Coto legal al deporte en el Parque Nacional del Guadarrama: ?cu¨¢nto da?an las competiciones?
La Comunidad regula las actividades en el parque nacional protegido para evitar el impacto ambiental en flora y fauna. En 2019 se permitieron 26 carreras
Desde ahora, correr en el Parque Nacional de la Sierra de Guadarrama se mirar¨¢ con lupa. Igual que escalar, hacer senderismo, vivac o disfrutar de la peculiaridad de esa naturaleza montado en una bicicleta. La Comunidad ha decidido regular las actividades deportivas para mitigar los efectos contra la biodiversidad de un espacio protegido e invertir¨¢ 50,69 millones en los pr¨®ximos diez a?os. En 2019 se permitieron 26 carreras a pie y tres de ciclismo, con una incidencia de unos 8.000 participantes que disfrutaron de los senderos, monta?as y fauna que vieron, de una manera o de otra, su tranquilidad alterada. Como consecuencia, una pol¨¦mica a?eja se ha vuelto a poner sobre la mesa: amantes de naturaleza ¡ªy de su conservaci¨®n¡ª contra amantes del deporte al aire libre y de la propia naturaleza. Amantes contra amantes. El quid de la cuesti¨®n, al final, es qui¨¦n ama mejor. O hace menos da?o con ese amor.
En la ¨²ltima d¨¦cada la abrumadora proliferaci¨®n de las cl¨¢sicas carreras populares se ha extendido de la ciudad al campo, y de ah¨ª, a espacios protegidos. En total, hay 60 anuales en toda la regi¨®n. Al polvo que levantan los corredores de monta?a, inspirados por Kilian Jornet, el espa?ol que se ha convertido en icono mundial de la especialidad, se unen los ciclistas. Algunos van por carretera. Otros escalan por pendientes que parecen imposibles, y descienden entre rocas y senderos cabalgando a lomos de ruedas todoterreno, tan gruesas que les dicen rockriders, los jinetes de rocas.
¡°Ese boom se convirti¨® en un boomerang contra las propias carreras¡±, analiza Javier Benayas, profesor de Ecolog¨ªa en la Universidad Aut¨®noma de Madrid y actualmente concejal de Medio Ambiente y Urbanismo en el Ayuntamiento de Soto del Real, que se posiciona en contra de la prohibici¨®n de ra¨ªz y a favor de estudiar antes, durante y despu¨¦s, el impacto de los corredores en el medio ambiente para poder ¡°controlar, minimizar o eliminar¡±.
¡°Tambi¨¦n hay que luchar para que haya un componente importante, la educaci¨®n¡±, a?ade Benayas, que pone un ejemplo gr¨¢fico para explicar su argumento. ¡°Los conservacionistas dicen que lo mejor es no hacer nada. Pero pasar¨ªa entonces lo mismo en El Prado, un museo que se puede visitar porque hay vigilantes y una educaci¨®n. La gente puede y debe disfrutar de un espacio natural¡±.
Algunas pruebas cl¨¢sicas
de monta?a afectadas
Gran Trail Pe?alara
Parque
Nacional
Marat¨®n Alpino Madrile?o
Kil¨®metro Vertical La Barranca
Zona
perif¨¦rica de
protecci¨®n
Cross de los Tres Refugios
Cross de Cuerda Larga
Cross al Yelmo
Centros
de visitantes
Aquatrail Vertical
Navafr¨ªa
MADRID
Sotosalbos
N-110
Pico del
Nevero
2.209 m
Torrecaballeros
SEGOVIA
MADRID
Puerto del
Revent¨®n
2.039 m
Rascafr¨ªa
El Paular
Puerto de
la Morcuera
1.796 m
Pico de
Pe?alara
2.428 m
Puerto de
los Cotos
1.829 m
Valsa¨ªn
Puerto de
Navacerrada
1.858 m
Pe?alara
Fuenfr¨ªa
Pe?a del
Yelmo
1.711 m
Navacerrada
La Pedriza
Manzanares
el Real
Bola del Mundo
2.265 m
5 Km
Fuente: Comunidad de Madrid, IGN
y organizadores de las competiciones.
