El Consejo Constitucional chileno debuta en un fuerte contraste con el frustrado proceso anterior
Cincuenta consejeros asumieron sus cargos en una ceremonia sobria y solemne. Si en 2021 la presidenta fue Elisa Loncon, del pueblo mapuche, hoy ha sido electa la abogada del Partido Republicano Beatriz Hevia
Chile ha dado inicio a la ¨²ltima etapa del proceso por cambiar la Carta Magna nacida en 1980 en la dictadura de Augusto Pinochet (1973-1990), en una ceremonia en la que los 50 integrantes del Consejo Constitucional, un ¨®rgano electo de 25 mujeres y 25 hombres y en el que las derechas tienen mayor¨ªa, aceptaron sus cargos. Es una segunda oportunidad para el pa¨ªs sudamericano, pues en septiembre de 2022 la ciudadan¨ªa rechaz¨® por un 62% la propuesta que entreg¨® la Convenci¨®n Constitucional, que conten¨ªa normas que cambiaban profundamente la institucionalidad chilena.
Ha sido un acto solemne, al que asisti¨® el presidente de izquierdas Gabriel Boric, algo que no hizo ninguna autoridad de Gobierno en la ceremonia del primer intento de cambiar la Constituci¨®n el 4 de julio de 2021. ¡°Quienes pensamos distinto podemos ponernos de acuerdo cuando por el bien de la Patria se requiere. Esto es lo que la ciudadan¨ªa espera hoy, un proceso de colaboraci¨®n en donde las distintas partes sean capaces de ceder cuando es necesario y de encontrar los puntos comunes en b¨²squeda de lo mejor para Chile¡±, dijo en su discurso. ¡°Estoy convencido que a nuestro pa¨ªs le har¨¢ bien cerrar este ciclo y espero y conf¨ªo que durante estos meses de intenso trabajo que les esperan, piensen en esas personas que se han comprometido a representar, en sus necesidades, en sus sue?os, en sus angustias y esperanzas y que esta propuesta logre contenerlos e incluirlos, porque por ellas y ellos, por nuestro pueblo es este trabajo y es a quienes nos debemos¡±.
Tras el fracaso del proyecto anterior, Chile emprendi¨® este a?o uno nuevo y totalmente distinto, en el que los partidos pol¨ªticos y el Parlamento han tenido un papel clave y al que se le han puestos bordes constitucionales para evitar la experiencia anterior. La primera fase empez¨® en marzo con la instalaci¨®n de una comisi¨®n experta de 24 integrantes, la mayor¨ªa juristas, que elabor¨® durante tres meses un anteproyecto de ley de leyes que entreg¨® este 7 de junio al Consejo Constitucional. Si bien no es un texto vinculante, s¨ª es una base con contenidos innovadores para Chile, pero moderados, que servir¨¢ para el trabajo de los 50 nuevos redactores. Entre ellos, la consagraci¨®n de que Chile se organiza en un Estado social y democr¨¢tico de derecho, una aspiraci¨®n hist¨®rica de la centroizquierda pero que, en esta versi¨®n 2023, tiene tambi¨¦n la mirada de la oposici¨®n para que el sector privado mantenga una presencia importante.
Tras la experiencia anterior, para algunos chilenos ha sido dif¨ªcil no comparar este segundo proceso con el primero. Si en julio de 2021 la Convenci¨®n Constitucional -que ten¨ªa 154 miembros, incluidos 17 esca?os reservados para los pueblos ind¨ªgenas y una mayor¨ªa de independientes de movimientos sociales de izquierda- asumi¨® en una accidentada ceremonia, con protestas y gritos tanto dentro como fuera del antiguo edificio del Congreso Nacional en Santiago, esta vez el tono ha sido la sobriedad y solemnidad. Eso en las formas, aunque en el fondo pol¨ªtico tambi¨¦n hay diferencias. Por ejemplo, si en 2021 se eligi¨® como presidenta a una mujer mapuche, Elisa Loncon, hoy ha sido electa como l¨ªder Beatriz Hevia, militante del Partido Republicano, de la extrema derecha.
Los respaldos que obtuvo Hevia como presidenta, 33 votos, reflejan la composici¨®n mayoritaria que tienen las derechas en el Consejo Constitucional. Y es una cifra que puede graficar c¨®mo ser¨¢n las votaciones de las normas. Justamente, esos 33 apoyos a la abogada equivalen al n¨²mero de asientos que sac¨® la oposici¨®n al presidente Boric en las elecciones del 7 de mayo pasado. De ellos, 22 corresponden al Partido Republicano y 11 a Chile Vamos, conglomerado de derecha tradicional. En cambio, las izquierdas sumaron en esos comicios 17 votos, los mismos con los que result¨® electo como vicepresidente de la mesa directiva del consejo, el independiente por el Partido Socialista, Aldo Valle. Uno de ellos fue del consejero mapuche Alihuen Antileo.
