9.000 escolares aprenden en las aulas a crecer en salud

Dos de la tarde. Ariadna y Naida, 3 a?os, se sientan ante un plato de paella en sus min¨²sculas sillas del comedor escolar del colegio Jaume I de Castell¨®n. Lo acompa?an con una ensalada. Org¨¢nica. De temporada. Como las verduras que completar¨¢ al d¨ªa siguiente el guisado de patatas que incluye el men¨² escolar semanal. ¡°No me gusta la lechuga pero me la como¡±, dice resignada Naida. A su lado, Joan, no ha dejado nada en el plato.

Naida y Joan son dos de los 9.000 peque?os que participan, como protagonistas de primera l¨ªnea, en el proyecto de reeducaci¨®n agraria y alimentaci¨®n saludable Crec3r, que tiene como objetivo formar a los escolares en el ciclo completo de los alimentos que llegan a la mesa desde su kil¨®metro 0. Desde los huertos que ellos mismos ayudan a llenar de vida, y de salud.

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Joan representa los pasos al frente logrados por este proyecto que se extiende ya por 36 colegios de Castell¨®n y Valencia cuyos comedores escolares gestiona el grupo Intur. La reacci¨®n de Naida evidencia por su parte que este programa es una carrera de fondo que requiere constancia y unas dosis de largoplacismo para adecuar paladares. Lo confirma H¨¦ctor Molina, responsable de El3ments, la empresa agr¨ªcola de la que nace Crec3r: ¡°Esto es una carrera a largo plazo; al ni?o te lo tienes que ganar durante todo el curso, no ¨²nicamente poni¨¦ndole un plato determinado, de zanahorias, que te diga ¡°no me gusta¡± y ya est¨¢, y te des por fracasado¡±.

En el huerto del colegio Jaume I de Castell¨®n se cultivan r¨¢banos, habas, lechuga, escarola, col lombarda, br¨®coli, cebollas, puerros, cardos y hasta lavanda, romero o albahaca. De su cuidado se encargan los propios alumnos, desde Infantil a Primaria. El momento del riego es su debilidad. ¡°Regar es lo que m¨¢s nos gusta¡±, gritan al un¨ªsono Mar¨ªa y Saray, de 5?A.

Este huerto escolar es el punto de partida de Crec3r. La base para familiarizarse con alimentos que posteriormente nutrir¨¢n los platos del comedor escolar y para acercar tambi¨¦n el patrimonio agr¨ªcola a las nuevas generaciones. Este huerto introduce a los peque?os en el manejo de la tierra. Les ense?a los cuidados que requiere una semilla ¨Ctodas proporcionadas por El3ments-, su plantaci¨®n o el valor de la temporalidad de verduras y hortalizas, con la ayuda de un cuaderno de siembra. Pero adem¨¢s, este huerto inculca valores, como la responsabilidad, la importancia del cuidado o la paciencia que implica esperar el fruto tras la siembra. Fomenta el trabajo en equipo. Proyecta sensibilizaci¨®n ambiental. Y salud: la que ingerir¨¢n los peque?os en sus men¨²s escolares, que incorporan progresivamente los productos sembrados y cuidados con sus propias manos.

El huerto es uno de los m¨²ltiples talleres que desarrolla Crec3r con la ayuda de medio millar de monitores y monitoras por los 36 centros en los que se aplica. Pero la labor de formaci¨®n y sensibilizaci¨®n en el v¨ªnculo agricultura-salud se extiende tambi¨¦n a las aulas, con los talleres que gu¨ªan Montserrat (12 a?os), Raita (8) y Clementina (5). Tres personajes que ilustran el material did¨¢ctico de Crec3r ¨Cadaptado a cada etapa educativa- y tres aliadas en este proceso de aprendizaje. Con ellas el alumnado de Infantil y Primaria aprende a cocinar variado para experimentar con los sabores. A conocer las diferentes variedades de tomate o de c¨ªtricos o a elaborar un calendario de siembra que mejore sus cosechas. El objetivo ¨²ltimo, ¡°que esos vegetales que ven crecer, con los que est¨¢n conviviendo, lleguen al comedor y buscar f¨®rmulas (hervidas, crudas o en pur¨¦) para que acaben formando parte de su dieta¡±, explica H¨¦ctor Molina.

Crec3r se estren¨® el curso pasado. ¡°Hace un a?o habl¨¢bamos de introducir dos o tres productos mensuales en el men¨² escolar, productos nuestros, de proximidad, con un valor a?adido. Este curso ampliamos la lista. Queremos incorporar tomate, calabac¨ªn, calabaza, lechuga, zanahoria, br¨®coli, coliflor¡­ Y adem¨¢s se est¨¢n empezando a valorar productos diferentes, como c¨²rcumas o jengibres. Poco a poco¡±, se?ala H¨¦ctor Molina.

El ritmo es pausado, pero infrenable. Entre febrero y marzo de 2018 se va a desarrollar un proyecto piloto en un colegio de Girona, con cuatro talleres diferentes. ¡°Si sale adelante, el pr¨®ximo curso empezar¨ªamos a trabajar all¨ª¡±, adelanta Molina. Crec3r estar¨ªa implantado en Londres si el Brexit no hubiera ejercido de freno.

La implicaci¨®n de cada centro es ¡°crucial¡± para que el mensaje de este proyecto agroalimentario cale. Y en el Jaume I hay conciencia, desde los monitores a las familias, pasando por la complicidad del personal de cocina.

¡°Al final se trata de dar un paso m¨¢s. No s¨®lo de plantar una semilla y ver c¨®mo crece, sino ense?ar tambi¨¦n lo que cuesta trabajar la tierra y c¨®mo hacerlo para que d¨¦ sus frutos; tener en cuenta la temporalidad de los alimentos, la de aqu¨ª, y que los ni?os vean los beneficios que tiene para la salud¡±, explica, satisfecho, Vicente Soler, el director de este centro castellonense. Para Cristian Castellano, coordinador de talleres de Intur-Crec3r, ¡°el pilar fundamental es la agricultura. Este proyecto es una manera de conseguir que los ni?os se conciencien sobre lo que al final comen. Pensamos que est¨¢n cambiando h¨¢bitos alimenticios, que hay un cambio de chip, en beneficio de su salud¡±.

Salud. Es el ¨²ltimo pelda?o que se marca Crec3r. Que los alimentos cuidados en el huerto e incorporados despu¨¦s a la dieta diaria reviertan en la salud de los escolares. ¡°Queremos incluso hacer un estudio sobre c¨®mo ese cambio de h¨¢bitos alimentarios o el aprendizaje en los diferentes talleres se plasma en su rendimiento acad¨¦mico¡±. Es el siguiente reto. Crec3r, crece.