La ¡®clasicidad¡¯ de P¨¦rez Villalta
El pintor muestra el trabajo de los ¨²ltimos a?os en el que vuelve a sus or¨ªgenes con complejas arquitecturas impregnadas de misticismo
Todo tiene un sentido. Hasta el m¨¢s m¨ªnimo detalle. Guillermo P¨¦rez Villalta (Tarifa, C¨¢diz, 1948) nunca ha dejado nada al azar y, con el tiempo, en lugar de relajar su costumbre se ha vuelto m¨¢s controlador. En Pinturas 2014-2018, la exposici¨®n que inaugur¨® este jueves en la galer¨ªa Fern¨¢ndez-Braso, la mayor¨ªa de sus personajes apenas tienen rostro: los ojos y la nariz son un apunte, la boca no existe. "Yo quer¨ªa que la arquitectura y el paisaje tuvieran la misma importancia que la figura en el lienzo. Si pintas una cara, la vista del espectador se centra inmediatamente en ella; as¨ª que para evitarlo insin¨²o los ojos y la nariz pero no les pongo boca, parece que la boca es lo que determina el rostro, lo que nos convierte en humanos", reflexiona el artista ante sus obras. La exposici¨®n, que podr¨¢ verse hasta el 12 de enero en la galer¨ªa Fern¨¢ndez-Braso de Madrid, re¨²ne 53 pinturas realizadas en los ¨²ltimos cuatro a?os y que se muestran al p¨²blico por primera vez.
La arquitectura, y sobre todo la geometr¨ªa, constituyen el eje de estas nuevas obras ¡ªcasi todas temple sobre lienzo¡ª en las que P¨¦rez Villalta vuelve a temas de la d¨¦cada de los setenta: el mar, el misticismo, las alusiones a la historia del arte y, por encima de todo, la geometr¨ªa. Con formaci¨®n de arquitecto, el artista habla de "clasicidad", que para ¨¦l tiene un matiz diferente a lo cl¨¢sico. "La clasicidad tiene una tendencia a lo permanente, no son los fuegos artificiales de la modernidad. Es un sentimiento placentero que est¨¢ muy presente en nuestra sensibilidad mediterr¨¢nea. Nos da claridad y un apacible conocimiento razonado, por muy profundos y complejos que sean los pensamientos", argumenta el pintor, figura clave en la llamada Nueva Figuraci¨®n Madrile?a.
"En estas ¨²ltimas obras apenas existe naturaleza, la he eliminado casi toda en favor de la arquitectura que me permite jugar con la luz y las sombras para crear atm¨®sferas con un trasfondo m¨ªstico", dice junto a Oratorio (2018), una pintura exenta de s¨ªmbolos religiosos pero que invita al recogimiento. "Es un espacio para orar en un sentido profano. La copa que aparece en el centro del cuadro es, en realidad, un reloj de arena que habla del paso del tiempo, de la parte dram¨¢tica y enigm¨¢tica, sin soluciones, de nuestra existencia", a?ade el artista, quien se confiesa "melanc¨®lico", sentimiento que transmite a sus personajes.
La exposici¨®n, que se completar¨¢ en la feria de Arco el pr¨®ximo febrero con otras 10 pinturas, est¨¢ plagada de referencias a la historia del arte, desde Uccello (siglo XIV) hasta el XX con Manet, Cezanne o Morandi. "Para m¨ª, los que marcan la clasicidad son Piero della Francesca, Rafael y Poussin. Son ellos quienes hallan la estructura geom¨¦trica interna de la composici¨®n", analiza el artista que, entre otros muchos galardones, ha recibido el Premio Nacional de Artes Pl¨¢sticas.
Algunas de sus reflexiones sobre el arte aparecen en el cat¨¢logo que se ha editado para la exposici¨®n, un conjunto que incluye obras de una gran sobriedad, junto a otras m¨¢s complejas como La plaza (2016) o Procesi¨®n (2015), una mezcla entre religiosidad (aunque la custodia que pasean est¨¦ vac¨ªa) y paganismo cuyo estandarte es un homenaje al arte por el arte con La tempestad (1508), de Giorgione. "Aunque no soy creyente, agradezco haber nacido en una sociedad cat¨®lica que nos ha dado muchas cosas bonitas que hay que saber valorar", precisa.
"Ahora medito mucho m¨¢s antes de ponerme a pintar. Hago bastantes dibujos y los voy simplificando hasta que llega un momento en que se quedan con lo esencial y es entonces cuando me pongo a pintar", cuenta sobre su proceso creativo. "Me canso mucho, pero tambi¨¦n me divierte enormemente. Siempre he pensado que el arte es una forma de pensamiento, como puede serlo el cient¨ªfico o el filos¨®fico; pero con la ventaja de que no tiene que demostrar que es verdad porque la imaginaci¨®n es libre", argumenta el artista.
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