Exmilitares condenados por cr¨ªmenes en la dictadura de Pinochet piden ¡°conmiseraci¨®n¡± para los rangos inferiores
Tras la conmemoraci¨®n de los 50 a?os del golpe de 1973, 27 de los 134 presos en la c¨¢rcel especial de Punta Peuco reconocen violaciones a los derechos humanos. El ministro de Justicia de Boric dijo que la carta deja en evidencia que disponen de informaci¨®n
Un d¨ªa despu¨¦s de que Chile conmemorara los 50 a?os del golpe de Estado de 1973 contra el presidente Salvador Allende, y que deriv¨® en una dictadura de 17 a?os por la que a¨²n hay m¨¢s de 1.000 personas desaparecidas, un grupo de 27 exoficiales de las Fuerzas Armadas condenados por delitos como homicidios, secuestros, desapariciones y torturas, han reconocido que sus acciones ¡°produjeron violaciones a los derechos humanos¡±. Lo han hecho a trav¨¦s de una carta enviada al diputado de la extrema derecha Gonzalo de la Carrera, en la que, adem¨¢s, pidieron ¡°conmiseraci¨®n al poder pol¨ªtico y judicial¡± para ¡°suboficiales, clases, soldados y empleados civiles¡± que est¨¢n en prisi¨®n para puedan estar junto a sus familias. Endosaron a sus superiores la responsabilidad en las ¨®rdenes impartidas.
¡°Reconocemos que, en el cumplimiento de nuestros deberes y en la forma como lo entend¨ªamos en esa ¨¦poca, muchas de nuestras acciones produjeron violaciones a los derechos humanos, con graves consecuencias. A no dudar, ello fue reflejo de una formaci¨®n que daba m¨¢s importancia a la obediencia que al respeto por el que se consideraba adversario, lo que se cita como dato para su comprensi¨®n y no como justificaci¨®n¡±, dice la misiva que ley¨® en el Congreso de la Carrera. ¡°Hemos esperado 33 a?os [desde que 1990 volvi¨® la democracia a Chile] para que nuestros superiores asuman la responsabilidad de sus ¨®rdenes, las que hoy tienen tras las rejas a nuestros fieles subalternos. A partir de ello, venimos hoy en asumir la responsabilidad de sus actos, como consecuencia del p¨¢vido silencio de aquellos que, investidos de sus grados y cargos, no han tenido la grandeza de hacerse cargo de las ¨®rdenes que impartieron a sus subordinados¡±.
La carta fue suscrita por 27 de los 134 militares en retiro que cumplen condena en la c¨¢rcel de Punta Peuco, un penal especial ubicado en la comuna de Tit Til, a 44 kil¨®metros de Santiago, que fue creado en 1995 durante la presidencia del democristiano Eduardo Frei Ruiz-Tagle (1994-2000) para albergar solo a violadores de los derechos humanos durante la dictadura de Pinochet. Entre los firmantes del documento se encuentran el mayor en retiro Carlos Herrera Jim¨¦nez, autor del crimen del dirigente sindical Tucapel Jim¨¦nez -uno de los m¨¢s importantes l¨ªderes de la oposici¨®n a la dictadura- perpetrado en 1982 y el del carpintero Juan Alegr¨ªa en 1983, cometido para encubrir el asesinato de Jim¨¦nez. Tambi¨¦n el brigadier Jos¨¦ Zara y el exagente Cristoph Willeke, quienes cumplen una sentencia por el homicidio del excomandante en jefe del Ej¨¦rcito Carlos Prats y de su esposa Sof¨ªa Cutbhert: murieron cuando la DINA, la polic¨ªa secreta de Pinochet, puso una bomba en su autom¨®vil en Buenos Aires, en 1974.
Seg¨²n los 27 militares, los suboficiales, soldados conscriptos y empleados civiles que est¨¢n en la c¨¢rcel son ¡°el eslab¨®n m¨¢s bajo y m¨¢s d¨¦bil de la cadena de mando¡± y hoy tienen ¡°como ¨²nico futuro terminar sus d¨ªas en prisi¨®n por cumplir las ¨®rdenes de sus mandos, seg¨²n lo consagraba la legislaci¨®n militar vigente¡±.
Seg¨²n informaci¨®n de la carta, de los 134 internos, 76 son oficiales y 56 suboficiales, soldados, conscriptos y empleados civiles. De ellos, el 80% tiene m¨¢s de 70 a?os.
