La madre de la vacuna contra la covid: ¡°En verano podremos, probablemente, volver a la vida normal¡±
La bioqu¨ªmica h¨²ngara Katalin Karik¨® pas¨® 40 a?os trabajando en la sombra y desarrollando avances claves para las inyecciones de Moderna y BioNTech
Una mujer nacida en una peque?a ciudad h¨²ngara y que creci¨® feliz en una casa de adobe sin agua corriente ni electricidad es hoy una de las cient¨ªficas m¨¢s influyentes del planeta. Sus descubrimientos han sido fundamentales para hacer posibles las dos principales vacunas que pueden sacarnos de esta pandemia.
¡°Yo era una ni?a feliz. Mi padre era carnicero y me gustaba mirarle trabajar, observar las v¨ªsceras, los corazones de los animales, quiz¨¢s de ah¨ª me vino la vena cient¨ªfica¡±, cuenta Katalin Karik¨® a este diario desde su casa en las afueras de Filadelfia, en EE UU. Despu¨¦s de estudiar Biolog¨ªa en Hungr¨ªa, fue a EE UU para hacer el doctorado en 1985 y jam¨¢s regres¨®. ¡°Estuve a punto de ir a Espa?a con el grupo de Luis Carrasco, que estaba interesado en mi trabajo, tambi¨¦n a Francia, pero la Hungr¨ªa comunista pon¨ªa las cosas muy dif¨ªciles¡±, explica.
Ahora parece incre¨ªble pero, durante toda una d¨¦cada, la de los noventa, nadie apoy¨® la idea de Karik¨®: hacer tratamientos y vacunas basadas en la mol¨¦cula del ARN, exactamente la misma que usan las de Moderna y BioNtech contra el coronavirus. ¡°Recib¨ªa una carta de rechazo tras otra de instituciones y compa?¨ªas farmac¨¦uticas cuando les ped¨ªa dinero para desarrollar esta idea¡±, explica esta bioqu¨ªmica de 65 a?os nacida en Kis¨²jsz¨¢ll¨¢s, a unos 100 kil¨®metros de Budapest. Ella misma ense?a en sus charlas una carta de la farmac¨¦utica Merck & Co (MSD) rechazando su petici¨®n de 10.000 d¨®lares para financiar su investigaci¨®n. Ahora Moderna y BioNTech han recibido cientos de millones de euros de fondos p¨²blicos para desarrollar en tiempo r¨¦cord sus vacunas de ARN mensajero, la misma idea que Karik¨® y otro peque?o grupo de cient¨ªficos intent¨® impulsar hace 30 a?os sin ¨¦xito.
Durante toda una d¨¦cada, la de los 90, nadie quiso apoyar la idea de Karik¨®
La idea era buena, pero no estaba de moda. Quer¨ªan usar una mol¨¦cula fr¨¢gil y ef¨ªmera para curar enfermedades o evitar infecciones de forma permanente. El ARN es una mol¨¦cula sin la que no podr¨ªa existir la vida en la Tierra. Es el mensajero encargado de entrar en el n¨²cleo de nuestras c¨¦lulas, leer la informaci¨®n que contiene nuestro libro de instrucciones gen¨¦tico, el ADN, y salir con la receta para producir todas las prote¨ªnas que necesitamos para movernos, ver, respirar, reproducirnos, vivir.
Karik¨® quer¨ªa usar las c¨¦lulas del propio enfermo para que fabricasen la prote¨ªna que les curar¨ªa inyect¨¢ndoles un peque?o mensaje de ARN. ¡°Todo el mundo lo entiende ahora, pero no entonces¡±, lamenta la cient¨ªfica.
En aquellos a?os lo que triunfaba era la terapia g¨¦nica, basada en cambiar el ADN de forma permanente para corregir enfermedades. Esa visi¨®n comenz¨® a relativizarse cuando se demostr¨® que modificar el ADN puede generar mutaciones letales y cuando algunos pacientes murieron en ensayos cl¨ªnicos.
¡°Todo el mundo pensaba que era una locura, que no funcionar¨ªa¡±
Otros pocos cient¨ªficos que tuvieron la idea de desarrollar vacunas de ARN se estrellaron con el mismo muro que Karik¨®. ¡°Todo el mundo pensaba que era una locura, que no funcionar¨ªa¡±, recuerda Pierre Meulien, jefe de la Iniciativa de Medicinas Innovadoras financiada por la UE. ¡°En 1993 nuestro equipo del Instituto Nacional de Salud de Francia desarroll¨® un m¨¦todo para llevar ARN mensajero como terapia. Lo conseguimos, pero no pudimos llegar a la fase industrial porque en parte faltaba financiaci¨®n¡±, recuerda.
