Reflexi¨®n y solidaridad

Ahora que nos encontramos inmersos en una campa?a electoral desmedida, en mi opini¨®n algo descre¨ªda tambi¨¦n, hay puestos sobre la mesa ciertos temas que dudo si seguir¨¢n formando parte de las conversaciones y los debates pol¨ªticos una vez hayan pasado las elecciones y tengamos nueva cuenta atr¨¢s.

En mi opini¨®n, hay algunos asuntos, como el matrimonio homosexual, el endurecimiento de las leyes de violencia de g¨¦nero, las cuestiones medioambientales o todo aquello que implique el respeto a los derechos humanos que, perm¨ªtanme el apunte, ni siquiera deber¨ªan rellenar ning¨²n programa electoral ya que en ning¨²n caso es una cuesti¨®n ideol¨®gica sino social, y en lo social no deber¨ªa existir la vuelta a las cavernas. Hemos entrado en el juego y hemos dejado que lo utilicen a su antojo con total impunidad. Nos hemos olvidado de las personas y hemos puesto nuestra ¨¦tica, tan particular y cambiante, por encima de ellas. El otro d¨ªa reflexionaba sobre mi voto y pens¨¦ en la importancia de votar pensando no solamente en nosotros sino en los dem¨¢s, es decir, no solo en aquellas medidas que nos repercuten a nosotros como seres individuales sino en todas aquellas que afectan a la sociedad como conjunto. Solo as¨ª podremos sentirnos orgullosos cuando el pa¨ªs avance a un lugar mejor.

Hay otros temas m¨¢s particulares que inciden en asuntos del d¨ªa a d¨ªa. Tal es el caso de los alquileres de pisos, que es algo que apunta de lleno a un gran n¨²mero de residentes en Madrid. Puedo hablar con conocimiento, ya que como he comentado en alg¨²n art¨ªculo he pasado por muchos pisos en la capital en los ¨²ltimos a?os: exactamente cinco. De esos cinco, dos han abusado de su posici¨®n como propietarios y me han causado m¨¢s de un quebradero de cabeza. Uno de ellos, bonito a primera vista, pero con materiales de calidad p¨¦sima y en el barrio de moda, subi¨® el alquiler de un a?o al otro casi trescientos euros y pretendi¨® pintar las paredes con m¨¢s de la mitad de mi fianza. El otro, al que llegu¨¦ porque me negu¨¦ a participar del canibalismo del anterior, particular esta vez, me debe a¨²n parte de la fianza que decidi¨® quedarse sin motivo y ha dejado de responder a mis mensajes. Ante esto, poca historia: una ley que defiende al propietario, una falta de regulaci¨®n que hace que la mayor parte de los alquilados depositen el grueso de su sueldo en la renta, familias en la calle incapaces de hacerle frente y ancianos desahuciados por empresas impasibles que ven c¨®mo su vida entera se hace hueco en un par de maletas.

Ante todo esto: reflexi¨®n. Y un poder: mi voto. Por eso yo ya he votado por correo. Por eso animo a todos los que me rodean a que vayan el domingo a las urnas y piensen en dos cosas: lo que quieren y lo que no quieren. Y que lo hagan con solidaridad. Sobre todo eso: solidaridad.

Madrid me mata.