Tras la divulgaci¨®n de la carta, el ministro de Justicia Luis Cordero, quien impulsa el Plan de B¨²squeda de m¨¢s de 1.000 desaparecidos que el Gobierno de izquierdas del presidente Gabriel Boric lanz¨® en la v¨ªspera de la conmemoraci¨®n de los 50 a?os de golpe, dijo que lo positivo de la misiva es que ¡°se reconocen violaciones a los derechos humanos¡±, pero que, algunos de quienes la suscriben ¡°las han negado en el pasado¡±.
Cordero destac¨® que la carta deja en evidencia que hay exuniformados que disponen de informaci¨®n sobre el paradero de los detenidos desaparecidos, por lo que ¡°quiz¨¢ puede ser el inicio¡± para que comiencen a entregarla a los tribunales. ¡°Ser¨ªa muy relevante para el pa¨ªs, para los familiares, que nos dijeran d¨®nde est¨¢n¡±. Pero, ante la petici¨®n de ¡°conmiseraci¨®n¡± y una eventual petici¨®n de indultos, dijo que ¡°la doctrina del Gobierno es que los delitos de lesa humanidad no son indultables¡±.
En ese mismo sentido se refiri¨® la diputada por Convergencia Social, el partido de Boric, Lorena Fries, quien adem¨¢s fue subsecretaria de derechos humanos del Gobierno de la presidenta socialista Michelle Bachelet (2014-2016). ¡°Frente a cr¨ªmenes de lesa humanidad lo que corresponde es investigar y sancionar proporcionalmente al da?o, por lo tanto no cabr¨ªan beneficios para ellos en la medida que no cumplan las penas. Peor aun cuando no han cooperado con la justicia y no se han arrepentido nunca de su accionar¡±, dijo. ¡°Efectivamente, los altos mandos dan ¨®rdenes y los que est¨¢n m¨¢s abajo ejecutan, pero eso no quiere decir que ellos sean inocentes¡±, agreg¨®.
?Esperan obtener beneficios? Eso s¨®lo alimentar¨ªa la impunidad en la que muchos viven. No podemos pensar en dejar sin efecto las condenas de criminales de lesa humanidad, mucho menos si no han colaborado en las investigaciones, ni han mostrado un m¨ªnimo de arrepentimiento. https://t.co/TefymhDfaF
— Lorena Fries (@lorenafriesm) September 12, 2023
Los otros intentos de Herrera Jim¨¦nez
Una de las firmas que destaca en la carta es la del mayor en retiro Carlos Herrera Jim¨¦nez. Sin embargo, no es primera vez que emite una declaraci¨®n en este tono. Entre 1999 y 2000, cuando cumpl¨ªa en Punta Peuco su primera de las tres condenas a las que han sido sentenciado, en este caso el homicidio del transportista Mario Fern¨¢ndez en 1987, ya hab¨ªa manifestado que los altos mandos deb¨ªan responder por las ¨®rdenes impartidas.
Herrera, quien fue parte de la CNI, el organismo que reemplaz¨® a la DINA en 1977, adem¨¢s confes¨® su participaci¨®n en los cr¨ªmenes de Tucapel Jim¨¦nez y Juan Alegr¨ªa ante el juez que investigaba el caso, Sergio Mu?oz, quien hoy es ministro de la Corte Suprema. Entonces lo hizo con miras a que se le rebajara la condena por el asesinato del carpintero, que fue a cadena perpetua.
En el caso del asesinato de Juan Alegr¨ªa, a quien los agentes de Pinochet cortaron las venas de sus manos para simular un suicidio y dejaron al lado de su cad¨¢ver una carta en la que se inculpaba del asesinato de Tucapel Jim¨¦nez, Herrera solo entreg¨® a la justicia los nombres de los oficiales de su mismo grado, pero omiti¨® el de uno de los autores -que tambi¨¦n est¨¢ sentenciado- que era de menor rango.
Durante la dictadura de Pinochet, entre 1973 y 1990, m¨¢s de 3.000 personas fueron asesinadas o hechas desaparecer. De ellas, de 1.092 todav¨ªa no se conoce su paradero. La no entrega de informaci¨®n de parte de las Fuerzas Armadas ha sido un problema clave durante 50 a?os para el esclarecimiento de sus casos y la b¨²squeda de sus familiares. Adem¨¢s, en 1978 Pinochet orden¨® el desentierro de cientos de cuerpos para ocultarlos y evitar que los hechores fueran juzgados a futuro. Fue la llamada operaci¨®n retiro de televisores.
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