Los salones de tatuaje colonizan las calles de Madrid
Los establecimientos para tatuarse se han multiplicado por cuatro en la capital y periferia en la ¨²ltima d¨¦cada y las academias est¨¢n llenas de j¨®venes que quieren subirse a la ola de un negocio en ebullici¨®n, pero que a¨²n no se sacude los prejuicios
El nuevo sal¨®n de tatuajes de La Mano Zurda en el centro de Madrid es un ejemplo del estatus que han ganado estos negocios en el callejero de la capital. El local de 209 metros cuadrados a cinco minutos a pie de la Puerta del Sol era una tienda de ropa, una de muchas que echan el cierre en un momento dif¨ªcil en que los minoristas deben competir con Amazon. A los tatuadores sin embargo les va mejor que nunca. En la ¨²ltima d¨¦cada ha crecido por cuatro el n¨²mero de salones en la Comunidad de Madrid hasta los 341 inscritos en el registro regional.
El due?o de La Mano Zurda, Alfonso Ramos, era en 1998 un grafitero que empez¨® tatuando a amigos "de modo informal y sin pretensiones". Dos d¨¦cadas m¨¢s tarde, Ramos tiene tres estudios con 23 tatuadores, una escuela de tatuaje y una distribuidora de material. Ramos cree que ni pol¨ªticos ni otros empresarios son conscientes del dinero que mueve en Espa?a el mundo del tatuaje.
Una ma?ana reciente, mientras varios de sus tatuadores del estudio de Sol hac¨ªan dibujos en tabletas electr¨®nicas, contaba a este peri¨®dico que en Fitur dio una vez una charla sobre el turismo de tatuaje y la audiencia reaccion¨® con incredulidad. "La pe?a alucinaba. No se lo cre¨ªan", dice Ramos, que lamenta que a diferencia de las grandes capitales de Europa, Madrid no tiene una gran convenci¨®n del tatuaje por la falta de apoyo de las administraciones. ¡°Si la plaza de toros te mueve gente, ?c¨®mo no lo va a hacer una convenci¨®n de tatuaje?¡±
No hay cifras oficiales sobre el negocio de los tatuadores en Espa?a, pero las principales asociaciones hablan de un crecimiento exponencial en los ¨²ltimos diez a?os, como est¨¢ sucediendo en otros pa¨ªses. En Estados Unidos estudios de mercado estiman que el sector del tatuaje y los piercings (otro servicio t¨ªpico de estos salones) ha doblado su valor en la ¨²ltima d¨¦cada, espoleados por su popularidad entre los millennials y los adolescentes de la Generaci¨®n Z. La consultora Marketdata estima que en EEUU hay m¨¢s de 20.000 salones que generan m¨¢s de 3.000 millones de d¨®lares. Mientras, en Europa uno de los indicadores m¨¢s citados apunta que el 12% de la poblaci¨®n est¨¢ tatuada (en 2003 era el 5%), seg¨²n los datos que utiliza la Uni¨®n Europea.
En Espa?a, fuentes del sector presienten que la cultura del tatuaje es menor que en EEUU y otros pa¨ªses de Europa porque a¨²n persisten prejuicios en ciertos ¨¢mbitos profesionales, pero dicen que en cuesti¨®n de diez a?os se ha producido una transformaci¨®n radical. De ser identificado con tribus urbanas, el tatuaje ha pasado a ser la marca de toda una generaci¨®n.
"Da igual que sea una pija de La Moraleja que un punki o un heavy de extrarradio", dice Fidel Prieto, portavoz de la Uni¨®n Nacional de Tatuadores, UNTAP, y due?o en Madrid del sal¨®n Acme Tattoo. "Ahora vas a la playa y es raro el que no tiene un tatu". Incluso la expresidenta de la Comunidad de Madrid Cristina Cifuentes llevaba tatuajes visibles. "Yo mismo he tatuado a un par de pol¨ªticos", dice Prieto, que prefiere no identificarlos y solo dice que pertenecen a Ciudadanos y Podemos.
Prieto, que lleva tatuando desde 1999, cree que el sector tocar¨¢ techo en alg¨²n momento. Pero otros dicen que llevan oyendo que el tatuaje es una moda pasajera desde hace a?os y sin embargo no ha dejado de crecer.
