un grupo de 200 personas¡±, cuenta el gu¨ªa Antonio Rodr¨ªguez a una veintena de visitantes. El refugio antia¨¦reo se construy¨® entre mayo y agosto de 1937 y se elige el parque como localizaci¨®n porque estaba lejos del radio de acci¨®n de la artiller¨ªa franquista y cerca del aer¨®dromo de Barajas. En ¨¦l se instal¨® el Cuartel General del Ej¨¦rcito Republicano del Centro, que alberg¨® durante ocho meses al Estado Mayor del general Jos¨¦ Miaja, jefe republicano de la defensa de Madrid. ¡°La ¨²nica acci¨®n b¨¦lica que se desarrolla en el parque es en marzo de 1939. Se enfrentan las tropas de Negr¨ªn, el presidente de la rep¨²blica, y las tropas del coronel Casado¡±, asegura el gu¨ªa. A su vez, el ¨²nico uso que ha tenido el refugio ha sido el de acoger a la poblaci¨®n civil cuando se produjo el enfrentamiento entre ambos bandos republicanos.
¡°Cuidado a todos porque bajaremos unos 12 metros por 57 pelda?os¡±, avisa Rodr¨ªguez a los visitantes. El refugio cuenta con una decena de estancias (enfermer¨ªa, duchas, pozo, almac¨¦n¡) entre las que destaca, la sala de m¨¢quinas, que es la ¨²nica que permanece tal como se encontr¨®, seg¨²n el gu¨ªa. Resaltan sus paredes negras y numerosas estalactitas ¡°Al final de la guerra (1939) este espacio no se devolvi¨® a sus due?os, la familia de joyeros Bauer, porque se lo qued¨® el ej¨¦rcito franquista. Esto en parte favoreci¨® a la familia, que se arruin¨® con la crisis econ¨®mica de 1929 y la propiedad estaba hipotecada¡±, aclara Rodr¨ªguez.
Los visitantes escuchan las explicaciones con atenci¨®n pero muchos se frotan los brazos por el fr¨ªo, ya que el contraste entre la temperatura del b¨²nker (unos 15 grados) y la exterior (m¨¢s de 30) es muy notable. A pesar de eso, todas las visitas est¨¢n reservadas hasta noviembre y las plazas se agotaron en tan solo tres d¨ªas el pasado mayo.
El parque en datos
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