N. CATAL?N / EL PA?S
Algunas pruebas cl¨¢sicas
de monta?a afectadas
Gran Trail Pe?alara
Parque Nacional
Zona perif¨¦rica
de protecci¨®n
Marat¨®n Alpino Madrile?o
Kil¨®metro Vertical La Barranca
Centros de visitantes
Cross de los Tres Refugios
Cross de Cuerda Larga
Cross al Yelmo
Aquatrail Vertical
MADRID
Navafr¨ªa
Sotosalbos
N-110
Pico del
Nevero
2.209 m
Torrecaballeros
SEGOVIA
MADRID
Lozoya
Puerto del
Revent¨®n
2.039 m
Rascafr¨ªa
Valle del Paular
Pico de
Pe?alara
2.428 m
Puerto de
la Morcuera
1.796 m
Puerto de
los Cotos
1.829 m
Valsa¨ªn
Puerto de
Navacerrada
1.858 m
Pe?alara
Fuenfr¨ªa
Soto
del Real
Pe?a del
Yelmo
1.711 m
Navacerrada
La Pedriza
Manzanares
el Real
Bola del Mundo
2.265 m
5 Km
Fuente: Comunidad de Madrid, IGN
y organizadores de las competiciones.
N. CATAL?N / EL PA?S
Algunas pruebas cl¨¢sicas de monta?a afectadas
Gran Trail Pe?alara
Parque Nacional
Zona perif¨¦rica de protecci¨®n
Marat¨®n Alpino Madrile?o
MADRID
Centros de visitantes
Kil¨®metro Vertical La Barranca
Cross de los Tres Refugios
Cross de Cuerda Larga
Navafr¨ªa
Cross al Yelmo
Aquatrail Vertical
Sotosalbos
N-110
Pico del
Nevero
2.209 m
Torrecaballeros
SEGOVIA
MADRID
Lozoya
Segovia
Puerto del
Revent¨®n
2.039 m
Rascafr¨ªa
Valle del Paular
Pico de
Pe?alara
2.428 m
Puerto de
la Morcuera
1.796 m
Puerto de
los Cotos
1.829 m
Valle de Valsa¨ªn
Pe?alara
Puerto de
Navacerrada
1.858 m
Miraflores
de la Sierra
Valle de la Fuenfr¨ªa
Soto del Real
Pe?a del
Yelmo
1.711 m
Navacerrada
La Pedriza
Manzanares
el Real
AP-6
Bola del Mundo
2.265 m
5 Km
Fuente: Comunidad de Madrid, IGN y organizadores de las competiciones.
N. CATAL?N / EL PA?S
La moda por correr en espacios emblem¨¢ticos se ha extendido desde hace d¨¦cadas. Desde el Mont Blanc al desierto del S¨¢hara, las selvas de Costa Rica, la tundra de Alaska o, en Madrid, en el Parque Nacional de Guadarrama. El Cross de la Cuerda Larga (desde 1988), el Cross de los Tres Refugios (1991), el Marat¨®n Alpino Madrile?o (1996), el Gran Trail de Pe?alara (2010), el Triatl¨®n Bola del Mundo (2013), y un largo etc¨¦tera de carreras que disfrutan del paisaje, tendr¨¢n ahora que seguir a rajatabla la nueva normativa.
¡°El principal y m¨¢s visible impacto de estas carreras es que multiplican los efectos de la erosi¨®n que desde hace muchos a?os vienen sufriendo los suelos de las cumbres y las laderas de la sierra, que en muchos lugares se hacen irreversibles a causa de las escorrent¨ªas que favorecen las fuertes pendientes¡±, expone Julio V¨ªas, naturalista y escritor, adem¨¢s de miembro de la Junta Rectora del Parque Natural Sierra Norte del Guadarrama. ¡°El pisoteo continuado est¨¢ afectando a la vegetaci¨®n y constituye una amenaza para algunas especies de flora especialmente sensibles, como el Senecio boissieri¡±, analiza. ¡°Una de las principales y menos deseables consecuencias que han tra¨ªdo consigo las carreras de monta?a es que multiplican la capacidad de penetraci¨®n de grupos de cientos de personas, tanto corredores como espectadores y voluntarios, hasta las zonas m¨¢s apartadas y menos frecuentadas de la sierra, los ¨²ltimos reductos de soledad y la tranquilidad para la fauna silvestre¡±.
