La neurociencia indaga en la magia
Un libro acude al ilusionismo para estudiar los mecanismos de la mente
Los magos empezaron a aproximarse a la ciencia a finales del XIX para combatir el fraude del espiritismo. Incluso algunos presentaban sus espect¨¢culos como f¨ªsica recreativa. Son c¨¦lebres las disputas, a principios del XX, de Houdini con su cr¨¦dulo amigo Conan Doyle. ¡°El ilusionismo ven¨ªa de un mundo que estaba en manos de brujas y sacerdotes, ligado a las supersticiones y que se ha utilizado para mantener el poder y controlar voluntades. Luego, el cine ocup¨® el espacio del ilusionismo y decayeron las aproximaciones cient¨ªficas a la magia hasta que a finales del siglo XX entra en juego la neurociencia¡±, resume Jordi Cam¨ª. Precisamente ¨¦l, director del Parque de Investigaci¨®n Biom¨¦dica de Barcelona y vicepresidente de la Fundaci¨®n Pasqual Maragall, y Luis M. Mart¨ªnez, responsable del laboratorio de Analog¨ªas Visuales del Instituto de Neurociencias de Alicante, publican un libro (El cerebro ilusionista, RBA) en el que la magia sirve para indagar sobre el cerebro. Un libro que tendr¨¢ edici¨®n inglesa (Princeton University Press).
Su trabajo parte de un dato b¨¢sico: el mago no enga?a la mirada del espectador, enga?a a su cerebro. Un ojo recibe 70 gigabytes por segundo y transmite un megabyte por segundo de informaci¨®n. Un tercio del cerebro se dedica a procesar los datos que proceden de la visi¨®n. Sin embargo, es incapaz de administrar toda la informaci¨®n que recibe con intermitencias (parpadeo cada cinco o seis segundos; movimientos oculares inconscientes y espont¨¢neos, las llamadas microsacadas). Adem¨¢s es lento, trabaja con un retraso de un tercio de segundo en el procesamiento de la informaci¨®n. Todo ello le obliga a construir una ilusi¨®n de continuidad, hacer inferencias y anticipar constantemente acontecimientos. ¡°El mago se aprovecha de esta anticipaci¨®n. En la presentaci¨®n de un efecto propone un relato que refuerza las predicciones del espectador para llegar a un desenlace donde desmonta estas expectativas l¨®gicas. Es lo que llamamos ¡®disonancia cognitiva¡¯. Te crea la ilusi¨®n de que ha sucedido algo imposible porque tienes una contradicci¨®n irresoluble entre tus expectativas sobre lo que suceder¨¢, conforme lo guardado en las memorias, y el final que se te presenta¡±. Eso explica los dos tab¨²es principales para un mago: no repetir un juego y no dar explicaciones anticipadas sobre lo que finalmente se ver¨¢. ¡°Se trata de estrategias para controlar la atenci¨®n del espectador. Si sabes c¨®mo ir¨¢ un juego te ocupas de mirar otras cosas y es b¨¢sico que el mago controle tu atenci¨®n. Y en este control juega un papel muy importante la mirada del mago que, como en las relaciones humanas no verbales, dirige la mirada del espectador¡±.
Algunos magos, de manera m¨¢s o menos intuitiva, han teorizado estrategias psicol¨®gicas. Arturo de Ascanio insist¨ªa, por ejemplo, en el par¨¦ntesis del olvido: establecer una distancias temporal entre el momento de realizar el truco y el de presentar el efecto para dificultar que el espectador establezca una relaci¨®n causal entre ambos. Otros, con falsas recapitulaciones, distorsionan la memoria a largo plazo que tendr¨¢ el espectador de lo que ha visto. El libro se ocupa de muchos procesos cognitivos que la magia aprovecha, desde la ceguera al cambio, debido a que focalizamos la atenci¨®n, a la percepci¨®n amodal, cuando el espectador completa un objeto parcialmente oculto y hace un rellenado perceptivo (media esfera la ve como entera)
El inter¨¦s de los autores no es tanto desentra?ar los trucos como usar la magia para entender mejor la mente
El inter¨¦s de los autores no es tanto desentra?ar los trucos como usar la magia para entender mejor la mente. ¡°Es significativo que las nuevas tecnolog¨ªas no nos asustan aunque no las entendamos ¡ªpor ejemplo el m¨®vil¡ª y, en cambio, siguen sorprendi¨¦ndonos efectos de magia del siglo XVIII. Eso quiere decir que la magia interpela mecanismos b¨¢sicos del cerebro, autom¨¢ticos, inconscientes¡±.
