Participaci¨®n ciudadana en el proceso constituyente: un camino para revalidar la pol¨ªtica
La clave aqu¨ª est¨¢ en que el Consejo Constitucional ponga o¨ªdo a todas las voces y no s¨®lo a aquellas que mejor entonan con sus miradas individuales o partidarias
Chile atraviesa una transformaci¨®n hist¨®rica con la redacci¨®n de una nueva Constituci¨®n. Ya hay un anteproyecto listo elaborado por una Comisi¨®n Experta que fue aprobado por la unanimidad de sus integrantes. Fue un hito exitos¨ªsimo en la historia pol¨ªtica chilena. Todos los expertos fueron designados por los distintos partidos pol¨ªticos que integran el actual Congreso. Fue una apuesta por la calidad (expertos), pero con diversidad pol¨ªtica (nombramientos por partidos). El resultado: un texto de consenso que abre la puerta a todos y que avanza progresivamente hacia un Estado social de derecho. Esta combinaci¨®n logr¨® unir las posiciones m¨¢s extremas desde el Partido Republicano (en el extremo derecho de la pol¨ªtica institucional chilena) y el Partido Comunista (en el extremo izquierdo de la pol¨ªtica institucional chilena).
Pero este ¨¦xito no dialoga con la percepci¨®n que la ciudadan¨ªa pareciera tener de este proceso. La ciudadan¨ªa est¨¢ cansada ¨Csino agotada¨C de este momento constituyente que ya lleva casi cuatro a?os. El proceso anterior encendi¨® una luz de esperanza como nunca vista en la sociedad chilena. Esa gran esperanza se notaba en el brillo de los ojos de los manifestantes pac¨ªficos, en la cantidad de personas que organizaban espont¨¢neamente cabildos y encuentros de vecinos, en la masividad de reuniones espont¨¢neas y en el colapso de las reuniones virtuales al que se sumaban cientos de interesados ya en plena pandemia. La esfera p¨²blica era constituyente. Hoy no.
Tras una profunda decepci¨®n del proceso constituyente anterior y un masivo rechazo en las urnas al texto que se propuso en el 2022, el ¨¢nimo constituyente de los ciudadanos se esfum¨®. Fue el fracaso de la esperanza. A una ciudadan¨ªa sin ¨¢nimo, aletargada, la ha intentado rescatar la pol¨ªtica tradicional: se designaron expertos para la redacci¨®n del anteproyecto; se reestableci¨® el voto obligatorio y se llam¨® a elecciones para un Consejo Constitucional con candidatos elegidos por los propios partidos. Ese Consejo es ahora el ¨®rgano encargado de redactar una nueva propuesta sobre la base del anteproyecto recientemente aprobado. El Consejo ya est¨¢ listo para entrar a debatir. Pero ?c¨®mo podr¨¢ reencantarse a la ciudadan¨ªa? Un texto constituyente sin respaldo ciudadano es solo de papel. Y esto lo saben todos: expertos y pol¨ªticos.
Una luz de esperanza parece abrirse. En forma sabia, en este proceso constituyente se le entreg¨® a la Universidad de Chile y a la Pontificia Universidad Cat¨®lica de Chile (las dos universidades tradicionales m¨¢s prestigiosas del pa¨ªs) la tarea de liderar en forma conjunta la canalizaci¨®n de toda la participaci¨®n ciudadana para incorporarla en este proceso constitucional a trav¨¦s de f¨®rmulas que permitan la participaci¨®n de todas las universidades acreditadas del pa¨ªs. Se trata de un proceso totalmente institucionalizado, con recursos, con una alt¨ªsima capacidad profesional y con despliegue territorial masivo a lo largo de todo el pa¨ªs.
