Manuela Carmena: ¡°Madrid es buen rollo¡±
La alcaldesa y aspirante a repetir en el puesto por M¨¢s Madrid, Manuela Carmena, confiesa que gran parte de su equipo le pidi¨® que continuara
Manuela Carmena no quiere que se la recuerde como una alcaldesa fara¨®nica: ¡°Me basta con las sonrisas de la gente en el metro¡±. A sus 75 a?os ha regenerado la pol¨ªtica madrile?a (y espa?ola) con un aire espont¨¢neo que alterna juventud de esp¨ªritu y sabia senectud rebelde, sin no pocas pol¨¦micas a su paso. En dos encuentros en su despacho d¨²plex con caf¨¦ y pesti?os nos cont¨® su visi¨®n, su proyecto y por qu¨¦ desea repetir al frente del Ayuntamiento. Aunque para ello est¨¦ dispuesta a renunciar a su don m¨¢s preciado tras jubilarse despu¨¦s de d¨¦cadas en la judicatura: ¡°La libertad¡±.
Pregunta. Se retir¨® de su carrera como juez con dos fallos salom¨®nicos y dijo que ya no le llenaba dictar sentencias. ?Se aprende m¨¢s de la gente en los tribunales o en la pol¨ªtica?
Respuesta. Creo que es m¨¢s positivo el aprendizaje en la justicia. Porque todo lo que tiene que ver con las circunstancias que afectan a las personas se desarrolla en un contexto regular, donde no se insulta, simplemente uno trata de entenderse. La pol¨ªtica, en cambio, est¨¢ hecha para buscar la manera de herir al otro y dejarle fuera de combate.
P. ?Anda, pues, un tanto desencantada con su experiencia?
R. Nunca estuve encantada, pero conservo entusiasmo. Escrib¨ª un libro, Por qu¨¦ las cosas pueden ser diferentes (Clave Intelectual), en el que ya contaba lo que pensaba. Hab¨ªa sido miembro del Poder Judicial. Trato de arreglarlo generando comportamientos alternativos.
P. En ese viaje que hizo de la justicia a la pol¨ªtica, se centr¨® usted ante todo en el valor de la equidad. ?C¨®mo puede combinarse ese valor en ambos campos?
R. Ambas son complementarias.
P. Y se aprenden desde la ni?ez. ?Cu¨¢ndo fue usted consciente de ello?
R. Tengo esa conciencia desde que en el colegio religioso al que fui me di cuenta de la contradicci¨®n que exist¨ªa entre el deber ser y lo que era. Mis monjas nos llevaban a una zona de Vallecas para dar catequesis a los ni?os pobres. No ten¨ªan zapatos y no sab¨ªan leer. Era una tonter¨ªa porque lo evidente, antes, era que hab¨ªa que ense?arles a leer. Yo llegaba a casa muy indignada y escuchaba eso de que siempre habr¨¢ pobres, que no se pod¨ªa evitar.
P. La resignaci¨®n¡
R. En mi casa hab¨ªa un valor fundamental que era el trabajo. Denigr¨¢bamos a los perezosos. Y una honestidad absoluta. A mi padre nunca le protestaron una letra. Era hasta exagerado en su rigor y su austeridad.
P. Despu¨¦s de todo ese camino, llega a la universidad en una ¨¦poca en que las mujeres apenas estudiaban carreras.
R. Quer¨ªa estudiar Filosof¨ªa y dedicarme al periodismo, pero mi padre dijo que de eso no se com¨ªa y que me metiera a Derecho. Cuando llego all¨ª, me quedo muy sorprendida porque me parece ¨²til. Y ya, por ah¨ª¡
P. ?Lo m¨¢s ¨²til era ser juez?
R. Pasan muchas cosas antes. Vivimos la efervescencia pol¨ªtica. Lo primero que me topo all¨ª es gente leyendo poemas de Luis Cernuda. No sab¨ªa qui¨¦n era, as¨ª que me encontr¨¦ de golpe con la historia de la Espa?a real, cuando yo conoc¨ªa otra. Me doy cuenta del porqu¨¦ de la Guerra Civil, que ha sido un conflicto entre ricos y pobres. Entonces me posiciono.