La magia emplea tecnolog¨ªas diversas. Desde recursos esc¨¦nicos, nuevos materiales, qu¨ªmica¡ El libro se centra en los procesos cognitivos. ¡°Proponemos que las manipulaciones psicol¨®gicas se pueden agrupar en ocho procesos, desde lo presensorial a las percepciones, la memoria, la atenci¨®n¡ Con todo, es un libro para profanos porque para explicar c¨®mo funcionan determinadas cosas en la magia hay que explicar primero el cerebro¡±. Un cerebro que reconstruye un universo exterior donde, como cuenta el libro, no hay colores ni sonidos, solo ondas electromagn¨¦ticas y variaciones de presi¨®n.
Cam¨ª y Mart¨ªnez, junto con otros colegas como G¨®mez-Mar¨ªn, del centro alicantino, y el mago Miguel ?ngel Gea, han realizado conjuntamente distintos experimentos con p¨²blico para estudiar el recuerdo que le queda al espectador de una sesi¨®n m¨¢gica, para conocer c¨®mo se controla la mirada del mismo o las variaciones en una misma rutina que introducen distintos magos
Cam¨ª y Mart¨ªnez, junto con otros colegas como G¨®mez-Mar¨ªn, del centro alicantino, y el mago Miguel ?ngel Gea, han realizado conjuntamente distintos experimentos con p¨²blico. Experimentos para estudiar el recuerdo que le queda al espectador de una sesi¨®n m¨¢gica, para conocer c¨®mo se controla la mirada del mismo o las variaciones en una misma rutina que introducen distintos magos. Tienen pendiente ahora un trabajo con 800 j¨®venes, de 8 a 18 a?os, para estudiar c¨®mo reciben la magia. ¡°Hay un largo camino que recorrer¡±, comenta Mart¨ªnez. ¡°Lo m¨¢s importante a la hora de experimentar es salir del laboratorio porque hacerlo dentro desvirt¨²a la calidad de los resultados. Nosotros mismos hemos observado al experimentar que los resultados preliminares son distintos si se hace en el laboratorio o en la calle, en la vida real. Hay que dise?ar un paradigma v¨¢lido para experimentar fuera del laboratorio¡±. En el libro se citan algunos temas que necesitan de m¨¢s investigaci¨®n, desde la creaci¨®n de falsas memorias al priming (provocar est¨ªmulos inconscientes que influyen en el comportamiento y que alg¨²n mago emplea, por ejemplo, para adivinar una carta pensada).
¡°La magia tiene diferentes p¨²blicos, pero siempre lo necesita. T¨² puedes jugar al f¨²tbol sin espectadores, pero un mago no puede hacerse magia a s¨ª mismo¡±, subraya Cam¨ª. Mart¨ªnez defiende una afirmaci¨®n que hay en el libro seg¨²n la cual el p¨²bico con m¨¢s formaci¨®n disfruta m¨¢s del espect¨¢culo m¨¢gico. ¡°La persona que est¨¢ segura de su inteligencia no tiene problema para dejarse enga?ar. En cambio quien se toma el espect¨¢culo como un reto a su inteligencia, de la que no est¨¢ seguro, no lo disfruta y suele ser el t¨ªpico espectador que va a reventarlo¡±. La idea que ten¨ªa el poeta Joan Brossa de la magia resuena en estas palabras.
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