Murci¨¦lagos, mitos y vampiros
En estos d¨ªas, en los que las informaciones sobre el coronavirus atoran los medios de comunicaci¨®n, estamos viviendo inmersos en las mismas dudas que alcanzan a los cient¨ªficos
Si el m¨¦todo cient¨ªfico no dejase margen a la duda, no ser¨ªa cient¨ªfico, sino todo lo contrario. Porque la duda es una obligaci¨®n que, m¨¢s que frenar o paralizar, dinamiza el m¨¦todo. Ya puestos, no sobra decir que no existe teor¨ªa cient¨ªfica estable, sino que toda teor¨ªa cient¨ªfica es susceptible de ser superada por la siguiente.
Como ejemplo sirva la teor¨ªa de generaci¨®n espont¨¢nea que se desech¨® cuando Pasteur, en 1861, vino a demostrar que todo ser vivo procede de otro ser vivo. Hasta entonces, tanto Arist¨®teles como Descartes, pasando por Newton, sosten¨ªan que ciertas formas de vida se daban en la naturaleza de forma espont¨¢nea.
En estos d¨ªas, en los que las informaciones sobre el coronavirus atoran los medios de comunicaci¨®n, estamos viviendo inmersos en las mismas dudas que alcanzan a los cient¨ªficos. De la curaci¨®n del virus se sabe poco o nada. Se especula con hip¨®tesis rechazables donde lo ¨²nico evidente es que no todo lo pensable es real y, por contra, todo lo real es pensable. De acuerdo con esta zozobra, la mayor¨ªa de los cient¨ªficos apuntan al origen de la pandemia como enfermedad zoon¨®tica, es decir, transmitida de un animal a un ser humano. Durante el camino ha podido haber mediadores, o no. Pero en lo que s¨ª parecen ponerse de acuerdo los cient¨ªficos es en la causa: un murci¨¦lago Rhinolophus ferrumequinum, que recibe su nombre popular debido al hocico protuberante en forma de herradura.
De la curaci¨®n del virus se sabe poco o nada. Se especula con hip¨®tesis rechazables donde lo ¨²nico evidente es que no todo lo pensable es real y, por contra, todo lo real es pensable
Sobre el peligro infeccioso de los murci¨¦lagos, la revista Clinical Microbiology Reviews public¨® un art¨ªculo a finales del 2007 donde ya se advirti¨® que eran la causa del SARS, s¨ªndrome respiratorio agudo grave, una neumon¨ªa con caracter¨ªsticas cl¨ªnicas cercanas al COVID-19. Para entendernos, lo m¨¢s parecido a un primo hermano del COVID-19.
Hasta aqu¨ª, las dudas cient¨ªficas que agitan nuestras noches. Pero mientras esperamos a que llegue la vacuna, lo mejor que podemos hacer es reconciliar incertidumbres. Para ello, los seres humanos hemos ido construyendo mitos a lo largo de nuestra existencia; relatos racionales fundados en el desarrollo de ciertos s¨ªmbolos. Si en el d¨ªa de hoy existe un mito que ha renacido con la pandemia, ese es el del vampiro, que en nuestro imaginario aparece como un gran murci¨¦lago que va y viene, describiendo grandes c¨ªrculos alrededor de las farolas m¨¢s siniestras de la noche.
Son momentos para recuperar a Bram Stroker, a Bela Lugosi, al Conde Dr¨¢cula, a Nosferatu y toda la cuerda de cuentos y cuentistas que en estos tiempos nos ayudan a proteger y a sanar el trastero de nuestro inconsciente, por ser ah¨ª donde estamos almacenando terrores capaces de hacer enfermar a las personas m¨¢s valientes. Hay un libro, una recopilaci¨®n de relatos sobre Vampiros, de la que ya hablamos en otra ocasi¨®n y que no nos cansaremos de recomendar. Se trata de la antolog¨ªa editada por Jacobo Siruela y donde se dan cita Hoffmann, Poe, Polidori, Baudelaire, Tolst¨®i y as¨ª hasta llegar a 18 grandes autores universales de la literatura de todos los tiempos.
Cabe destacar, llegados al siglo XX, el cuento que firma el norteamericano Richard Matheson, titulado Bebe mi sangre, y donde el protagonista es un ni?o que quiere ser vampiro. De piel p¨¢lida ¡°como si colgara suelta alrededor de la carne¡±, naci¨® con tres dientes con los que mord¨ªa el pez¨®n materno y as¨ª extra¨ªa sangre junto con la leche. En una de sus escapadas nocturnas se encuentra con un murci¨¦lago encerrado en una jaula, que se dispone a liberar.
El murci¨¦lago es tan capaz de hacernos enfermar por zoonosis como de curarnos gracias al relato m¨ªtico construido a partir de la simbolog¨ªa vamp¨ªrica
Se trata de un murci¨¦lago que ha superado la categor¨ªa animal para convertirse en un valor simb¨®lico. Por lo mismo, el murci¨¦lago es tan capaz de hacernos enfermar por zoonosis como de curarnos gracias al relato m¨ªtico construido a partir de la simbolog¨ªa vamp¨ªrica.
Mientras la ciencia sigue dudando de cada paso que pueda ser dudado, no nos queda otra que hacernos con unas alas de murci¨¦lago que nos permitan volar alrededor de las farolas en busca de vampiros; salir al encuentro de mitos que nos curen lo m¨¢s profundo de nuestro inconsciente. Lo vamos a necesitar.
El hacha de piedra es una secci¨®n donde Montero Glez, con voluntad de prosa, ejerce su asedio particular a la realidad cient¨ªfica para manifestar que ciencia y arte son formas complementarias de conocimiento.
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