La lenta asfixia de la ayuda social
La plantilla del SAMUR social, servicio p¨²blico municipal que acaba de celebrar su 15? aniversario, denuncia la falta de recursos para atender situaciones de emergencia
Siempre est¨¢n ah¨ª. Las 24 horas del d¨ªa; los 365 d¨ªas del a?o. Ante un desahucio; en una situaci¨®n de malos tratos; frente a la violencia machista o ante un ataque Lgtbfobo. El trabajo del personal del Samur Social consiste en atender cualquier tipo de emergencia social. "No siempre se puede prestar el servicio c¨®mo se deber¨ªa", lamentan los responsables del organismo que denuncia cierto "abandono" por parte de las instituciones: "Se ha provocado una lenta asfixia de la ayuda social".?
El servicio, financiado por el Ayuntamiento de Madrid, cont¨® el a?o pasado con algo m¨¢s de 60 millones de euros, un 10% m¨¢s que en 2014 (cuando cont¨® con unos 52 millones de euros). A pesar de ese aumento presupuestario, la plantilla lleva tiempo denunciando la falta de recursos especializados y la sobrecarga de los trabajadores. "No se ha producido un aumento de plantilla acorde a las necesidades de una ciudad como Madrid", dice el delegado sindical de Samur, Eloy Del Cura Sanz, de 41 a?os. El sindicato calcula que hacen falta, al menos, 200 trabajadores. Como consecuencia de esa escasez de personal, los trabajadores pasan noches enteras sin dormir. Tambi¨¦n han aumentado las bajas por depresi¨®n. "Decid¨ª denunciar la situaci¨®n que est¨¢bamos viviendo. Solo entonces pude volver a dormir en paz¡±, apunta Del Cura.
En los ¨²ltimos meses, Samur social ha visto incrementada su actividad con relaci¨®n a la atenci¨®n de migrantes, en algunos casos familias, solicitantes de asilo o de refugio. El Ayuntamiento dispone de 973 plazas de acogida de emergencia. La mayor parte, para hombres sin techo (el colectivo m¨¢s numeroso); otras se destinan a mujeres sin hogar y el resto quedan para cualquier ciudadana o ciudadano en situaci¨®n de emergencia.
"Los migrantes son una poblaci¨®n vulnerable que actualmente, y debido a la saturaci¨®n del sistema, no encuentra la protecci¨®n y la acogida adecuada", explica Azucena P¨¦rez del comit¨¦ de empresa de trabajadoras de Samur. "Se ofrece una soluci¨®n habitacional para un corto periodo de tiempo, pero la realidad es diferente: los solicitantes no tienen opciones de irse y acaban qued¨¢ndose meses", contin¨²a. Su compa?ero Del Cura comparte esa visi¨®n: "No se cumple con las condiciones habitacionales m¨ªnimas. Si una persona est¨¢ acostada y estira la mano toca al que tiene al lado¡±. ¡°No hay inspecciones y el defensor del pueblo no hace nada¡±, lamenta P¨¦rez, que enumera las m¨²ltiples denuncias realizadas desde el sindicato COBAS.
El casi millar de plazas municipales no son suficientes para la realidad actual, seg¨²n los sindicatos. En los ¨²ltimos a?os, las necesidades de atenci¨®n de emergencia se han disparado lo que ha provocado que personas vulnerables hagan noche en una silla, sobre una mesa o recostados en un pasillo de la recepci¨®n del cuartel general del Samur Social, en La Latina.
¡°Nos hemos visto obligados a dejar a ni?os durmiendo en la calle, porque no ten¨ªamos capacidad¡±, denuncia P¨¦rez, que remarca lo complicado que es para un trabajador tomar este tipo de decisiones. ¡°Somos conscientes de que a veces tenemos que decir que no, pero cuando es porque las administraciones no han identificado las necesidades actuales del servicio, pesa especialmente¡±, explica P¨¦rez, que lleva 10 a?os ejerciendo de trabajadora social en el organismo municipal.
La plantilla del SAMUR pide al Ayuntamiento de Madrid m¨¢s recursos para el servicio social, con especial atenci¨®n a las emergencias sociales y a la atenci¨®n a personas sin hogar. "Se deben adaptar los recursos a la realidad social de la capital, que ha cambiado mucho en los ¨²ltimos a?os", resumen los representantes laborales. Adem¨¢s, solicitan que se d¨¦ una "respuesta real" a los problemas en lugar de "soluciones parciales". Hablan de la municipalizaci¨®n del Samur Social. Una idea que por ahora no parece haber cuajado: el servicio nunca ha sido gestionado directamente por el Consistorio.
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