Las redes sociales y el ejemplo de los futbolistas y famosos est¨¢n entre las causas del boom, seg¨²n fuentes del sector. En particular, dicen que el exhibicionismo de Instagram ha animado a muchos a tatuarse. Otro factor importante es el avance tecnol¨®gico. Las nuevas m¨¢quinas, m¨¢s vers¨¢tiles y r¨¢pidas, han elevado la calidad de los tatuajes. Los estilos se han diversificado y algunos de los mejores tatuadores han sido elevados a una ¨¦lite admirada por los entendidos. Algunos en Madrid como el hispano-polaco Robert Hern¨¢ndez tienen listas de espera de meses y a veces firman sus tatuajes, como obras de arte.
En Madrid la zona de Chueca y Tribunal es el epicentro de los salones de tatuajes, con 19 estudios, seg¨²n los datos del registro de establecimientos de tatuajes, micropigmentaci¨®n y perforaci¨®n cut¨¢nea de la Comunidad, el REAC. (En el registro realizan tatuajes 341 negocios, el 80% de los 424 inscritos a final de diciembre).
Salones de tatuaje o perforaci¨®n cut¨¢nea
Ha llovido mucho desde la ¨¦poca en que se popularizaron los tribales, dice Adri¨¢n Sa¨²l, director en San Sebasti¨¢n de los Reyes de la escuela de tatuajes Tattoo School, una de las que han surgido en la regi¨®n en la ¨²ltima d¨¦cada. ¡°El tatuaje era antes una macarrada que tuvo un auge asociado a la electr¨®nica y el rock¡±, dice Sa¨²l. ¡°La crisis hizo bien porque muchos j¨®venes con talento salieron de las facultades de bellas artes y han encontrado en el tatuaje una salida muy lucrativa¡±.
En su escuela aprenden j¨®venes con talento para el dibujo como Acis L¨®pez, de 31 a?os, que recientemente dej¨® su trabajo como repartidor en Casas de Fernando Alonso, un peque?o pueblo de Cuenca. ¡°Antes pintaba murales. Mi casa la tengo decorada que parece un templo egipcio pero en verdad me quer¨ªa dedicar a esto¡±, dice mientras pinta en clase sobre una tela sint¨¦tica que imita la piel humana. Adem¨¢s del curso de cuatro fines de semana en Tattoo School, L¨®pez est¨¢ estudiando un m¨¢ster de ilustraci¨®n de tres a?os. ¡°Por un tatuaje piden una burrada, el triple de lo que te dan por un mural, y est¨¢n dispuestos a pagarlo¡±, dice L¨®pez.
Su profesor, Israel Blanco ¡°Mr. White¡± estima que los tatuadores en Madrid ganan com¨²nmente entre 1.000 y 3.000 euros al mes, mientras que los de la ¨¦lite selecta se embolsan cantidades muy superiores. Pero advierte a sus alumnos que no se deben dejar llevar por las promesas de altos salarios y el creciente glamour de la profesi¨®n. ¡°Hay que dedicarle much¨ªsimas horas¡±, dice ¡°Mr. White¡±, de 38 a?os, 15 de ellos en el mundillo. ¡°Al principio tendr¨¢n que hacer muchos corazones y letras chinas, porque al final es lo que te da de comer¡±, a?ade.
Tattoo School suele tener alumnos venidos de fuera.?En la clase de ¡°Mr. White¡± de seis alumnos hay un joven brasile?o de 29 a?os, Diego Moreiro, que dice que aprovech¨® para tomar el curso durante un viaje por Europa porque los tatuadores espa?oles tienen muy buena reputaci¨®n. Dice que combina dos trabajos en su ciudad, cerca de Rio de Janeiro, como profesor de matem¨¢ticas en una escuela de secundaria y como tatuador en un peque?o estudio. Afirma estar pensando abandonar las matem¨¢ticas a pesar del prestigio que han adquirido en la era de los algoritmos y el big data: ¡°Hoy en d¨ªa gano m¨¢s dinero con el tatuaje¡±.?
Pero algunos tatuadores veteranos creen que la burbuja ha supuesto una da?ina ca¨ªda de los precios. ¡°La tarta no es tan grande como parece¡±, dice Suso, uno de los tatuadores en los salones de Mao & Cathy, el estudio pionero en Espa?a, operativo en Madrid desde 1992.
