Siete cuestiones pendientes en el ¡®caso Monasterio¡¯
Preguntas y respuestas sobre las seis irregularidades urban¨ªsticas del matrimonio de los dirigentes de Vox destapadas en las ¨²ltimas semanas
Los casos de irregularidades urban¨ªsticas de la l¨ªder de Vox en Madrid, Roc¨ªo Monasterio, y su marido, el promotor inmobiliario Iv¨¢n Espinosa de los Monteros, portavoz de la formaci¨®n en el Congreso, revelan un mismo modus operandi. En los casos descubiertos por este peri¨®dico, obras realizadas entre 2003 y 2007, en pleno boom del ladrillo, transformaban suelo industrial en viviendas bajo la ambigua denominaci¨®n de loft, cuando en realidad no admit¨ªan uso residencial. En el contrato nunca pon¨ªan ¡°vivienda¡±, sino ¡°local¡±, que es lo que era. Pero ten¨ªan cocina, ba?os y lo vend¨ªan a precio de vivienda. De ese modo ahorraban tiempo (el que requiere el cambio de uso, que de todos modos en muchos casos era inviable) y, sobre todo, ganaban m¨¢s dinero.
Por ejemplo, si en el caso de su obra en la calle Pedro Heredia, 6, de la capital hubieran tramitado legalmente un? cambio de uso a residencial, el suelo edificable se habr¨ªa reducido a la mitad en caso de volver a levantar el edificio, de 900 a 450 metros cuadrados. Es decir, en vez de ocho lofts se habr¨ªan quedado en cuatro. Y si hubieran conservado el inmueble, otra posibilidad con un plan especial, deber¨ªan haber pagado al Ayuntamiento hasta un 10% de los beneficios. En las operaciones conocidas del matrimonio de dirigentes de Vox vendieron sus lofts por precios en torno al medio mill¨®n de euros. En el caso de uno de la calle Amalia, 19, su beneficio fue de 156.000 euros, seg¨²n la documentaci¨®n de la obra.
La construcci¨®n de estas falsas viviendas?en suelo industrial era una pr¨¢ctica ilegal, perseguida por el Ayuntamiento de Madrid, que prolifer¨® en esos a?os de descontrol?inmobiliario, cuando Monasterio y Espinosa se subieron a esa ola.
En al menos tres casos revelados por EL PA?S la obra fue hecha sin la licencia correspondiente. De ese modo, aceleraban los tiempos y aumentaban el beneficio. A veces empezaban sin licencia y si se la reclamaban la ped¨ªan. Cuando la solicitaban, luego se despreocupaban del tr¨¢mite y nunca llegaba. Pero en todo caso declaraban trabajos mucho menores de los que en realidad estaban haciendo. Acomet¨ªan obras de envergadura, que exigir¨ªan la firma de un arquitecto, pero declaraban trabajos de poca importancia. Exactamente el tipo de proyecto que no requiere ser visado y, por tanto, no impone la firma de un arquitecto. A¨²n as¨ª, en al menos dos casos aparece como arquitecta Roc¨ªo Monasterio, aunque no ten¨ªa el t¨ªtulo en esas fechas. En otros casos, la firma era de Antonio Monasterio, su hermano e ingeniero industrial, o de alg¨²n arquitecto de su estudio.
Los casos de irregularidades urban¨ªsticas del matrimonio de dirigentes de Vox descubiertos hasta ahora son seis, todos en Madrid: en el propio chal¨¦ del matrimonio, en el barrio de Chamart¨ªn, revelado por eldiario.es antes del verano y en septiembre; en un bloque de ocho lofts en la calle Pedro Heredia, 6; en tres lofts en la calle Villafranca, 6; en un local en San Marcos 24 y en un loft en Amalia 19. El sexto, divulgado este mi¨¦rcoles por la cadena SER, afecta al loft donde vivieron en la calle Menorca. Salvo negar que ellos hubiesen prometido permisos de habitabilidad en sus lofts, como sostienen algunos de sus compradores, no han desmentido el resto de anomal¨ªas.