Especies extraordinarias
El parque Nacional de Guadarrama, en el noroeste de la regi¨®n, ocupa 31.960 hect¨¢reas, de las que 21.714 pertenecen a la Comunidad de Madrid y el resto a Castilla y Le¨®n. Cada a?o recibe 2,5 millones de visitantes. Y ah¨ª, entre un paisaje id¨ªlico entre el conocido pico de Pe?alara, el puerto de Navafr¨ªa o la Pedriza, viven especies salvajes extraordinarias como el ruise?or pechiazul ¡ªmuy escaso en el Sistema Central, casi extinguido¡ª, el buitre negro, el halc¨®n peregrino, el ¨¢guila imperial ib¨¦rica, el sapillo pintojo o la lagartija carpetana. Sin menospreciar el universo ¨²nico que crean tambi¨¦n el b¨²ho real, el c¨¢rabo, el chotacabras, el corzo, el jabal¨ª o el mismo lobo ib¨¦rico. Cuidar ese espacio es una cuesti¨®n primordial.
El nuevo plan coloca en la diana a las competiciones deportivas, que solo afectan al 1% del espacio del parque. Para empezar, las proh¨ªbe con car¨¢cter general, salvo que tengan bajo impacto ambiental y que cumplan ciertos requisitos: entre ellos, que ya se estuvieran celebrando en a?os anteriores, que lo sigan haciendo ininterrumpidamente, y que su itinerario y fecha garanticen que no afecta a los ecosistemas del parque. No es el ¨²nico l¨ªmite. El n¨²mero de participantes no podr¨¢ superar el de la ¨²ltima edici¨®n, o el de 400 en todo caso, lo que reducir¨¢ en unos 1.000 los participantes, seg¨²n c¨¢lculos de la Administraci¨®n.
As¨ª, los organizadores de competiciones deportivas deber¨¢n garantizar que evitan ¡°periodos cr¨ªticos en relaci¨®n con la biolog¨ªa de las especies o momentos de elevado riesgo para el uso p¨²blico, y asegurando la m¨ªnima interferencia¡±. ?Y los aficionados que no compiten pero s¨ª hacen deporte en el parque? Corredores, ciclistas, escaladores y paseantes tambi¨¦n se ver¨¢n afectados.
¡°El plan pretende ordenar la actividad econ¨®mica y deportiva, el disfrute de los ciudadanos¡±, anunci¨® la pasada semana el vicepresidente de Madrid, Ignacio Aguado. ¡°Lo que buscamos es que toda la actividad que se produzca dentro est¨¦ reglada, dotarlas de unas reglas de juego¡±.
Las nuevas restricciones ya tienen consecuencias. Por ejemplo, han contribuido a que se pusiera sobre la mesa la idoneidad de celebrar en mayo una carrera que durante 18 a?os se ha disfrutado en septiembre. Se trata del Cross al Yelmo, organizado por el club de monta?a La Pedriza del Manzanares, que anunci¨® en su p¨¢gina web hace unas semanas el cambio de planes. Eso, sin embargo, puso en alerta a diez asociaciones ecologistas y a la revista Quercus, que mandaron una carta al Parque Nacional para que denegara el permiso debido a que en primavera comienza la ¨¦poca de cr¨ªa de especies sensibles. No tard¨® en llegar la respuesta. El jueves se les comunic¨® v¨ªa mail que la carrera ser¨¢ en septiembre.
¡°Mayo es la peor ¨¦poca porque es la de nidificaci¨®n de las aves, la eclosi¨®n de los huevos y la cr¨ªa. Algunas de estas especies nidifican entre los matorrales por los que cruzan los corredores. No puedo creer que no hayan pensado en eso¡±, lament¨® V¨ªas.
Miguel ?ngel Jim¨¦nez, uno de los organizadores del evento, que re¨²ne a unos 350 participantes, defiende que, en realidad, ¡°esta pol¨¦mica ha existido siempre¡±, y no tiene ¡°nada que ver las fechas¡±. Seg¨²n el vicepresidente del club ¡°hay una desinformaci¨®n salvaje sobre estas carreras, la gente habla por hablar¡±, y asegura que pidieron una autorizaci¨®n al Parque Nacional para cambiar la fecha de la carrera por una cuesti¨®n de comodidad. ¡°Antes nos pas¨¢bamos todo agosto colgados al tel¨¦fono con el tema de las inscripciones y decidimos moverlo a mayo¡±. Volver¨¢n, por tanto, a trabajar en verano.
En paralelo se acumulan los manifiestos a favor de un reglamento estricto y los informes m¨¢s laxos. Unos y otros, aseguran todos, quieren por igual ese monte y sus especies. Pero la cuesti¨®n es, al final, hasta qu¨¦ punto puede convivir con la actividad del ser humano.
