Gen¨®mica de la pandemia

La actualidad pol¨ªtica espa?ola se basa en una discusi¨®n sobre el 8 de marzo, cuando el Gobierno autoriz¨® la manifestaci¨®n feminista, un mitin de Vox y no s¨¦ qu¨¦ partidos de f¨²tbol. La actualidad cient¨ªfica empez¨® mucho antes, el 11 de enero, cuando un consorcio de investigadores de Wuhan, Shangh¨¢i y otros lugares public¨® el primer genoma del SARS-CoV-2, el coronavirus reci¨¦n descubierto y destinado a poner el mundo patas arriba, como hemos comprobado despu¨¦s con inmenso dolor. El hecho de que los cient¨ªficos chinos hicieran p¨²blico el genoma de inmediato fue saludado como un avance en la dificultosa tarea de gestionar la salud global. Y en efecto lo era.

El bi¨®logo evolutivo Andrew Rambaut calcul¨® enseguida que el nuevo agente infeccioso ten¨ªa un 89% de similitud en su secuencia gen¨¦tica al virus del SARS que conocimos la d¨¦cada pasada. Otros cient¨ªficos confirmaron esos resultados. En la mism¨ªsima noche del 11 de enero, cuando los chinos publicaron el genoma, el experto en coronavirus Ralph Baric, de la Universidad de Carolina del Norte en Chapel Hill, tom¨® la secuencia y empez¨® con su equipo a reconstruir un virus vivo a partir de ese texto de papel, o de silicio. Decenas de laboratorios mundiales se pusieron poco despu¨¦s a ello. Ten¨ªan que desarrollar test, reciclar f¨¢rmacos y dise?ar vacunas. Sin el genoma facilitado por los cient¨ªficos chinos, las cosas habr¨ªan ido peor y mucho m¨¢s lentas.

La utilidad del genoma del coronavirus sigue vigente, y subiendo. Desde el genoma de referencia publicado por los chinos, cient¨ªficos de medio mundo han secuenciado otros 32.000, informa Clare Watson en Nature, y tambi¨¦n los han compartido con todos sus colegas. Ese tesoro de informaci¨®n gen¨¦tica ha servido en muchos pa¨ªses, incluida Espa?a, para trazar el origen de sus brotes epid¨¦micos y los nodos supercontagiosos que han resultado claves en la propagaci¨®n de la pandemia. Ahora que muchos pa¨ªses bajamos titubeando por las fases de la desescalada, la gen¨®mica debe seguir ayudando.

El gran peligro sanitario ahora ¨Cde los peligros socioecon¨®micos no me atrevo ni a hablar¡ª es que el desconfinamiento produzca un rebrote. Un m¨ªnimo rebrote ser¨ªa gestionable, pero uno grande nos devolver¨ªa a la fase menos uno o por ah¨ª, volver¨ªa a echar el cerrojazo radical a la actividad econ¨®mica y nos mandar¨ªa a todos tubo abajo, sobre todo a los nuevos muertos que surgir¨ªan. Eso no lo quiere nadie, por m¨¢s cacerolas desafinadas que golpee. Pero ya hay investigaciones que muestran que el an¨¢lisis gen¨®mico suaviza y acorta los brotes. Permite trazar los casos con precisi¨®n matem¨¢tica y tomar las medidas de cuarentena adecuadas sin tener que aislar a toda la poblaci¨®n. Te dice cu¨¢les son los focos y cu¨¢l es su intensidad de propagaci¨®n. Te da un mapa de alta resoluci¨®n sobre la progresi¨®n del virus. Nueva Zelanda es seguramente el pa¨ªs m¨¢s avanzado en esta cuesti¨®n. L¨¢stima que est¨¦n en las ant¨ªpodas.

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