Son al menos tres las conductas bajo sospecha: Monasterio firm¨® planos y certificados de obra como arquitecta sin tener t¨ªtulo, junto a Espinosa de los Monteros realiz¨® obras sin licencia y ambos vendieron lofts a clientes que aseguran haber comprado bajo la promesa falsa de que podr¨ªan registrarlos como viviendas.
1. Firmar sin t¨ªtulo
Monasterio aparece indebidamente como arquitecta o directora facultativa en al menos dos obras en la capital, en 2003 y 2004. Entonces no hab¨ªa terminado la carrera de Arquitectura ni estaba colegiada para ejercer la profesi¨®n, dos requisitos obligatorios para proyectos de esa envergadura.
El documento de 2003 es un plano sobre la construcci¨®n de tres lofts en la calle Villafranca, 6. Su nombre aparece en un recuadro: ¡°Arquitecto: Roc¨ªo Monasterio¡±. Su esposo, Iv¨¢n Espinosa, present¨® ese plano a sus compradores.
El documento de 2004 es una certificaci¨®n de obra para un proyecto en un local de la calle San Marcos, 24. Su firma aparece al pie debajo del t¨ªtulo ¡°direcci¨®n facultativa¡±. Este documento detalla operaciones como derribos de muros de carga, que solo puede firmar un arquitecto.
La actual l¨ªder de Vox en Madrid abri¨® su propio estudio, a su nombre, Roc¨ªo Monasterio Asociados, en 2000, seg¨²n su curr¨ªculum en Linkedin, aunque en el Registro Mercantil aparece constituida en 2002. Sin embargo, entonces a¨²n no hab¨ªa terminado la carrera. Hab¨ªa estudiado en la Universidad Polit¨¦cnica de Madrid, pero no present¨® su proyecto de fin de carrera (PFC), tr¨¢mite imprescindible para obtener el t¨ªtulo y que se le atasca a muchos estudiantes. Lo present¨® en octubre de 2009 y se colegi¨® dos meses despu¨¦s. El tutor de su PFC, Andr¨¦s Perea, ha explicado a este peri¨®dico que ¡°era una alumna excelente, muy dotada¡±. Marta Ma¨ªz, otra profesora, que luego le dio trabajo en su estudio afirma: "He tenido tres alumnos excelentes en mi vida, y ella era uno de ellos".
?Infringi¨® la ley al firmar sin t¨ªtulo?
Fuentes jur¨ªdicas consultadas consideran que Monasterio podr¨ªa haber incurrido en delito de intrusismo profesional, recogido en el art¨ªculo 403 del C¨®digo Penal y castigado con penas de prisi¨®n de entre seis meses y dos a?os. Este precepto castiga al que "ejerciere actos propios de una profesi¨®n sin poseer el correspondiente t¨ªtulo acad¨¦mico expedido o reconocido en Espa?a de acuerdo con la legislaci¨®n vigente". Sin embargo, el delito habr¨ªa prescrito ya que han pasado m¨¢s de cinco a?os.
?Podr¨ªa ser expulsada del Colegio de Arquitectos de Madrid (Coam)?
Monasterio podr¨ªa ser expulsada del Coam por haber violado las normas deontol¨®gicas que lo rigen. El intrusismo est¨¢ definido en el t¨ªtulo 1.10 del C¨®digo Deontol¨®gico del Consejo Superior de Colegios de Arquitecto de Espa?a: ¡°Cualquier persona f¨ªsica o jur¨ªdica que sin poseer la habilitaci¨®n legal requerida para el ejercicio de una profesi¨®n determinada desarrolle actos propios de la misma ¡ªincluyendo toda clase de anuncio u oferta de servicios¡ª, realice contrataciones, as¨ª como la oferta de servicios por sociedades mercantiles que no cuentan con arquitectos responsables del trabajo. Queda comprendido tambi¨¦n en esta categor¨ªa quien haya encubierto, amparado o tolerado la pr¨¢ctica de actividades de intrusismo¡±. El Coam tambi¨¦n proh¨ªbe el intrusismo en los art¨ªculos 24 y 25 de su propio c¨®digo deontol¨®gico.
