El fin del 155 en Catalu?a coloca a S¨¢nchez ante su primer gran desaf¨ªo
Torra sit¨²a la reivindicaci¨®n sobre los presos en el epicentro del debate
Apenas media hora despu¨¦s de la toma de posesi¨®n de Pedro S¨¢nchez como presidente del Gobierno, hac¨ªa lo mismo en Barcelona el Ejecutivo de Quim Torra. Los dos Gabinetes comienzan a andar al mismo tiempo con una agenda radicalmente opuesta en los objetivos pero con intereses comunes que les obligar¨¢n a hablar. ¡°Se abre una oportunidad que merece la pena ser explorada¡±, dijo S¨¢nchez en referencia a Catalu?a durante el debate de la moci¨®n de censura el pasado jueves en el Congreso. Torra respondi¨® este s¨¢bado con la mirada puesta en los pol¨ªticos encarcelados: ¡°Esta situaci¨®n que vivimos no puede alargarse ni un d¨ªa m¨¢s¡±.
Nadie, ni en Barcelona ni en Madrid, espera una revoluci¨®n en lo que a pol¨ªticas territoriales se refiere. Pero la simple apertura de una v¨ªa de di¨¢logo despu¨¦s de dos a?os de absoluto bloqueo es una novedad que f¨¢cilmente puede contribuir a rebajar la tensi¨®n.
S¨¢nchez tendr¨¢, al menos a corto plazo, que convivir con una realidad inc¨®moda y que sigue envenenando la vida pol¨ªtica en Catalu?a: la prisi¨®n preventiva de los principales l¨ªderes del proc¨¦s, entre ellos el exvicepresidente de la Generalitat Oriol Junqueras. Nada de lo que se diga o se haga en Catalu?a los pr¨®ximos meses podr¨¢ hacerse sin tener en cuenta esa situaci¨®n y la de los pol¨ªticos huidos.
No ser¨¢ f¨¢cil revertir el escenario, pero los caprichos del calendario han querido que el mismo d¨ªa que S¨¢nchez tomaba posesi¨®n como presidente se levantase la intervenci¨®n que pesaba sobre el autogobierno catal¨¢n desde el pasado octubre. Una vez que este s¨¢bado tomaron posesi¨®n todos los consejeros de Torra, la aplicaci¨®n del art¨ªculo 155 de la Constituci¨®n ya es historia. No obstante, la gravedad de los delitos que se imputan a los exdirigentes del proc¨¦s ¡ªrebeli¨®n, sedici¨®n, malversaci¨®n¡ª hace que nadie, ni siquiera en el independentismo, piense en una pronta salida de prisi¨®n. Ambos Gobiernos, duren lo que duren, tendr¨¢n que convivir con su compromiso de mantener un di¨¢logo ¡ªya se ver¨¢ sobre qu¨¦¡ª con el desarrollo de un proceso judicial que marcar¨¢ la agenda pol¨ªtica.
La reforma constitucional
Pedro S¨¢nchez siempre ha abogado por solucionar el problema catal¨¢n mediante una reforma de la Constituci¨®n basada en cuatro ejes: reconocer el car¨¢cter ¡°plurinacional¡± del Estado, blindar las lenguas propias de las nacionalidades hist¨®ricas, convertir el Senado en un ¨®rgano de car¨¢cter federal y, finalmente, reconocer el principio de ordinalidad en el modelo de financiaci¨®n auton¨®mica, es decir, que la comunidad que m¨¢s contribuya a las arcas del Estado sea tambi¨¦n la que m¨¢s dinero reciba una vez hechas las aportaciones a los fondos de solidaridad.
Su objetivo siempre ha sido abordar esa reforma y, en paralelo, llevar a cabo una actualizaci¨®n del Estatuto de Catalu?a que recupere algunos de los art¨ªculos anulados por el Tribunal Constitucional en la sentencia de 2010 contra el texto aprobado en refer¨¦ndum y por el Parlament.
Los dos nuevos textos ser¨ªan sometidos a los correspondientes referendos, el primero en toda Espa?a y el segundo solo en Catalu?a.
El nuevo presidente del Gobierno asegura que no ha pactado nada con los independentistas catalanes para conseguir sus 17 imprescindibles votos para la moci¨®n de censura. Y que el soberanismo le haya votado sin apenas rechistar tampoco implica que vaya a dar ox¨ªgeno al Ejecutivo cuando se produzca la escalada de previsibles procesamientos, inhabilitaciones y eventuales condenas que comenzar¨¢ en pocos d¨ªas y que durar¨¢ al menos un a?o.
S¨¢nchez, como Rajoy, ha sido vilipendiado como pocos por el independentismo los ¨²ltimos meses por su apoyo a la aplicaci¨®n el art¨ªculo 155. Pero no comienza en una mala situaci¨®n si su objetivo es abrir un di¨¢logo en Catalu?a y sentar las bases ¡ªque no culminar¡ª una reforma territorial. Las dos veces que S¨¢nchez ha llegado a la secretar¨ªa general del PSOE lo ha hecho con gui?os al catalanismo moderado que le han abierto puertas en Catalu?a y le han brindado el apoyo del PSC incluso a costa de abrir grietas internas en el PSOE. En 2017 defendi¨® que ¡°Catalu?a es una naci¨®n¡± dentro de una Espa?a que ve¨ªa como ¡°una naci¨®n de naciones¡±.