P. ?Se vuelve a presentar porque ha observado que ha vuelto a despertar el monstruo de la ultraderecha?
R. No¡ Ha sido porque una buena parte del equipo que trabaja conmigo me lo ha pedido de todas las formas posibles.
P. ?Est¨¢ autoconvencida?
R. A m¨ª, gestionar, me encanta. No me gustan los politiqueos, pero s¨ª cambiar las cosas. Conseguir, por ejemplo, que los campos de f¨²tbol donde juegan ni?os sean de c¨¦sped. Cada vez que veo uno me digo: ?conseguido!
P. ?Qu¨¦ lamenta no haber podido lograr estos cuatro a?os?
R. Me dar¨ªa rabia que este proyecto se quedara a medio hacer, pero necesitamos m¨¢s agilidad. La burocracia me resulta espantosa. Las cosas se retrasan hasta l¨ªmites dif¨ªciles de comprender.
P. ?Cu¨¢ndo quedar¨ªa con la sensaci¨®n de haber cumplido?
R. Pues cuando culminemos nuestras promesas esenciales. Si conseguimos que se construyan las 3.400 viviendas y empezamos con la mec¨¢nica de cada a?o entregar 1.000 m¨¢s y otras 4.000 de alquiler limitado, si terminamos los diferentes parques que hemos proyectado, si Madrid Norte avanza, m¨¢s o menos...
P. ?Siempre tiene que quedar un toque fara¨®nico?
R. Eso me da infinitamente igual. Lo que yo quiero es encontrar caras sonrientes en el metro.
P. ?Existe demasiada soledad frente a lo kafkiano?
R. S¨ª, adem¨¢s enseguida te das cuenta de por qu¨¦ las cosas van mal. Yo lo s¨¦ y no he sido capaz de cambiarlo todav¨ªa.
P. ?Por qu¨¦?
R. Por ejemplo, el tema de la contrataci¨®n p¨²blica. Se hace mal, a la baja. Es absurdo. Nadie lo hace a la baja porque no se venden duros a pesetas. Lo tenemos que arreglar.
P. La derecha habla mucho de sus complejos. Si uno de los principales complejos de la izquierda es que sus pol¨ªticas producen mucho gasto p¨²blico, ?no se ha pasado usted amarrando demasiado el presupuesto?
R. Hemos ejecutado mucho. Cometimos el error de hacer uno brutal, muy expansivo, por encima de lo que pod¨ªamos gestionar. Algunos se volvieron locos. Nos hab¨ªamos pasado de la regla de gasto impuesta por Bruselas y el Gobierno. Una norma muy discutible, por otra parte. Pero tampoco tuvimos regla de prudencia econ¨®mica. Pecamos de temeridad.
P. Ha tenido usted sus diferencias con su propio equipo con ceses y dimisiones. ?Ha elegido ahora a su gusto?
R. Creo que s¨ª. Una de mis condiciones para seguir fue esa. No pod¨ªamos tener a la oposici¨®n dentro del Gobierno, como as¨ª fue.
P. ?Qu¨¦ virtud de Madrid cree que se ha puesto de relieve tras su paso por el Ayuntamiento?
R. Naturalidad, ah¨ª creo que he ayudado mucho a que se vea eso. Quisimos explotarlo conscientemente, creo. Incluso admitir que nos gustan aspectos de otras gestiones, como Madrid R¨ªo. Porque a todos nos parece estupendo, aunque lo haya hecho Ruiz-Gallard¨®n y no lo admit¨ªamos, por ese encorsetamiento de la izquierda. Hab¨ªa que liberarse en esas cosas. Esta es una ciudad que tiene algo buen¨ªsimo: se habla mucho, en el mercado, en el transporte p¨²blico. Se forman tertulias espont¨¢neas. Aqu¨ª acaricias a los ni?os; en otras ciudades, no. Yo en eso tengo que tener cuidado, porque yo soy mucho de tocar. Madrid es buen rollo. Tiene muy buen rollo.
P. ?C¨®mo ha involucrado a su familia en la pol¨ªtica?
R. Mi marido Eduardo, bien, muy bien. Mis nietos, R¨®mulo y Lola, han tenido reacciones muy curiosas. ?l tiene mucha conciencia pol¨ªtica, estudia en la universidad y est¨¢ ayudando en la campa?a a su abuela. Lola ahora tiene 13 a?os, pero cuando gan¨¦, con 9, fue al colegio presumiendo y diciendo a sus compa?eros: ¡°Mi abuela nos va a quitar el br¨¦col de las comidas¡±. Odia el br¨¦col.
Las otras entrevistas de los candidatos
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