El Coam considera el intrusismo como una infracci¨®n grave en el art¨ªculo 78 de sus estatutos. Puede ser considerado muy grave si existe lucro, intencionalidad o da?os para terceros. Estos estatutos permiten a la Comisi¨®n de Deontolog¨ªa, un ¨®rgano de nueve miembros independientes de su junta de gobierno y designados por sorteo, la imposici¨®n de sanciones que ascienden hasta la expulsi¨®n por seis a?os. Fuentes del Coam indican que este ¨®rgano nunca act¨²a de oficio. Ser¨ªa necesaria una denuncia que puede interponer cualquier ciudadano. En todo caso, no quieren detallar si estas semanas han recibido alguna. El Coam guarda silencio desde que estall¨® el esc¨¢ndalo. Solo ha dicho que est¨¢ ¡°analizando¡± los casos.
Pilar Pereda, exsecretaria de la junta de gobierno del Coam, considera que aparentemente Monasterio podr¨ªa haber incurrido en un caso de intrusismo: "Creo que el colegio deber¨ªa esclarecer los hechos, en defensa del honor de la colegiada y de la profesi¨®n".?
?Pod¨ªa Monasterio hacer algunas obras sin t¨ªtulo?
El estudio de Monasterio se dedica al interiorismo y la arquitectura. Para la primera actividad no necesitaba un t¨ªtulo oficial, ya que se trata de un tipo de reformas de poca envergadura, con car¨¢cter muchas veces decorativo.
Las actividades que requieren la titulaci¨®n de arquitecta son detalladas por el art¨ªculo 10 de la Ley 38/1999 de Ordenaci¨®n de la Edificaci¨®n que incluye entre estas, "todas las intervenciones sobre los edificios existentes, siempre y cuando alteren su configuraci¨®n arquitect¨®nica". Se entienden por tales las que ¡°tengan car¨¢cter de intervenci¨®n total o las parciales que produzcan una variaci¨®n esencial de la composici¨®n general exterior, la volumetr¨ªa, o el conjunto del sistema estructural, o tengan por objeto cambiar los usos caracter¨ªsticos del edificio¡±. Es el caso de las dos obras? donde Monasterio ha aparecido como arquitecta en sendos documentos, aunque oficialmente las presentara como trabajos menores.
Monasterio ten¨ªa contratados a empleados fijos, cuatro seg¨²n las cuentas anuales que present¨® en 2008 en el Registro Mercantil. Si estaban titulados como arquitectos, podr¨ªan haber firmado por ella esos proyectos que precisaban de un profesional cualificado. Pero ese no fue el caso de los dos documentos que han salido a la luz.
Este lunes, tras las informaciones de EL PA?S, Monasterio respondi¨® que no recordaba si en 2003 era arquitecta: "Como muchos j¨®venes espa?oles empec¨¦ a trabajar a la vez que estaba estudiando Arquitectura en la Polit¨¦cnica. Trabajaba por la ma?ana y por la tarde iba a la universidad. Mont¨¦ una empresa bastante joven en la que contrataba aparejadores, arquitectos, contables, etc¨¦tera, y firmaba planos, unas veces como interiorista. No todos los planos son susceptibles de ser visados. Se puede firmar planos como interiorista o como arquitecta sin visado y se puede firmar planos visando, como yo he hecho como direcci¨®n facultativa. En 20 a?os de carrera he firmado muchos planos".
2. Ventas de lofts supuestamente fraudulentas
?Es legal vender lofts?
