?'Woke¡¯ qu¨¦, ¡®woke¡¯ qui¨¦n?
Lo tragic¨®mico del libro de Susan Neiman, ¡®La izquierda no es Woke¡¯ es que si bien su autora afirma haberlo escrito para salvar a la izquierda, solo le habla a los prejuicios del ala reaccionaria y conservadora
En La izquierda no es Woke, Susan Neiman sostiene que la izquierda intercambi¨® la igualdad social por la reivindicaci¨®n identitaria. Neiman jam¨¢s define woke. El t¨¦rmino que se origin¨® en la comunidad afroamericana para estar atentos, ha degenerado en un insulto. Pol¨ªticos conservadores como Ron DeSantis lo usan contra el activismo medioambiental, derechos sexuales o ser vegano; posiciones escasamente comparables en su valoraci¨®n social o poder. Tampoco es claro el referente: ?woke qui¨¦n? ?Se refiere a su vecina que le pidi¨® llamarla con otro pronombre o a todas las luchas contra el sexismo?
?Qu¨¦ se le achaca a la izquierda (si es que existe la izquierda)? Que perdi¨® su vocaci¨®n universalista que buscaba la igualdad. Es cierto que habiendo conquistado una mayor igualdad formal, cierta izquierda ha se?alado injusticias estructurales que algunos grupos sociales padecen. Esto que la autora interpreta como pura victimizaci¨®n es una lucha por la justicia de aquellos que tienden a ser a¨²n m¨¢s explotados o marginados en el mundo laboral, tienen menos capacidad de decisi¨®n o padecen violencias sistem¨¢ticas. Cuando los conservadores contraponen al lema Black Lives Matter una f¨®rmula universalista como All Lives Matter, est¨¢n caricaturizando la demanda y lo hacen con una ignorancia porfiada que desconoce que es m¨¢s probable recibir violencia policial cuando se es negro en los Estados Unidos. Extra?amente, grupos conservadores -los defensores de la familia tradicional, por ejemplo- rara vez se tildan como identitarios.
Otra confusi¨®n que alimenta el libro es que las identidades son tratadas como intereses, o peor a¨²n, sensibilidades. Ind¨ªgena u homosexual no describir¨ªan nada m¨¢s que distintos grupos de inter¨¦s (parciales, adem¨¢s). De ah¨ª que seg¨²n ella la izquierda dej¨® el universalismo ilustrado por intereses particularistas esc¨¦pticos del progreso. Como si no hubiese progreso moral en el combate al racismo o al sexismo y en la conquista de derechos.
La idea de que la izquierda abandon¨® la redistribuci¨®n por el reconocimiento ha sido muy discutida. A nuestro parecer, se trata de una falsa dicotom¨ªa, pues la distribuci¨®n material est¨¢ estrechamente relacionada con el reconocimiento. Sin embargo, la redistribuci¨®n no se limita a la justicia en t¨¦rminos de bienes materiales, sino tambi¨¦n a expectativas vitales y de desarrollo: seg¨²n la Comisi¨®n Interamericana de Derechos Humanos (CIDH) la esperanza de vida de una mujer trans en Am¨¦rica Latina es de 35 a?os. La demanda de reconocimiento es tambi¨¦n la de una mayor expectativa de vida.
Es falso que la izquierda abandon¨® las luchas por la igualdad social. Lo tragic¨®mico de este libro es que si bien su autora afirma haberlo escrito para salvar a la izquierda, s¨®lo le habla a los prejuicios del ala reaccionaria y conservadora.
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