¡°Nuestro equipo fue el primero en desarrollar una vacuna de ARN y tambi¨¦n el primero en recibir una ayuda de los institutos nacionales de salud para lograr financiaci¨®n de empresas y probarla en humanos¡±, recuerda David Curiel, de la Escuela de Medicina de la Universidad de Washington en San Luis. ¡°Pero la empresa interesada, Ambion, nos dijo que la vacuna no ten¨ªa futuro¡±, a?ade.
Las vacunas de ARN generaban dudas. ¡°La nuestra solo ten¨ªa efectos en algunos animales y en otros no¡±, recuerda Fr¨¦d¨¦ric Martinon, coinvestigador del proyecto franc¨¦s. ¡°Gracias al trabajo de Katalin ahora sabemos por qu¨¦¡±, a?ade. Las vacunas de ARN planteaban dos problemas aparentemente irresolubles. Por un lado, no consegu¨ªan producir suficiente prote¨ªna. Por otro, el ARN mensajero pod¨ªa generar una potente inflamaci¨®n causada por el sistema inmune, que pensaba que el ARN introducido era de un virus. ?C¨®mo pod¨ªa ser que una mol¨¦cula unas 50 veces m¨¢s abundante en nuestro cuerpo que el propio ADN generase rechazo?
A principios de la d¨¦cada de 2000, Karik¨® segu¨ªa acumulando rechazos, ya como investigadora de la Universidad de Pensilvania. Un d¨ªa fue a la fotocopiadora y se encontr¨® con Drew Weissman, un cient¨ªfico reci¨¦n llegado que ven¨ªa del equipo de Anthony Fauci, una eminencia en VIH y que en la actualidad dirige el instituto p¨²blico que ha desarrollado la vacuna junto a Moderna. Weissman quer¨ªa la vacuna contra el virus del sida y acogi¨® a Karik¨® en su laboratorio para que lo intentase con ARN mensajero.
En 2005 descubrieron que modificando una sola letra en la secuencia gen¨¦tica del ARN pod¨ªa lograrse que no generase inflamaci¨®n. ¡°Ese cambio de uridina a pseudouridina permit¨ªa que no se generase una respuesta inmune exagerada y adem¨¢s facilitaba la producci¨®n de prote¨ªna en grandes cantidades. Sab¨ªa que funcionar¨ªa¡±, dice Karik¨®.
Su trabajo volvi¨® a ser ignorado durante a?os. Los dos cient¨ªficos patentaron sus t¨¦cnicas para crear ARN modificado, pero la Universidad de Pensilvania decidi¨® ced¨¦rselas a la empresa Cellscript. ¡°Quer¨ªan dinero r¨¢pido y las vendieron por 300.000 d¨®lares¡±, explica Karik¨®.
¡°Estas vacunas nos van a sacar de esta pandemia¡±
En 2010, un grupo de investigadores de EE UU fund¨® una empresa que compr¨® los derechos sobre las patentes de Karik¨® y Weissman. Su nombre era un acr¨®nimo de ¡°ARN modificado¡±: ModeRNA. En pocos a?os, sin apenas publicar estudios cient¨ªficos, recibieron cientos de millones de d¨®lares de capital privado, incluidos 420 millones de d¨®lares de Astrazeneca. La compa?¨ªa promet¨ªa poder tratar enfermedades infecciosas con ARN mensajero. Casi al mismo tiempo, otra peque?a empresa alemana fundada por dos cient¨ªficos de origen turco, BioNTech, adquiri¨® varias de las patentes sobre ARN modificado de Karik¨® y Weissman para desarrollar vacunas contra el c¨¢ncer. En 2013, tras casi 40 a?os de trabajo pr¨¢cticamente an¨®nimo, Karik¨® fue fichada por BioNTech, de la que hoy es vicepresidenta.
¡°Sent¨ª que era el momento de cambiar y pens¨¦ que pod¨ªa aceptar el puesto para asegurarme de que las cosas iban en la direcci¨®n correcta¡±, dice Karik¨®. Las vacunas de Moderna y BioNTech, desarrollada junto a Pfizer, han demostrado una eficacia de al menos el 94%.