El negocio de los lofts experimentaba un boom cuando Monasterio abri¨® su despacho en 2000. En a?os de burbuja inmobiliaria, promotores en Madrid vieron la oportunidad de hacer un negocio muy lucrativo con oficinas y naves industriales vac¨ªas. Los presentaban como lofts, un nombre comercial importado de Estados Unidos que evocaba a las grandes viviendas neoyorquinas en Tribeca o SoHo, antiguos barrios industriales. Los compradores mostraban inter¨¦s porque eran espacios de techos amplios, grandes estancias y precios m¨¢s baratos que los de una vivienda legal.
Pero eran gangas aparentes porque esos lofts nunca iban a ser considerados viviendas por el Ayuntamiento. Esto iba a tener repercusiones patrimoniales y legales para los compradores: sus inmuebles ser¨ªan tasados a menor precio y los due?os podr¨ªan tener dificultades para empadronarse en ellos. Vivir en ellos es ilegal y, de ser detectados, el Ayuntamiento de Madrid puede clausurarlos. Algunos aut¨®nomos han conseguido sortear estos controles registrando su actividad profesional en estos inmuebles. Es lo que hizo Monasterio en la calle Menorca, 15, cerca del parque del Retiro. Es el loft que us¨® la pareja durante a?os como tarjeta de presentaci¨®n. Lo promocion¨® en revistas del hogar como Elle Deco, Nuevo Estilo o Habitania. Esta ¨²ltima dec¨ªa?en un reportaje: "El loft de Roc¨ªo Monasterio e Iv¨¢n Espinosa es el ejemplo perfecto de c¨®mo un taller de coches puede transformarse en casa en manos de buenos profesionales". Ella se presentaba en muchas de esas entrevistas como arquitecta, aunque no lo era.
Espinosa de los Monteros ha explicado esta semana en Twitter su filosof¨ªa del negocio en aquellos a?os: "Los precios del sector inmobiliario estaban por las nubes, hab¨ªa escasez de inmuebles, y una gran demanda de espacios singulares para trabajar, vivir, o las dos cosas. A todos los interesados les explic¨¢bamos las peculiaridades de los lofts y las distintas casu¨ªsticas de uso de los que decid¨ªan comprar, y se recog¨ªa todo por escrito, en contrato. Loft es un t¨¦rmino comercial, que no existe urban¨ªsticamente; cada inmueble tiene su uso. Puede ser una vivienda, una oficina, o un local. Hab¨ªa casos en los que se pod¨ªa cambiar el uso a vivienda. Hab¨ªa otros que no, y los clientes eran aut¨®nomos o start-ups que los quer¨ªan para ejercer actividades audiovisuales, tecnol¨®gicas, etc¨¦tera, que es compatible con el uso industrial. De hecho, as¨ª arranc¨® Silicon Valley. (¡) En Espa?a nunca habr¨ªa podido empezar Silicon Valley, si fuera por un peri¨®dico como El Pa¨ªs. Todo habr¨ªa sido un "esc¨¢ndalo". Lo deseable, por lo que estuvimos luchando muchos a?os, ser¨ªa lo contrario: que los Ayuntamientos flexibilizaran los usos permitiendo as¨ª el acceso a m¨¢s gente a espacios compatibles con vivienda o actividades profesionales t¨ªpicas de aut¨®nomos, que es por donde va el mundo".
El Ayuntamiento le declar¨® la guerra a estas falsas viviendas en los mismos a?os en que Monasterio prosperaba haciendo sus operaciones cuestionadas. La coordinadora de Urbanismo, Beatriz Lob¨®n, anunci¨® en 2005 una campa?a de inspecciones para acabar con este fraude. Como era una pr¨¢ctica dif¨ªcil de perseguir, el Ayuntamiento endureci¨® las normas en 2006 para disuadir a promotores como Monasterio. Aprob¨® una modificaci¨®n del Plan General para restringir dr¨¢sticamente las divisiones en naves industriales y aumentar el tama?o exigido del local.?
