La burgues¨ªa ilegal del pol¨ªgono: el desorden que dej¨® en Madrid la fiebre del ¡®loft¡¯
Cientos de madrile?os viven en zonas industriales en Manoteras, San Blas o Alcobendas, en inmuebles como los que dise?aba la l¨ªder de Vox Roc¨ªo Monasterio, sin permiso de vivienda pero tolerados
A la hora de cenar los riders de Glovo, Deliveroo o Just-Eat hacen repartos en el pol¨ªgono industrial de Manoteras como si fuera un barrio m¨¢s de Madrid. Cientos de madrile?os residen en falsas viviendas de tipo loft?en esta zona de oficinas, talleres y f¨¢bricas en el norte de la ciudad. Basta contar de noche las numerosas luces encendidas en la avenida de Manoteras, una zona empresarial que sigue activa tras el fin de la jornada de trabajo.
Las viviendas del pol¨ªgono de Manoteras son una herencia de la fiebre del loft, uno de los abusos en Madrid durante la burbuja del ladrillo de la d¨¦cada pasada. Fue el nicho de mercado que explotaron Roc¨ªo Monasterio y su esposo, Iv¨¢n Espinosa de los Monteros, ambos hoy l¨ªderes del partido de extrema derecha Vox. Los dos realizaron numerosas reformas y ventas irregulares de lofts, como ha demostrado este peri¨®dico con pruebas documentales y con el testimonio de clientes que les acusan de fraude. Eran edificios de oficinas, f¨¢bricas y talleres que el estudio Roc¨ªo Monasterio y Asociados S.L. constru¨ªa para darles aspecto vanguardista, al estilo de las viviendas di¨¢fanas de techos altos de Nueva York.
En medio de una competici¨®n feroz por lucrarse con la vivienda, los lofts proliferaron en zonas industriales de la capital como Manoteras y San Blas (este) y en el ¨¢rea metropolitana, en San Sebasti¨¢n de los Reyes y Alcobendas. El Ayuntamiento de Madrid, gobernado por Alberto Ruiz-Gallard¨®n (PP), advirti¨® en 2005 de la ilegalidad de promover lofts como pisos en zonas industriales y anunci¨® una campa?a de inspecciones, pero los promotores continuaron sus proyectos al margen de la ley.
Los clientes de Monasterio y Espinosa de los Monteros aseguran que la pareja les vend¨ªa los inmuebles para vivir. Ellos han dicho que los clientes sab¨ªan lo que compraban, pero lo cierto es que en revistas de hogar y arquitectura Monasterio promocionaba la idea del loft como vivienda. La semana pasada, Espinosa de los Monteros compar¨® estos inmuebles con los garajes de emprendedores de Silicon Valley, pero lo cierto es que muchos hoy relacionan este producto inmobiliario con el pelotazo made in Spain.
En el pol¨ªgono de Manoteras hay al menos cuatro grandes edificios con cientos de lofts que son usados como viviendas (el 8, 10, 30 y 38). Todos fueron construidos en el apogeo de la burbuja, entre 2006 y 2008. Era suelo industrial, pero los promotores confiaban en colocarlos como lofts, ese nuevo producto inmobiliario que permitir¨ªa encontrar compradores que los usaran como oficinas o viviendas. Aunque no estaba permitido residir en ellos, la demanda de vivienda era tal que aparecieron numerosos clientes de clase media y media alta que poco a poco fueron colonizando de forma ilegal la zona.
Hoy abundan en estos lofts los abogados, arquitectos o fisioterapeutas que viven y trabajan en ellos. Otros son j¨®venes atra¨ªdos por sus formas abiertas. ¡°A m¨ª es que me molan mucho¡±, dice Susana, que vive en uno desde hace seis a?os con su hija y su pareja. Seg¨²n el Plan General de Ordenaci¨®n Urbana, los edificios de este pol¨ªgono de 300.000 metros cuadrados pertenecen a la zona 9, grado cuarto, en la que est¨¢ prohibido el uso residencial (salvo una vivienda por edificio que es la tradicionalmente ideada para que resida el guardia de seguridad de la f¨¢brica).
Un buen conocedor del sector, Juan Manuel Reinoso, que vende y alquila oficinas en Manoteras,lo dice bien claro: "Cuidado porque hay mucho timo", dice Reinoso,?director comercial de la inmobiliaria Large Space S.L. "Te voy a ser franco, esto es un despacho profesional y no podr¨¢s vivir en ¨¦l", dice ¨¦l mientras muestra uno de sus inmuebles a este periodista que aparenta ser un comprador.
