La ruta de una pandemia
Por la Ruta de la seda no solo transitaron largas caravanas cargadas de mercanc¨ªa. Tambi¨¦n fue el trayecto que siguieron distintas enfermedades
El aventurero veneciano Marco Polo (1254 -1324) dict¨® en prisi¨®n el relato de su fabuloso viaje a trav¨¦s de la Ruta de la Seda; una cr¨®nica donde lo desconocido adquiere una dimensi¨®n tan cautivadora que convierte la experiencia real del protagonista en aventura fant¨¢stica.
El Libro de las Maravillas (Alianza) es un relato de viajes por un mundo ex¨®tico y chocante a los ojos de la ¨¦poca. Hagamos memoria, pues, por aquel entonces, Europa no se hab¨ªa abierto al Atl¨¢ntico y el continente americano a¨²n no exist¨ªa. Confinados entre los muros del viejo medievo, los europeos viv¨ªan el final de su noche m¨¢s oscura; una etapa de siglos que tuvo su origen en el 711 cuando los musulmanes llegaron a Sevilla. As¨ª lo quiso la historia.
Mientras los europeos nos aisl¨¢bamos como defensa ante la expansi¨®n musulmana, en la otra cara del mapa, los chinos se relacionaban con el mundo poniendo en ruta sus mercanc¨ªas m¨¢s preciadas, entre las que destacaban la seda y la porcelana. Dispuesto a formar parte del negocio, Marco Polo lleg¨® hasta Catai (China) para regresar por Malaca, Ceil¨¢n, la India y Persia.
Pero la Ruta de la seda tuvo su reverso, pongamos que biol¨®gico. Porque no solo transitaron por ella largas caravanas cargadas de ¡°oro y seda, colmillos de elefantes y otras mil mercader¨ªas¡±, por decirlo a la manera de Marco Polo. Tambi¨¦n fue el trayecto que siguieron distintas enfermedades, entre ellas la peste bub¨®nica que despoblar¨ªa el continente europeo, aterrado ante el castigo divino de la Muerte Negra.
Con todo, existe otra enfermedad que tuvo su origen en la citada ruta comercial. Se trata de una enfermedad poco com¨²n y potencialmente peligrosa cuyos s¨ªntomas se revelan con ¨²lceras en la boca y en los genitales, as¨ª como con la inflamaci¨®n de los capilares de los ojos. Dicha enfermedad recibe el nombre de Mal de Behcet y es un s¨ªndrome que fue descrito en 1937 por el m¨¦dico turco que le dio el nombre.
Lo curioso es que el Mal de Behcet se da con mayor frecuencia entre personas que tuvieron antepasados que vivieron a lo largo de la antigua ruta comercial por la que Marco Polo se movi¨® durante diecisiete a?os. Por esto, al s¨ªndrome de Behcet se le conoce popularmente como la Enfermedad de la Ruta de la Seda. Una rareza m¨¢s a apuntar en la lista de enfermedades autoinmunes donde el propio sistema inmune se convierte en el enemigo a combatir.
Por lo que se sabe hasta ahora, el Mal de Behcet es una enfermedad con un alto componente gen¨¦tico que ha llevado a los cient¨ªficos a reconstruir el mapa geogr¨¢fico de una ruta donde las relaciones comerciales cambiaron el destino de la econom¨ªa y, con ello, de la biolog¨ªa.
Hoy en d¨ªa resulta curioso que la misma ruta que sigui¨® Marco Polo para liberarse de la reclusi¨®n ancestral que sufr¨ªa Europa, y con ello abrirse al comercio, sea la misma ruta por donde ha transitado el coronavirus en su recorrido perverso hasta llegar a nuestro continente. La casualidad hace que dos momentos hist¨®ricos coincidan, y que ambos momentos tengan a Marco Polo presente.
El siguiente momento sucedi¨® cuando Marco Polo volvi¨® de su viaje a bordo de una galera veneciana y se encontr¨® ante los muros de Curzola -isla del Adri¨¢tico- con una batalla naval entre genoveses y venecianos. Ocurri¨® a primeros de septiembre de 1298 y los genoveses apresaron a Marco Polo y lo llevaron a G¨¦nova.
En la prisi¨®n conoci¨® al escritor Rustichello de Pisa quien, asombrado por el relato de su compa?ero de c¨¢rcel, decidi¨® escribirlo, dando lugar al fabuloso libro de viajes que hoy conocemos como Libro de las Maravillas, y que resulta un buen aliado para evadirnos en este tiempo de confinamiento.
El hacha de piedra es una secci¨®n donde Montero Glez, con voluntad de prosa, ejerce su asedio particular a la realidad cient¨ªfica para manifestar que ciencia y arte son formas complementarias de conocimiento.
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