Responsables municipales alertaban por entonces del descontrol urban¨ªstico que supon¨ªan los lofts ya que muchos estaban ubicados en barrios donde no hab¨ªa servicios p¨²blicos, como escuelas o centros de salud. Pero eran a?os de excesos urban¨ªsticos.?En 2007 se realiz¨® la Operaci¨®n Guateque, que destap¨® una red de compra y venta de licencias de funcionarios municipales. Acab¨® en un juicio con 34 procesados que, sin embargo, fueron absueltos finalmente por el Supremo debido a la anulaci¨®n de grabaciones que, seg¨²n los magistrados, no fueron autorizadas por un juez.
En la pr¨¢ctica hoy muchas personas en Madrid viven en estas falsas viviendas, seg¨²n fuentes del sector. Como el Ayuntamiento carece de los recursos para hacer inspecciones de oficio, muchos viven en ellas en situaci¨®n irregular, pero si son denunciados pueden ser desalojados, como le sucedi¨® a algunos de los clientes de Monasterio.
?Enga?aron Monasterio y Espinosa a sus clientes?
Monasterio y Espinosa han respondido a las informaciones sobre sus ventas cuestionadas diciendo que los compradores sab¨ªan que adquir¨ªan locales industriales y que si luego los usaron como vivienda fue decisi¨®n suya. Pero seg¨²n varios compradores, la pareja les asegur¨® de palabra que ten¨ªa contactos en el Ayuntamiento que les iban a permitir el cambio de uso y esperaban conseguir la c¨¦dula de habitabilidad. De hecho, en un reportaje de 2014 para el que fue entrevistada por este peri¨®dico, Monasterio asegur¨® que antes de comprar un local industrial se cercioraba de si podr¨ªa conseguir un cambio de uso.?El reportaje advert¨ªa de los riesgos de comprar un loft no autorizado para residir.
En la pr¨¢ctica conseguir que el Ayuntamiento de Madrid apruebe el cambio de un suelo industrial a residencial es extraordinario.?Requiere de un plan especial, un proceso muy laborioso que acaba con la aprobaci¨®n en el pleno municipal. M¨¢s f¨¢cil es el cambio de uso de bajos comerciales en edificios de viviendas, un negocio al alza en Madrid. A diferencia de la conversi¨®n de naves industriales, los bajos comerciales se encuentran en suelo residencial. Solo deben cumplir con una serie de condiciones de habitabilidad, como son que la futura vivienda tenga al menos 25 metros cuadrados ¨²tiles y que la fachada tenga como m¨ªnimo tres metros de largo.
Un arquitecto que se dedica a este tipo de conversiones y que pide anonimato dice que los operadores honestos del mercado solicitan ellos mismos al Ayuntamiento el cambio de uso y solo venden el inmueble cuando ya est¨¢ aprobado como vivienda.
3. Obras sin licencia
Fuentes del sector dicen que en Madrid se realizan numerosas obras sin licencia, tanto peque?as reformas como reconversiones. Como son dif¨ªciles de detectar desde el exterior, muchos propietarios, con la connivencia de algunos constructores y arquitectos faltos de escr¨²pulos, se ahorran costes al no comunicar estas obras.
¡°Madrid est¨¢ plagado de obras que se hacen al margen de la legalidad porque no se solicitan los permisos oportunos¡±, dice Iv¨¢n Rodr¨ªguez Su¨¢rez, profesor de Arquitectura en la Polit¨¦cnica, que lamenta que el Ayuntamiento no tenga m¨¢s recursos para perseguir estos il¨ªcitos.
Otro arquitecto, Felipe Pascual, dice que el arquitecto honesto es visto por muchos propietarios como un incordio, porque se oponen a sus pretensiones de hacerlo todo en negro. "Los arquitectos somos fedatarios p¨²blicos que estamos obligados por ley a comunicar a las autoridades cu¨¢ndo se realiza una obra", dice Pascual.
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