Esas divergencias las personalizan muy bien amantes del parque de reconocido prestigio.
Por un lado, el propio V¨ªas o Rosa Fern¨¢ndez Arroyo, bi¨®loga y presidenta de la asociaci¨®n conservacionista RedMonta?as, dos de los 23 firmantes ¡ªen su mayor¨ªa catedr¨¢ticos y expertos¡ª del manifiesto de 2018 Por un gran plan rector de uso y gesti¨®n para un gran parque Natural, en el que ped¨ªan un respeto casi total por el lugar.
¡°El conjunto de los Parques Nacionales espa?oles cubre una extensi¨®n de 384.000 hect¨¢reas, es decir, tan solo un 0,7% del territorio espa?ol. Hay mucho espacio para disfrutar y hacer deporte. Ya que los han declarado parques nacionales tiene que servir para algo su protecci¨®n¡±, defiende Fern¨¢ndez Arroyo. A esa opini¨®n se une Ecologistas en Acci¨®n y Grama que han anunciado que recurrir¨¢n la nueva normativa por ¡°por permitir actividades incompatibles y contrarias a la ya existente y por no ser capaz de regular con garant¨ªas¡±.
?Sin embargo, por otro lado, organizadores de carreras como Jim¨¦nez se basan en la opini¨®n de otros expertos como Benayas, o Manuel O?orbe, acreditado bi¨®logo y consultor ambiental, que cuestionan en un informe elaborado en 2014 el impacto de las actividades deportivas en un espacio protegido. De hecho, concluyen que no solo no hay pruebas de que eso ocurra, sino que algunas competiciones, si se organizan correctamente, pueden reportar beneficios a la propia naturaleza, con recursos destinados despu¨¦s para la propia conservaci¨®n.
¡°Lo que pasa es que en Madrid ha ocurrido la tormenta perfecta¡±, ahonda Benayas desde la Ant¨¢rtida, donde est¨¢ realizando otro estudio. Se refiere a la densidad de poblaci¨®n que hay en la regi¨®n junto con un fen¨®meno social en el mundo del deporte: la eclosi¨®n de running, el correr de toda la vida.
La primera carrera del parque fue organizada en 1916 por la sociedad deportiva Los Amigos del Campo, entre Cercedilla y la cumbre de los Siete Picos. La Sociedad Pe?alara instaur¨® en 1923 la Copa del Hierro, seguida de algunas marchas como la Vuelta al valle de la Fuenfr¨ªa y la marcha por patrullas Copa de Refugios. Con el franquismo, lleg¨® un par¨®n de cinco d¨¦cadas y la misma sociedad Pe?alara recuper¨® la pr¨¢ctica de este deporte en 1988 con el Cross de la Cuerda Larga, hoy la carrera m¨¢s antigua de todas.
Hace algo m¨¢s de diez a?os, apenas se celebraban nueve carreras con un millar de participantes. Ahora, con las nuevas normas, se aspira a limitar el acceso a 7.000 como mucho.
Las principales restricciones
Los escaladores no podr¨¢n abrir nuevas v¨ªas, y tendr¨¢n prohibido usar magnesio o pegar puntos de apoyo.
Las carreras no podr¨¢n exceder el n¨²mero de participantes que ya ten¨ªan, y en ning¨²n caso tendr¨¢n m¨¢s de 400.
En las zonas especialmente protegidas, los grupos de entre 15 y 60 senderistas deber¨¢n firmar una declaraci¨®n responsable, o pedir una autorizaci¨®n si superan ese n¨²mero. Tambi¨¦n los ciclistas, que deber¨¢n transitar por sendas ya abiertas de un m¨ªnimo de seis metros de ancho, ya que se han prohibido los recorridos a trav¨¦s del monte.
El esqu¨ª de pista o alpino queda prohibido.?La pr¨¢ctica del esqu¨ª de fondo se considera actividad compatible.?El esqu¨ª de monta?a, traves¨ªa o n¨®rdico, el descenso con tabla, as¨ª como la escalada en hielo, podr¨¢n practicarse, salvo en la zona de reserva.?El descenso en trineo sobre nieve se restringir¨¢ a aquellos emplazamientos ubicados en Zonas de Uso Moderado o Especial habilitados para ello.
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