La honestidad de Reinoso parece la excepci¨®n. Cuatro vendedores de lofts, agentes inmobiliarios o propietarios,?aseguraron que no hab¨ªa problema para vivir en ellos, ya fuera como arrendatarios o compradores. Tratan de calmar las dudas del interesado con frases del tipo: "No va a venir la polic¨ªa a echarte", "si los bancos han metido miles de millones de euros en hipotecas de lofts no va a pasar nada" o "te lo vendemos como oficina, pero si te interesa cambiarlo a vivienda solo tienes que solicitarlo al Ayuntamiento".
En la pr¨¢ctica el Ayuntamiento de Madrid?ha hecho la vista gorda durante muchos a?os. Son extraordinarias las inspecciones de oficio y solo interviene cuando hay una denuncia, pero las autoridades municipales nunca conceden c¨¦dulas de habitabilidad en inmuebles ubicados en suelo industrial o terciario.
Esa permisividad ha favorecido las trampas.?Hay compradores incautos que creen adquirir gangas. En Manoteras hay lofts de dos plantas con m¨¢s de 100 metros cuadrados que se ofertan por 300.000 euros, todo un chollo si se compara con los precios de viviendas legales en los barrios cercanos de Sanchinarro o Las Tablas. Los residentes de la avenida de Manoteras, 8 tienen en el edificio pista de p¨¢del y piscina en el ¨¢tico.
Como loft es un nombre comercial, la operaci¨®n transcurre en la ambig¨¹edad. Los compradores se enteran a veces en la notar¨ªa, tras haber pagado las arras, de que adquieren un despacho profesional.?"Los promotores se cuidan mucho y te dicen 'te vendo un loft", dice?Mar¨ªa de los Reyes Rueda, secretaria de la Asociaci¨®n Espa?ola de Abogados Urbanistas. En los juicios por estafa, los compradores suelen perder porque no demuestran haber sido diligentes. A la confusi¨®n contribuye el hecho de que hay lofts donde vivir es completamente legal: los construidos en suelo residencial.
"?poca oscur¨ªsima"
Desesperados, algunos compradores han puesto en alquiler esos lofts,?se exponen a duras multas de m¨¢s de 30.000 euros y?al desalojo y precinto del loft, seg¨²n los juristas. Pero los propietarios arriesgan porque apenas hay control y porque tampoco es f¨¢cil colocarlos como lo que son, despachos profesionales.?"Es mucho m¨¢s dif¨ªcil encontrar inquilinos para oficina que para vivienda", explica Reinoso, que gestiona 152 oficinas en Manoteras y tiene ocho vacantes. "Si quisi¨¦ramos alquilarlos a cualquiera los tendr¨ªamos todos ocupados", agrega.
Los juristas consultados dicen que el fraude en el sector de los lofts?es frecuente. "No somos la Administraci¨®n para conocer o detectar el n¨²mero de locales ahora habitados como viviendas, pero, obviamente, s¨ª tenemos el pulso del mercado para conocer la existencia de muchos locales convertidos en viviendas sin gozar de la autorizaci¨®n", dice Javier Mart¨ªn-Merino y Bernardos, del despacho Verdegay Abogados. Un portavoz del Ayuntamiento dice que las inspecciones corresponden a los distritos. "Por norma general, la inspecci¨®n solo funciona si hay denuncia, no act¨²a de oficio", dice el portavoz.?
Los pleitos de hoy se dan por edificios que fueron construidos durante el boom. Seg¨²n los expertos, la moda del loft se fren¨® en Madrid en 2007 gracias a un cambio normativo que impuso severas limitaciones a la divisi¨®n de edificios industriales y oficinas.
El exconcejal del PSOE Miguel Conejero recuerda c¨®mo el cambio normativo paraliz¨® proyectos en curso: "Por suerte se fren¨® porque era un descaro, estaban transformando la ciudad y nadie hac¨ªa nada".
Hoy lo que proliferan son los bajos comerciales reconvertidos en vivienda, que s¨ª son legales si se encuentran en suelo residencial y cumplen unas condiciones de tama?o. Pero siguen d¨¢ndose irregularidades en zonas no permitidas. El abogado especialista Pedro Calleja dice que ya es m¨¢s dif¨ªcil colar goles, pero sigue pasando. ¡°Estamos saliendo de una ¨¦poca oscur¨ªsima, pero todav¨ªa queda¡±.
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