Pues s¨ª, un problema europeo
El Tribunal de Justicia de la Uni¨®n Europea saca los colores al Supremo confirmando que la inmunidad de Junqueras iba asociada directamente al voto
Tarde o temprano se acabar¨¢ entendiendo que el conflicto catal¨¢n es un problema europeo y que su judicializaci¨®n solo ha conseguido enquistarlo. Europa acaba de a?adir argumentos para los que se obstinan en negarlo. Dice Rajoy que iban equivocados los independentistas si pensaban que el gobierno se iba ¡°a comer una declaraci¨®n de independencia con patatas¡±. Sin duda, el soberanismo sobreestim¨® su fuerza. Pero Rajoy omite que tuvo cinco a?os para encauzar el problema por la v¨ªa pol¨ªtica. Y el tono burl¨®n de su frase revela la cuesti¨®n de fondo: no hab¨ªa estrategia, s¨®lo una idea: parar como fuera al independentismo catal¨¢n. Y desgraciadamente esta es la idea que sigue prevaleciendo en gran parte de los partidos pol¨ªticos espa?oles, de la que lentamente parece distanciarse Pedro S¨¢nchez buscando el reconocimiento de los actores soberanistas.?
Se opt¨® por la v¨ªa judicial por impotencia de la pol¨ªtica, con grave alteraci¨®n del equilibrio de poderes. Los dirigentes pol¨ªticos y la mayor¨ªa de los medios de comunicaci¨®n partieron del principio de que Europa cerrar¨ªa filas a su lado. Pero se les escaparon los matices. Y el secreto est¨¢ en los detalles. Los gobiernos europeos han respetado las decisiones de las instituciones espa?olas, unos activamente, otros con el cuento de la no injerencia en asuntos internos. Aunque pocos han aplaudido la sentencia. Pero si el Estado espa?ol es mucho m¨¢s que un gobierno, Europa tambi¨¦n.
Los jueces o los parlamentos tienen su mirada propia sobre las cosas, las instituciones supranacionales siguen sus din¨¢micas y buscan consolidar su autoridad, y el marco de la comprensi¨®n tiene un l¨ªmite. En muchos lugares de poder e influencia no se entiende que, en democracia, un problema pol¨ªtico se pretenda resolver en los Tribunales de Justicia, y en la medida en que esta disfunci¨®n se hace visible todos los d¨ªas y el problema se enquista sin que se le vea salida (todo lo contrario: la sensaci¨®n de desgobierno crece) lo que est¨¢ ocurriendo en Espa?a resulta m¨¢s incomprensible.?
El Tribunal de Justicia de la Uni¨®n Europea saca los colores al Supremo confirmando que la inmunidad de Junqueras iba asociada directamente al voto. ?Qu¨¦ pretendi¨® Marchena al pedir una aclaraci¨®n sobre el estatus de Junqueras y pronunciar la sentencia sin esperar a la resoluci¨®n? Reconoce que hay un problema, pero se desentiende de la respuesta. Extra?o caso, que debilita su posici¨®n. Desconozco si la situaci¨®n de Junqueras se modificar¨¢ sustancialmente, pero la decisi¨®n del TJUE afecta a la justicia espa?ola ante nuevos envites, abre la v¨ªa a la incorporaci¨®n de Puigdemont y de Com¨ªn al parlamento europeo y, por tanto, les aleja de la euroorden. Y en pleno di¨¢logo por la investidura de S¨¢nchez sube la tensi¨®n.
Las decisiones judiciales est¨¢n sustituyendo al santoral en nuestro calendario, y el mismo 19 de diciembre, el Tribunal Superior de Catalunya inhabilit¨® a Torra. Una decisi¨®n tenazmente buscada por un presidente que, atascado en la v¨ªa de la unilateralidad imposible, opt¨® por una provocaci¨®n rid¨ªcula para salir de escena con cierta aura sin reconocer la incapacidad de afrontar su envite. ?C¨®mo puede sorprenderse Torra de haber sido condenado si ¨¦l mismo reconoci¨® en el juicio la autor¨ªa del delito que se le imputaba?
Y, sin embargo, con el camino hacia el Tribunal de Estrasburgo allanado para los recursos contra la sentencia del Supremo, con Puigdemont sentado en el parlamento europeo, con Torra camino de la salida de escena y unas elecciones catalanas a la vista, se abre un nuevo escenario que deber¨ªa servir para que se vaya entendiendo el error de la v¨ªa judicial y se vaya asumiendo que hay que salir de ella y regresar paulatinamente a la pol¨ªtica. El acuerdo de investidura es un peque?o paso, pero necesario, en un momento en que las derechas espa?olas no esconden que les duele la herida. Esquerra lo sabe. Y Junqueras lo dice: ¡°No hay que parar la negociaci¨®n en ning¨²n caso¡±. Al fin y al cabo lo que el TJUE nos ha recordado es que estamos en Europa y que la ¨²ltima instancia judicial no es el Tribunal Supremo. Y lo que este episodio nos ense?a es que nuestros problemas son tambi¨¦n europeos y que hay que arreglarlos hablando y no sentenciando ni peleando. Salvo que se quiera dar la raz¨®n a los que dicen que Espa?a es diferente y la v¨ªa pol¨ªtica es imposible.
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