Las primeras palabras de Beatriz Hevia, de 30 a?os, reflejaron r¨¢pidamente el papel que cumplir¨¢ Republicanos. Si bien se?al¨® que espera que ¡°este proceso pueda ser un punto de encuentro para construir en conjunto el futuro¡± y que si act¨²an m¨¢s all¨¢ de sus diferencias ¡°puede ser exitoso y contribuir a terminar con la incertidumbre e inestabilidad que ha marcado el devenir de nuestro pa¨ªs en los ¨²ltimos a?os¡±, tambi¨¦n tuvo palabras cr¨ªticas sobre el rumbo que cree que tiene el pa¨ªs. ¡°Chile no est¨¢ bien. Como representante del sur de Chile, de la ciudad y del mundo rural, y hoy tambi¨¦n de las regiones del norte y del centro, doy fe de la crisis profunda que vive nuestro pa¨ªs. Una crisis econ¨®mica, pol¨ªtica, pero sobre todo, social¡±.
No es todo. Para la abogada, adem¨¢s, ¡°Chile vive una profunda crisis moral¡± que, seg¨²n ella, ¡°se manifiesta en la descomposici¨®n de la vida familiar, en el desprecio por la autoridad, las normas y el estado de derecho¡±.
Aldo Valle, el vicepresidente y exrector de la Universidad de Valpara¨ªso, tuvo un tono distinto en un discurso que, a diferencia de Hevia, improvis¨®. Dijo que la impronta del Consejo ¡°debe ser siempre escucharnos y dejarnos persuadir por el mejor argumento¡±. Y fue insistente en recalcar que el ¨®rgano es diverso y plural, como Chile. ¡°Debe ser una deliberaci¨®n edificante, respetando las ideas, creencias y prop¨®sitos distintos¡± y que ¡°es preferible tener la paz, a tener la raz¨®n¡±.
Luego de la ceremonia en la que los 50 consejeros tomaron posesi¨®n de sus cargos ¨Ceran 51 en total, pero no tom¨® posesi¨®n un consejero republicano que fue acusado de abuso sexual¨C, la presidenta y el vicepresidente de la comisi¨®n experta, Ver¨®nica Undurraga y Sebasti¨¢n Soto, entregaron al nuevo ¨®rgano el borrador en el que trabajaron entre marzo y junio. Es un anteproyecto de Constituci¨®n que, aunque recatado, tiene varias diferencias con la Carta Magna actual que naci¨® en la dictadura militar y que ha tenido 64 reformas en democracia (los ¨²ltimos grandes cambios en el Gobierno del expresidente socialista Ricardo Lagos, 2000-2006, que termin¨® con los enclaves autoritarios de Pinochet).
El borrador que ahora tienen en sus manos los consejeros cuenta con algunas novedades con respecto al texto actual, entre ellas la consagraci¨®n del Estado social y el reconocimiento constitucional a los pueblos ind¨ªgenas. Es una propuesta que mantiene en general la tradici¨®n constitucional chilena y que no solo conserva, sino que intensifica, el sistema presidencial. Tambi¨¦n ampl¨ªa el cat¨¢logo de derechos sociales. Por ejemplo, se consagr¨® por primera vez el derecho a la vivienda adecuada.
Y ante la fragmentaci¨®n pol¨ªtica que tiene el Congreso chileno, donde hay 21 fuerzas, en el anteproyecto se estableci¨® un umbral electoral del 5% de los votos para que los partidos puedan acceder a esca?os a la C¨¢mara de Diputadas y Diputados. Adem¨¢s, se propuso una norma antid¨ªscolos para que los parlamentarios que han sido electos por un partido y renuncien, pierdan su esca?o. Otra medida ha sido la incorporaci¨®n de una norma -que deber¨¢ ser regulada por ley- para que los ¨®rganos directivos de un partido pol¨ªtico puedan dar ¨®rdenes a sus afiliados parlamentarios.
En adelante, la comisi¨®n experta se sumar¨¢ al trabajo del Consejo Constitucional, pero solo con derecho a voz. Los 50 redactores, en tanto, si bien escribir¨¢n sus propias normas, tambi¨¦n tendr¨¢n a la vista el borrador del anteproyecto, que tiene 14 cap¨ªtulos. Y, frente a este texto, tienen varias posibilidades, que van desde aprobar a rechazar sus art¨ªculos, as¨ª como tambi¨¦n modificarlos.
El proceso terminar¨¢ el 17 de diciembre, cuando la ciudadan¨ªa decidir¨¢ en un refer¨¦ndum si aprueba o rechaza la nueva propuesta. Es una ¨²ltima oportunidad para el pa¨ªs de cambiar la Constituci¨®n que tiene su origen en la dictadura de Pinochet, al menos durante el periodo de Boric. Esto, porque el propio mandatario hace unos d¨ªas se puso en el escenario de que la propuesta fuera rechazada: ¡°Yo creo que durante nuestro Gobierno no habr¨ªa condiciones para llevar adelante un nuevo proceso¡±.
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