Un festival menor
Los tatuadores creen que el sector en Madrid ser¨ªa a¨²n mayor si contaran con apoyo de las administraciones. Ponen el ejemplo de la convenci¨®n del tatuaje de Barcelona, dentro del Baum Festival de artes urbanas, que se ha colocado dentro del circuito europeo del tatuaje tras 21 ediciones. En la del a?o pasado participaron m¨¢s de 300 tatuadores de todo el mundo y recibieron la visita de 18.000 personas, seg¨²n los organizadores.
Mientras, los organizadores del festival equivalente en Madrid, el Mulafest, se quejan de que los estrictos controles sanitarios disuaden a los grandes tatuadores. Espa?a es uno de los pa¨ªses de Europa con m¨¢s restricci¨®n para el uso de tintas para tatuar. Seg¨²n fuentes del sector, los inspectores en Madrid han arruinado ediciones en el pasado por su excesivo celo. Este a?o Mulafest celebrar¨¢ su octava edici¨®n en el recinto ferial de Ifema, del 26 al 28 de abril.
Durante Mulafest, los tatuadores tienen un permiso del Ministerio de Sanidad para usar tintas europeas, pero los inspectores realizan controles para vigilar que las tintas no se queden en Espa?a, lo que molesta a los tatuadores, seg¨²n los organizadores. ¡°Hemos encontrado un buen equilibrio entre la demostraci¨®n de su arte y la necesidad de control¡±, dice Consuelo de Garrastazu, jefa del departamento de Salud Ambiental del Ayuntamiento de Madrid.
Otros creen que Mulafest es a¨²n una convenci¨®n muy joven que ganar¨¢ peso con los a?os. ¡°Con el tiempo y una buena difusi¨®n de revistas internacionales esto puede cambiar¡±, dice Miquel Garreta, organizador de la convenci¨®n de Barcelona. ¡°La verdad es que hoy en d¨ªa hay una competencia incre¨ªble. Cada fin de semana y solo en Europa hay varias convenciones tanto en ciudades grandes como en peque?as¡±. A la Convenci¨®n de Londres asisten m¨¢s de 400 artistas y m¨¢s de 20.000 visitantes.
Algunos creen que el apoyo p¨²blico llegar¨¢ cuando la administraci¨®n comience a tener conciencia del tama?o del sector. Por ahora el Estado no est¨¢ cuantific¨¢ndolo. En la Clasificaci¨®n Nacional de Actividades Econ¨®micas, los tatuadores aparecen en un ep¨ªgrafe caj¨®n desastre, junto con astr¨®logos, espiritistas, limpiabotas o aparcacoches.
La Federaci¨®n Espa?ola del Tatuaje (FET) lamenta que no haya m¨¢s cifras oficiales porque al final se acaba infravalorando el aporte del sector. ¡°El crecimiento de esta profesi¨®n ha sido exponencial. Generamos muchos trabajos¡±, dice la secretaria de la FET, Pilar Navaz, que estima que en promedio cada estudio emplea a cuatro personas.
Las asociaciones est¨¢n organiz¨¢ndose para poner en valor al sector y conseguir cambios en la regulaci¨®n. Su principal reclamaci¨®n es que Espa?a adapte su legislaci¨®n a las recomendaciones europeas ResAp 2008, m¨¢s permisivas, pero Europa est¨¢ en permanente an¨¢lisis del efecto de las tintas y no descarta un endurecimiento con respecto a las ya aprobadas. La Agencia Europea de Sustancias y Mezclas Qu¨ªmicas (ECHA) ha propuesto a la Comisi¨®n Europea restringir el uso en las tintas de m¨¢s de 4.000 sustancias por su peligro para la salud. El per¨ªodo de consultas finaliza en junio de este a?o.
Otras reclamaciones del gremio en Espa?a incluyen la creaci¨®n de un curso de Formaci¨®n Profesional de tatuador, como ya ha hecho Andaluc¨ªa, as¨ª como un curso higi¨¦nico sanitario m¨¢s exigente. Tambi¨¦n piden medidas de est¨ªmulo econ¨®mico, como el IVA reducido que tienen otros sectores culturales.
Son propuestas con amplio apoyo. De todos modos, hay quienes lamentan el rumbo que ha tomado el tatuaje. Como otros puristas, Suso apunta a una etapa mejor, m¨¢s genuina, antes de que llegaran Instagram o las escuelas: ¡°Siempre ha sido un negocio pero ya no importa la calidad del trabajo o la creatividad, sino lo famoso que seas¡±.
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