Hace apenas unos d¨ªas, Karik¨® y Weissman se juntaron de nuevo para recibir la primera dosis de la vacuna de BioNTech. ¡°No me causa ning¨²n miedo¡±, dice la cient¨ªfica. ¡°Si no fuera ilegal ya me habr¨ªa inyectado en el laboratorio, pero a m¨ª siempre me ha gustado seguir las normas¡±, explica. ¡°La vacuna protege apenas 10 d¨ªas despu¨¦s de la primera dosis, cuando la protecci¨®n es del 88,9%. Con la segunda dosis aumenta al 95%. Hay algo muy importante. Hemos sacado sangre a los vacunados en los ensayos cl¨ªnicos y hemos creado r¨¦plicas de todas las variantes del coronavirus que hay por el mundo. La sangre de estos pacientes, que contiene anticuerpos, ha sido capaz de neutralizar 20 variantes mutadas del virus¡±, resalta.
¡°Estas vacunas nos van a sacar de esta pandemia. En verano probablemente podremos volver a la playa, a la vida normal. Y con m¨¢s de 3.000 muertos diarios en EE UU no me cabe duda de que la gente se va a vacunar. Especialmente los mayores¡±, opina.
Derrick Rossi, uno de los fundadores de Moderna, dice que Karik¨® y Weissman deber¨ªan recibir el Nobel de Qu¨ªmica
Karik¨® entiende que haya personas que tengas dudas sobre estos f¨¢rmacos ¡°porque nunca se hab¨ªa aprobado una vacuna basada en ARN. Pero los prototipos llevan us¨¢ndose m¨¢s de 10 a?os, por ejemplo contra el c¨¢ncer, en ensayos cl¨ªnicos, y han resultado seguras. El ARN mensajero que usamos tiene la misma composici¨®n que el que fabricas t¨² mismo, en tus propias c¨¦lulas. Es algo completamente natural y se hace a partir de nucle¨®tidos de plantas. No hay nada extra desconocido y no se usan c¨¦lulas de ning¨²n animal, ni bacterias, nada¡±, destaca.
Hace unas semanas, Derrick Rossi, uno de los fundadores de Moderna, dijo a la revista STAT que Karik¨® y Weissman deber¨ªan recibir el Nobel de Qu¨ªmica. Kenneth Chien, bi¨®logo cardiovascular del Instituto Karolinska en Suecia y tambi¨¦n cofundador de Moderna, coincide: ¡°Todas las empresas de ARN mensajero, incluida Moderna, existen gracias al trabajo original de Karik¨® y Weissman. Merecen la parte del le¨®n porque sin sus descubrimientos las vacunas de ARN no estar¨ªan tan avanzadas como para poder enfrentar esta pandemia¡±, resalta.
Pero en una historia tan asombrosa como la de esta vacuna no pod¨ªan ser todo luces. Karik¨® tiene sus adversarios que discuten la importancia de su trabajo. ¡°Kati no es la pionera, ser¨ªa rid¨ªculo considerarla como tal¡±, espeta Hans-Georg Rammensee, inmun¨®logo de la Universidad de Tubinga. Este cient¨ªfico explica que su equipo demostr¨® en 2000 que una inyecci¨®n de ARN sin modificar generaba una respuesta inmune positiva en ratones. ¡°Busc¨¢bamos una vacuna contra el c¨¢ncer¡±, se?ala. Ese mismo a?o Rammensee cofund¨® una empresa para desarrollar la vacuna, ¡°pero el proyecto tard¨® mucho en despegar porque no hab¨ªa financiaci¨®n¡±, explica. Esa empresa se llama Curevac y en la actualidad es la tercera competidora en la carrera de vacunas de ARN mensajero contra la covid. La UE ha apalabrado 225 millones de dosis con Curevac, si finalmente demuestra eficacia. Esta empresa no usa ARN modificado y Rammensee cree que ni ese ni ninguno de los otros avances de Karik¨® han sido determinantes. A¨²n as¨ª reconoce lo inevitable. ¡°Sin nuestro estudio de 2000 no se habr¨ªan fundado ni Moderna ni Biontech, pero ellos han sido m¨¢s r¨¢pidos en el desarrollo¡±.
Karik¨® declina los reconocimientos con una mezcla de humildad y orgullo. ¡°En los ¨²ltimos 40 a?os no he tenido ni una recompensa a mi trabajo, ni siquiera una palmadita en la espalda. No lo necesito. S¨¦ lo que hago. S¨¦ que esto era importante. Y soy demasiado vieja para cambiar. Esto no se me ha subido a la cabeza. No uso joyas y tengo el mismo coche viejo de siempre¡±, comenta. Cuando era una joven cient¨ªfica a¨²n en su Hungr¨ªa natal su madre le dec¨ªa que alg¨²n d¨ªa ganar¨ªa el Nobel. ¡°Yo le contestaba, ?pero si ni siquiera puedo conseguir una beca, ni siquiera tengo un puesto fijo en la universidad!¡±.
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