Heino Falcke: ¡°Hay un principio y un final para nuestro mundo¡±

El astr¨®nomo alem¨¢n Heino Falcke encabez¨® una de las aventuras cient¨ªficas m¨¢s ambiciosas de la historia: la toma de la primera imagen de un agujero negro, un proyecto internacional que requiri¨® coordinar ocho potentes telescopios en todo el mundo, desde M¨¦xico al Polo Sur, y una financiaci¨®n europea de 14 millones de euros. Falcke vivi¨® las observaciones en Espa?a, en el radiotelescopio del Pico Veleta, a unos 2.900 metros de altura en Sierra Nevada. El investigador recuerda aquellas noches de abril de 2017, cuando aprovechaba las pausas para empu?ar un cuchillo jamonero y picotear ¡°una enorme pata de jam¨®n serrano¡± que sus colegas espa?oles ten¨ªan dentro del telescopio. En la cercana ciudad de Granada comenzaban las procesiones de Semana Santa. A Falcke, un cristiano devoto nacido en Colonia hace 55 a?os, los pesados movimientos nocturnos del telescopio le recordaban al bamboleo de los pasos de las cofrad¨ªas. El cient¨ªfico, profesor de la Universidad Radboud de Nimega (Pa¨ªses Bajos) y tambi¨¦n pastor protestante, con autoridad para oficiar bodas, bautizos y funerales, rememora: ¡°Era como estar en un monasterio. Estaba feliz, me sent¨ªa m¨¢s cerca del cielo¡±.

El equipo de astr¨®nomos asombr¨® al mundo el 10 de abril de 2019 con la primera imagen de un agujero negro: el situado en el centro de la galaxia Messier 87, a tal distancia de la Tierra que se necesitar¨ªan 55 millones de a?os para llegar a ¨¦l yendo a la velocidad de la luz. Era como ver un pelo a 350 kil¨®metros. En una multitudinaria rueda de prensa en Bruselas, Falcke mostr¨® la imagen ¡ªuna monstruosa sombra rodeada por un anillo de gases a temperaturas inconcebibles¡ª y declar¨®: ¡°La sensaci¨®n es como la de estar mirando las puertas del infierno¡±. El astr¨®nomo alem¨¢n relata ahora en un libro, La luz en la oscuridad (editorial Debate), aquella epopeya cient¨ªfica y defiende que la ciencia es incapaz de ofrecer respuestas a las grandes preguntas de la vida.

Pregunta. ?Por qu¨¦ habl¨® de ¡°las puertas del infierno¡±?

Respuesta. No son las puertas del infierno, obviamente, pero me gusta utilizar analog¨ªas b¨ªblicas, porque crec¨ª con ellas. La segunda raz¨®n es que recuerdo una de las grandes noticias de cuando yo era un joven estudiante: el descubrimiento de las fluctuaciones de la radiaci¨®n de fondo de microondas [una reliquia de la gran explosi¨®n del Big Bang]. El astrof¨ªsico estadounidense George Smoot dijo entonces en una rueda de prensa que est¨¢bamos viendo ¡°la cara de Dios¡±. El Big Bang es el comienzo del espacio y del tiempo, mientras que los agujeros negros son el final del espacio y del tiempo. Quer¨ªa contraponer algo a esa idea de la cara de Dios, por eso habl¨¦ de las puertas del infierno. Creo que sirvi¨® para captar la imaginaci¨®n de la gente. Los agujeros negros no tienen solo un significado cient¨ªfico, tambi¨¦n son una especie de cuento mitol¨®gico moderno, como los dragones o los dibujos del infierno de Dante en el pasado. La gente ve un agujero negro y siente algo, al margen de la ciencia.

P. Usted habla en su libro del fallecimiento de su madre y relaciona la muerte humana con los agujeros negros.

R. La muerte se presenta como la ¨²ltima frontera para todo ser humano. Y los agujeros negros tambi¨¦n son la ¨²ltima frontera. Pero las personas no nos detenemos en esas fronteras. Piensas m¨¢s all¨¢ de la muerte, aunque no seas creyente. Esos l¨ªmites fascinantes nos dan miedo, pero tambi¨¦n nos hacen pensar m¨¢s all¨¢. La muerte es una p¨¦rdida terrible, pero para algunos tambi¨¦n puede suponer una esperanza. En el cristianismo y en otras religiones la muerte no es el final, sino un principio. Incluso en ciencia pensamos que en el borde de un agujero negro puede ocurrir algo novedoso, una nueva f¨ªsica.

P. ?Qu¨¦ hay m¨¢s all¨¢ de esas ¡°puertas del infierno¡±, dentro de un agujero negro?

R. Por lo que sabemos, una destrucci¨®n autom¨¢tica. Es un agujero en el que puedes meter una cantidad casi infinita de materia. Hay gente que habla de agujeros blancos, por los que puedes llegar a otros universos, pero son especulaciones matem¨¢ticas y no hay pruebas de que existan. Yo no creo que los agujeros negros sean la puerta a otro universo.

P. Usted sostiene que la ciencia no es la clave para explicar el universo. Afirma incluso que las ciencias experimentales no responden las grandes preguntas sobre la vida.

