¡°No tenemos cuatro mil euros para cambiar de piso¡±
Los contratos de tres a?os, los precios, las comisiones, las fianzas y los avales asfixian a los inquilinos en Barcelona
Son cuatro treinta?eros y est¨¢n en la zona cero de Barcelona, el barrio de Sant Antoni. Se les acaba el contrato de alquiler. Imposible negociar con los propietarios. Lo han intentado, y nada. Y con el tsunami de la subida de precios (un 10% el a?o pasado, el cuarto consecutivo de subida), no encuentran nada que puedan pagar. ¡°Y si lo encontr¨¢ramos, no tenemos 4.000 euros para cambiar de piso¡±. ?4.000 euros? ¡°Ponte que el piso cuesta 1.000, porque la media de la ciudad es de 900, suma el mes en curso, dos de fianza, la comisi¨®n de la agencia que es del 10% de una anualidad m¨¢s IVA, el impuesto de transmisiones¡ y eso si no te piden avales¡±. Hablan Bea y Dani, de la calle de Urgell. A dos manzanas, Gotzon y Mery alucinan de que cada tres a?os tengas que disponer de esta cantidad, de la que 1.000 euros son a fondo perdido para la agencia, y explican que intentar¨¢n evitar los intermediarios. Llevan la vida que han llevado siempre, pero en los ¨²ltimos a?os la subida del precio de la vivienda les ha empobrecido. Cuando no les ha puesto la vida patas arriba.
Los casos de estas dos parejas son distintos, pero comparten el punto de partida: el fin de un contrato de alquiler. El edificio donde viven Bea y Dani, de 20 viviendas, ha sido comprado por un inversor. Su contrato acababa a mediados de diciembre pasado y la propiedad les ha comunicado que pueden quedarse hasta marzo, pero sin contrato. Ellos est¨¢n consignando el alquiler con un giro postal. Y buscando. ¡°Pero no hay nada por menos de 900 o mil euros, adem¨¢s te piden contratos de empleo que tengan cierta antig¨¹edad¡ es una burrada¡±, dice Bea. De momento, son ¡°okupas sin contrato, pero pagando¡±.
A Gotzon (de Vitoria) y Mery (italiana), que tienen dos hijos peque?os, el alquiler se les acaba en abril. Es angustioso escuchar su testimonio. ¡°Est¨¢bamos supertranquilos y un burofax lo cambia todo¡±. Con sus ingresos les resulta imposible alquilar en el barrio. Pero el hijo mayor va a la escuela en el barrio, un centro que les gusta mucho y que es un motivo de peso para quedarse en la ciudad. La pareja se ha puesto en contacto con la oficina municipal de vivienda que considera su caso urgente, por la presencia de menores. Ni siquiera la mediaci¨®n de la oficina ha conseguido una pr¨®rroga del contrato. Esta semana les mostraron un piso¡ pero est¨¢ en Horta. Y no son los ¨²nicos candidatos. ¡°Jam¨¢s imaginamos que estar¨ªamos en esta situaci¨®n, con servicios sociales, es dif¨ªcil de aceptar, hay un punto de orgullo¡±, dice Mery. ¡°Barcelona se ha vuelto hostil. ?D¨®nde queda la parte humana? La ¨²nica opci¨®n es ser cada vez m¨¢s pobre o trabajar m¨¢s y m¨¢s horas¡ entrar en un c¨ªrculo de precariedad para que tu vida no cambie¡±, prosigue. ¡°Te crees que eres clase media y ya no lo eres¡±, a?ade Gotzon.
Desde el Sindicato de Inquilinos, Jaime Palomera tiene claro que los dos casos ilustran lo que llaman ¡°desahucios invisibles¡±. Gente que tiene que marcharse de su casa solo porque se le acaba el alquiler. Palomera alerta de la ¡°desprotecci¨®n de los inquilinos, con una legislaci¨®n que vulnera muchos derechos y coloca a quien vive de alquiler en una posici¨®n de ser susceptible de sufrir abusos¡±. Varios meses de fianza, avales, el IBI repercutido¡ Sobre los honorarios de los agentes de la propiedad inmobiliaria (API), del 10% de una anualidad, asegura que son ¡°una norma no escrita que solo se da en Barcelona¡±. ¡°No es ilegal, la ley permite el abuso, y adem¨¢s toda la comisi¨®n se carga sobre el inquilino, cuando quien obtendr¨¢ las rentas es el propietario. Habr¨ªa que pagarlo, cuando menos, al 50% entre el inquilino y el due?o¡±, afirma y critica que los inquilinos sean ¡°un mercado cautivo¡± porque no tienen otra que aceptar las reglas del juego. ¡°La regulaci¨®n del mercado inmobiliario est¨¢ hecha para que no haya regulaci¨®n¡±, zanja.
El presidente del colegio de API de Barcelona, Joan Oll¨¦, asegura que el 10% se ha cobrado siempre y no solo en Barcelona, aunque reconoce que los honorarios no est¨¢n tasados y que en el colectivo puede haber quien cobre ¡°m¨¢s o menos de honorarios¡±, pero que lo ¡°hist¨®rico¡± es un 10% y un mes de fianza. ¡°Me niego a pensar que los abusos sean generalizables¡±, dice. Tambi¨¦n conviene en que lo l¨®gico ser¨ªa que lo pagara mitad el inquilino y mitad el casero, ¡°porque el API presta servicio a los dos¡±. A la pregunta de si el colectivo se siente responsable del drama del alquiler, responde que ¡°en absoluto¡± y asegura que es fruto de ¡°la ley del mercado¡±. ¡°Clamamos para que haya m¨¢s pisos, mientras no los haya, es la ley de la oferta y la demanda¡±. Sobre si cree que las subidas tienen techo, responde: ¡°El techo es la capacidad adquisitiva de la gente¡±.
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