Espadachines de otra ¨¦poca
La Asociaci¨®n Espa?ola de Esgrima Antigua reivindica este arte marcial originario del siglo XVI y XVII
Las esgrima hist¨®rica fue sustituida por las armas de fuego durante el Renacimiento; relegada a disciplina de sala, despu¨¦s; y finalmente, en el siglo XX, convertida en deporte. En Espa?a, la espada de dos manos, la ropera, el broquel o la daga permanec¨ªan olvidadas hasta que en 2001 naci¨® en Madrid la Asociaci¨®n Espa?ola de Esgrima Antigua (AEEA), que re¨²ne a m¨¢s de 100 espadachines capitalinos y a m¨¢s de 400 en otras doce ciudades.
¡°Esto no es un deporte, es un arte marcial¡±, cuenta el maestro Alberto Bomprezzi. Sus alumnos calientan en el gimnasio de un colegio junto a la plaza de Castilla. Bomprezzi es el fundador de la asociaci¨®n, maestro de armas y director de la escuela madrile?a. ¡°Ten¨ªa algo en la cabeza, pero no decid¨ª hacer algo hasta que me retir¨¦ de la esgrima deportiva¡±, cuenta. Antes encargaba las espadas a Rep¨²blica Checa o Italia. Ahora acude a los armeros artesanos de Toledo o Valladolid.
¡°A diferencia de la deportiva ¡ªorientada a competir y en la que siempre se usa la misma espada¡ª, nosotros utilizamos r¨¦plicas de armas originales, distintas entre s¨ª¡±, aclara Bomprezzi, que basa su m¨¦todo en el estudio ¡°te¨®rico y pr¨¢ctico¡± de La Destreza, volumen firmado por el capit¨¢n espa?ol don Jer¨®nimo de Carranza y ampliado por el sargento mayor don Luis Pacheco de Narv¨¢ez. En ese libro se resume la lucha de espadas en los siglos XVI y XVII, en base a las matem¨¢ticas, la filosof¨ªa y la geometr¨ªa.
Curiosos por su m¨¦todo, en 2003 se sumaron a la AEEA ciudades como Barcelona, Sevilla o Toledo. Lorena Moreno, de 24 a?os, forma parte del 15% de chicas que practican este arte. Lleva cuatro temporadas: ¡°Siempre me ha gustado la novela de capa y espada y las pel¨ªculas de caballer¨ªa. Tengo el s¨ªndrome quijotesco, solo que todav¨ªa no me he lanzado a ning¨²n molino¡±, bromea. Moreno destaca la parte coreogr¨¢fica del esgrima ¡ª¡°es casi como un baile¡±¡ª, que atrae a gente desde los 20 a?os, el alumno m¨¢s joven, hasta los 70, el de mayor edad.
Aunque los pupilos reciben golpes y se ejercitan practicando movimientos marciales, el esgrima no es violento: ¡°Es m¨¢s peligroso jugar al f¨²tbol¡±, se?ala Bomprezzi. Las espadas no tienen filo ni punta y pesan en torno a un kilo. Los puntos m¨¢s cr¨ªticos son la cara, cubierta con una careta; las falanges, protegidas por guantes, y el cuello, cubierto por una gorguera. El precio del equipo completo ronda los 500 euros. La espada m¨¢s b¨¢sica, 200 euros.
El n¨²mero de participantes en el grupo ha crecido de manera ¡°lenta, pero constante¡±. ¡°El aficionado es fiel¡±, afirma el fundador. En la Comunidad de Madrid ya hay tres escuelas (Chamart¨ªn, Tres Cantos y Alcorc¨®n) y el precio para entrenar es de 45 euros mensuales con cargo anual de 30 euros para un seguro deportivo.
Eduardo Gil, de 23 a?os, lleva cuatro practicando como espadach¨ªn: ¡°Me gustan las armas antiguas, la historia medieval y los juegos de rol. Adem¨¢s, su componente te¨®rico te obliga a aprender una metodolog¨ªa¡±.
Los combates tambi¨¦n sirven de aprendizaje: no est¨¢n reglamentados y suelen ser muy intensos. De ello da fe Nacho Gallardo, de 30 a?os, que entrena hace casi un lustro: ¡°Practicaba esgrima de competici¨®n, pero prob¨¦ la antigua y me result¨® m¨¢s completa, tanto f¨ªsica como mentalmente. Adem¨¢s es m¨¢s divertida¡±.
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