El trabajo que se ha realizado ha sido extraordinario. Entre el 7 de junio y el pr¨®ximo 7 de julio se est¨¢ impulsando el mes de la participaci¨®n ciudadana, despleg¨¢ndose distintas mecanismo, entre los cuales se encuentra la Iniciativa Popular de Norma (IPN). La importancia de este mecanismo radica en que su incorporaci¨®n fue obligatoria en el dise?o de este proceso constitucional y es el ¨²nico mecanismo que tiene asegurada formalmente una incidencia en la discusi¨®n y deliberaci¨®n al interior del Consejo Constitucional. Su dise?o no parti¨® desde cero. Se recogi¨® toda la experiencia acumulada del proceso anterior y se adoptaron las medidas de resguardo necesarias para mejorarlo y fortalecerlo.
El resultado que se est¨¢ obteniendo es muy esperanzador. Los ¨ªndices de participaci¨®n han superado todos los pron¨®sticos que estaban sobre la mesa. En tan solo dos semanas, se publicaron 1.306 IPNs. En el proceso constitucional anterior ¨Cen pleno auge excitante del momento constituyente¨C en m¨¢s de dos meses se publicaron 2.496. Sorprendente: una participaci¨®n dentro de la apat¨ªa puede terminar siendo mucho m¨¢s incidente que una participaci¨®n dentro de la exaltaci¨®n.
?Y qu¨¦ es lo que propone la ciudadan¨ªa? Al igual que en el proceso constitucional anterior, el 40% de la participaci¨®n est¨¢ vinculada con la regulaci¨®n de los derechos (Cap¨ªtulo II del Anteproyecto). Educaci¨®n (76 IPNs); Vida (62 IPNs); Salud (50 IPNs) y Vivienda (28 IPNs). Un 18% de la participaci¨®n est¨¢ vinculada con la regulaci¨®n de los fundamentos del orden constitucional en donde las IPNs mayoritarias son en los art¨ªculos que regulan la dignidad humana y el Estado social y democr¨¢tico de derecho (52 IPNs); democracia y la participaci¨®n pol¨ªtica de las mujeres (31 IPNs); sobre el alcance del concepto de familia (24 IPNs); y sobre la necesidad de dar protecci¨®n a los Ni?os Ni?as y Adolescentes (21 IPNs). Todas estas iniciativas ahora est¨¢n en proceso de recolecci¨®n de apoyos y todas las que obtengan 10.000 firmas antes del 7 de julio, deber¨¢n ser escuchadas y deliberadas por el Consejo Constitucional.
El ¨¦xito de este proceso depende ahora del Consejo Constitucional y de la prudencia que tenga en recoger la amplia participaci¨®n ciudadana que se est¨¢ levantando. Es critico que la ciudadan¨ªa vea que est¨¢ siendo escuchada, que se le de tramitaci¨®n real y efectiva a las iniciativas populares de norma que se presenten, que se les permita exponer a sus promotores, que haya genuina deliberaci¨®n sobre el contenido de ellas y que exista una adecuada devoluci¨®n a la ciudadan¨ªa. Este Consejo Constitucional no puede ignorar la participaci¨®n ciudadana: ya tiene un anteproyecto elaborado por expertos que tuvieron a la mano la recopilaci¨®n de todos los procesos participativos previos.
La nueva participaci¨®n que est¨¢ hoy siendo recogida por las universidades de Chile ser¨¢ sistematizada por expertos y entregada en tiempo oportuno al Consejo Constitucional en forma previa a sus deliberaciones. La clave aqu¨ª est¨¢ en que el Consejo y todos sus integrantes pongan o¨ªdo a todas las voces y no s¨®lo a aquellas que mejor entonan con sus miradas individuales o partidarias. El desaf¨ªo est¨¢ en seguir acercando el proceso a la ciudadan¨ªa y que ese ejercicio sea genuino. Solo as¨ª, Chile podr¨¢ terminar en forma exitosa su proceso constituyente y de paso revalidar a la pol¨ªtica tradicional del pa¨ªs. No hay margen para un nuevo fracaso.
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