El Gobierno no podr¨¢ reformar la Constituci¨®n, como tantas veces ha prometido S¨¢nchez. Ni el PSOE tiene claro qu¨¦ modelo territorial defiende ni el PP, y mucho menos Ciudadanos, est¨¢n por la labor de sumar la mayor¨ªa cualificada que se requiere. Tampoco en el independentismo existen ni el liderazgo ni el valor pol¨ªtico que requerir¨ªa en estos momentos una operaci¨®n de tal calibre.
Sin embargo, el hecho de que S¨¢nchez no cuente con una mayor¨ªa clara en el Parlamento no excluye que intente llevar a cabo durante su mandato una serie de gestos que permitan destensar la situaci¨®n. As¨ª, en cuanto comunique el organigrama de su Gobierno se sabr¨¢ si finalmente acaba por crear un ministerio espec¨ªfico de Pol¨ªtica Territorial, con el objetivo de que su titular sea el encargado de entablar el di¨¢logo prometido. Ser¨ªa una se?al clara de que para S¨¢nchez el problema catal¨¢n es una prioridad. Tambi¨¦n se espera que el presidente revitalice la subcomisi¨®n parlamentaria que durante los ¨²ltimos meses ha estado estudiando el modelo territorial. Ese foro arranc¨® el pasado 15 de noviembre a petici¨®n del propio S¨¢nchez, que lo puso como condici¨®n para apoyar a Rajoy en la activaci¨®n del 155. La idea inicial era que esa subcomisi¨®n pusiera las bases para que m¨¢s tarde la comisi¨®n constitucional del Congreso de los Diputados empezara a debatir una posible reforma de la Ley Fundamental.
Sin embargo, ni S¨¢nchez puede afrontar esa reforma con solo 84 diputados ni a d¨ªa de hoy los partidos independentistas parecen dispuestos a contentarse con esa soluci¨®n, ya que siguen secuestrados por el discurso del ¡°cuanto peor mejor¡± que Carles Puigdemont se encarga a diario de mantener vivo desde su morada berlinesa. No obstante, el discurso de S¨¢nchez puede tener efectos bals¨¢micos no solo en las ¨¦lites catalanas que han visto en el proc¨¦s una oportunidad para vehicular sus frustraciones, sino tambi¨¦n en ese 20% o 30% de independentismo coyuntural que se ha pasado a la secesi¨®n b¨¢sicamente como respuesta a las pol¨ªticas de Rajoy.
No ser¨¢ f¨¢cil. Catalu?a est¨¢ gobernada en este momento por el Gobierno con menos cintura pol¨ªtica de su historia reciente. El discurso de Torra, a quien S¨¢nchez recibi¨® tild¨¢ndolo de xen¨®fobo y supremacista, se ha basado hasta ahora en el extremismo. ¡°Rep¨²blica¡±, ¡°presos pol¨ªticos¡±, ¡°exiliados¡± e improperios contra Espa?a han sido la t¨®nica dominante y no lo tendr¨¢ f¨¢cil para corregir el discurso mientras Puigdemont est¨¦ al frente de la cocina catalana desde Alemania. Al fin y al cabo, al expresidente catal¨¢n no le queda otra opci¨®n que seguir gesticulando desde Berl¨ªn si no quiere pasar a la m¨¢s absoluta irrelevancia pol¨ªtica. Y Torra es el ¨²nico dirigente que le ha garantizado lealtad absoluta.
La irrupci¨®n de S¨¢nchez ha venido acompa?ada de algunos cambios en la correlaci¨®n de fuerzas en el independentismo. La vida pol¨ªtica catalana lleva dos a?os secuestrada por el ala m¨¢s radical, personificada en los dirigentes de la CUP y en Puigdemont. Pero esta ¨²ltima semana, por primera vez, no se ha impuesto el criterio de estos, que maniobraron para abortar la moci¨®n de censura con el argumento de que S¨¢nchez y Rajoy tienen la misma visi¨®n sobre Catalu?a. Ha ganado la opini¨®n de quienes, dentro del independentismo, cre¨ªan que lo prioritario era echar al PP del Gobierno. No es un cambio menor. De alguna forma se han impuesto los sectores posibilistas que, sin renunciar al independentismo, creen que ahora es m¨¢s importante organizar una resistencia en favor de los pol¨ªticos encarcelados y de la recuperaci¨®n del autogobierno antes de volver a las andadas.
Por este motivo, ante el cambio de caras que ya se ha dado en el Gobierno central, habr¨¢ que estar alerta ante la nueva correlaci¨®n de fuerzas que se establezca en la Generalitat. Torra ser¨¢ presidente mientras lo quiera Puigdemont, pero en su sottogoverno y al frente de los partidos independentistas se consolidan figuras que habr¨¢ que seguir y que no est¨¢n por la labor de acrecentar el enfrentamiento. Son los posibles aliados de la operaci¨®n di¨¢logo de S¨¢nchez. Se trata de Pere Aragon¨¨s y Roger Torrent en Esquerra Republicana y de Marta Pascal en el PDeCAT. Los tres est¨¢n muy verdes pol¨ªticamente, pero su presencia es mejor que nada en una pol¨ªtica catalana que hoy se asemeja m¨¢s a un p¨¢ramo que a cualquier otra cosa.
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