Una red de ¡®narcos¡¯ pag¨® 1.000 euros al mes a un mando de los Mossos

El caso Macedonia pareci¨®, durante a?os, la gran causa contra la corrupci¨®n policial vinculada al narcotr¨¢fico: primero, de la Guardia Civil; m¨¢s tarde, de los Mossos d'Esquadra. Pero qued¨® en agua de borrajas. En febrero, despu¨¦s de ocho a?os, el juez Joaqu¨ªn Aguirre se vio obligado a dar carpetazo a las acusaciones contra la c¨²pula de investigadores de los Mossos. De aquella macedonia queda ahora apenas una fruta podrida: el subinspector Josep Ranea, que presuntamente se vendi¨® al narco por un sueldo de 1.000 euros al mes.

La Fiscal¨ªa, que pidi¨® archivar la causa contra los mandos de los Mossos, ha presentado ahora su acusaci¨®n contra Ranea y contra otros 16 miembros de una banda que se dedic¨® al tr¨¢fico de coca¨ªna y hach¨ªs al menos hasta 2010, cuando todos ellos fueron detenidos. Al frente de la organizaci¨®n se encontraba Manuel Guti¨¦rrez Carbajo, un hist¨®rico confidente de Polic¨ªa, Guardia Civil y Mossos que afronta una petici¨®n de 11 a?os de c¨¢rcel.

Id¨¦ntica pena, 11 a?os, afronta el subinspector Ranea por pertenencia a organizaci¨®n criminal, tr¨¢fico de drogas, cohecho y revelaci¨®n de secretos. Ranea, que fue n¨²mero dos de la comisar¨ªa de Vilanova i la Geltr¨², se sentar¨¢ en el banquillo por colaborar de forma activa con la banda de traficantes. Su papel era "fundamental": acced¨ªa a bases de datos confidenciales, "interced¨ªa" a favor de los traficantes en caso de detenciones o sanciones, recababa informaci¨®n sobre investigaciones en marcha... "A cambio de ello, percib¨ªa mensualmente 1.000 euros", escribe la fiscal Ana Gil.

Raena era un mando de los Mossos, pero no mandaba tanto como hac¨ªa ver. Para justificar su sueldo, el subinspector "aparentaba tener mayor grado de influencia de la que ostentaba". Fue as¨ª como, al menos desde el a?o 2000, logr¨® hacerse con un generoso patrimonio en efectivo que la fiscal¨ªa cifra en 121.000 euros y que Ranea puso, en parte, a nombre de su madre. A veces, prestaba favores "extraordinarios" y recib¨ªa otras compensaciones: la banda le compraba un medicamento que precisaba (a raz¨®n de 100 euros la caja) y lleg¨® a regalarle una consola Play Station.

La Fiscal¨ªa recuerda que, gracias a su acceso a las bases de datos policiales, Ranea facilit¨® datos de rivales de la banda que, despu¨¦s, fueron apaleados. Pero el subinspector no mandaba en la organizaci¨®n, sino que como un soldado m¨¢s mostraba "una clara actitud de subordinaci¨®n" ante el verdadero l¨ªder, Manuel Guti¨¦rrez Carbajo.

Al confidente policial, la fiscal lo dibuja como un aut¨¦ntico 'capo' temido y respetado. Guti¨¦rrez Carbajo fue el hombre que puso a los Mossos sobre la pista de uno de los casos m¨¢s sonados que han investigado: la trama de mandos de la Polic¨ªa Nacional corruptos que proteg¨ªan a dos famosos prost¨ªbulos de Castelldefels, Riviera y Saratoga. La implicaci¨®n de los jefes de investigaci¨®n de Mossos en el caso Macedonia lleg¨®, precisamente, cuando el juez Joaqu¨ªn Aguirre empez¨® a sospechar que le ocultaron conversaciones del confidente y que le estaban protegiendo.

Guti¨¦rrez Carbajo "financiaba la adquisici¨®n de coca¨ªna" que el resto de acusados mov¨ªa en las comarcas del Baix Llobregat, el Garraf y el Pened¨¨s. Todos ellos estaban "absolutamente sometidos" a sus peticiones y acud¨ªan "casi a diario" a su domicilio. Su poder proven¨ªa, precisamente, de su conocida condici¨®n de "confidente de miembros preeminentes" de los tres cuerpos. Guti¨¦rrez Carbajo usaba esos contactos para mantener su dominio: daba a entender a sus hombres que una palabra suya pod¨ªa acabar con su detenci¨®n. De modo que aprovechaba ese papel para que otros le compraran billetes de avi¨®n, le llevaran la compra a casa o incluso le hicieran de ch¨®fer.

Esas "exigencias caprichosas" del l¨ªder, como las describe la fiscal, provocaron el "resquemor" de algunos acusados. As¨ª se aprecia en las conversaciones telef¨®nicas, principal prueba de la instrucci¨®n porque los seguimientos eran muy dif¨ªciles: la banda adoptaba grandes medidas de seguridad y cambiaba de tel¨¦fono cada mes. Hasta 2010, cuando fue finalmente detenido, Guti¨¦rrez Carbajo obtuvo 2,4 millones de euros del tr¨¢fico de drogas, un dinero que intent¨® lavar con la compra de inmuebles y joyas y con operaciones en efectivo.