R. ?Alg¨²n acelerador de part¨ªculas ha contestado nuestras grandes preguntas sobre la vida? La ciencia responde muchas preguntas y aviva nuestras mentes. Los experimentos nos ayudan a entender mejor nuestro universo y a veces a nosotros mismos, pero la humanidad es m¨¢s que experimentos cient¨ªficos. No piensas en ti mismo como una m¨¢quina, sino como alguien que puede sentir y pensar en t¨¦rminos abstractos. Esto no lo explica la f¨ªsica. Yo no quiero vivir en un mundo sin ciencia, pero tampoco quiero vivir en un mundo en el que solo cuente la ciencia. La esperanza, el amor y la fe trascienden la ciencia.

P. Como astr¨®nomo y cristiano, ?c¨®mo se imagina el origen del universo?

R. Pienso lo mismo que el relato cient¨ªfico: hubo un Big Bang y la evoluci¨®n hasta llegar a los seres humanos sigui¨® las bases de las leyes naturales, pero esto no responde de d¨®nde procede el Big Bang. Incluso si lo atribuyes a una fluctuaci¨®n del vac¨ªo, esto no explica el origen. Para m¨ª, las leyes naturales son leyes de Dios, son una expresi¨®n del Creador, igual que nosotros mismos. Nuestros sentimientos, nuestras almas, reflejan algo que ya exist¨ªa al principio.

P. El destino del planeta Tierra es ser engullido por el Sol. ?Cree que la futura extinci¨®n de la humanidad es un plan de un dios?

R. Una de las ense?anzas cruciales de la Biblia es que hay un principio y un final. Hay un principio y un final para tu vida y tambi¨¦n hay un principio y un final para nuestro mundo. Ah¨ª acaba la ciencia y empieza la fe, porque tenemos la esperanza de que haya un nuevo mundo y una nueva vida. No sabemos cient¨ªficamente c¨®mo funciona, pero tampoco sabemos c¨®mo empez¨® todo. Incluso el universo parece incre¨ªble, pero existe.

P. Dice en su libro que, si se descubriera vida extraterrestre, la vida aqu¨ª en la Tierra no cambiar¨ªa mucho, ni siquiera las religiones. ?Cree que la Biblia, el Cor¨¢n o el Talmud tienen sentido si hay civilizaciones extraterrestres ah¨ª fuera?

¡°Yo no quiero vivir en un mundo sin ciencia, pero tampoco quiero vivir en un mundo en el que solo cuente la ciencia. La esperanza, el amor y la fe trascienden la ciencia¡±

R. S¨ª. La Biblia es la larga historia de la experiencia de los humanos con Dios aqu¨ª en la Tierra. Yo, por supuesto, creo que todo el universo fue creado. Si descubrimos extraterrestres creo que lo primero que querr¨ªamos hacer, como se hizo en el pasado, es enviar misioneros, para hablar con ellos tambi¨¦n desde un punto de vista espiritual. Si pudi¨¦ramos hablar con ellos aprender¨ªamos mucho, sobre el universo y tambi¨¦n sobre nosotros mismos, pero creo que eso no cambiar¨ªa qui¨¦nes somos, porque nuestra historia en este planeta es la misma, al margen de lo que haya fuera. Creo que ellos tambi¨¦n se preguntar¨ªan si existe un Creador. En el libro escribo que descubrir vida extraterrestre tendr¨ªa poco efecto porque no podr¨ªamos hablar con ellos: la distancia es tan grande que no puedes conversar [ni siquiera con se?ales emitidas a la velocidad de la luz]. Esto no es como en Star Trek, que en unos pocos d¨ªas van y vienen. Yo creo que nuestra fe no cambiar¨ªa.

P. En el libro tambi¨¦n afirma que hay que ser esc¨¦ptico en la ciencia y en la religi¨®n. ?Usted a veces piensa: ¡°Quiz¨¢ estoy equivocado y Dios no existe¡±?

R. S¨ª. Yo gan¨¦ en Pa¨ªses Bajos el Premio Spinoza, considerado el Nobel neerland¨¦s. Un d¨ªa ten¨ªa entrevistas con 10 periodistas y todos me preguntaban: ¡°?C¨®mo? ?Eres cristiano? ?Y no tienes problemas para conciliar la ciencia y la fe?¡±. Me lo preguntaron 10 veces y al final pens¨¦: ¡°Si todo el mundo me lo pregunta, ?ser¨¢ cierto?¡±. No hay nada que yo me pueda demostrar a m¨ª mismo al 100%. La fe es una decisi¨®n que tengo que tomar una y otra vez: quiero creer y creo. Pero mi fe cambia, por supuesto. Unas veces es m¨¢s ingenua que otras. No todo lo que dice tu pastor es correcto. Hay que ser esc¨¦ptico. Quiz¨¢ las iglesias se est¨¢n quedando vac¨ªas porque no han sido suficientemente cr¨ªticas consigo mismas. La ley principal es: ama a tu pr¨®jimo como a ti mismo. ?Estamos haciendo eso?

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