Los animales est¨¢n encogiendo
Desde ratones a ballenas, pasando por p¨¢jaros y salamandras, muchas especies reducen su tama?o sin que los expertos tengan claro el porqu¨¦
Los ratones de campo (Apodemus sylvaticus) del parque nacional de Do?ana pesan hoy un tercio de lo que pesaban hace 40 a?os. Las salamandras de mejillas grises del norte (Plethodon montanus) de los montes Apalaches (EE UU) han encogido un 8% desde 1960. Los salmones del norte de Finlandia (Salmo salar) son m¨¢s peque?os y llegan antes a la madurez sexual que hace cuatro d¨¦cadas. Y uno de los gigantes del mar, la ballena de los vascos (Eubalaena glacialis), ha mermado m¨¢s de un metro desde los a?os ochenta. ?Qu¨¦ est¨¢ pasando con los animales?
En los ¨²ltimos a?os se han ido acumulando pruebas de que est¨¢ en curso la llamada sexta gran extinci¨®n. El ritmo de desaparici¨®n de especies es 100 veces mayor desde el siglo XX. Las causas son diversas, algunas globales, como el cambio clim¨¢tico o la pesca, y otras m¨¢s regionales, como la deforestaci¨®n de las selvas tropicales. Pero todas o casi todas son directa o indirectamente provocadas por los humanos. Sin embargo, no todas las especies la sufren por igual: trabajos recientes han demostrado que cuanto m¨¢s grande es el animal, m¨¢s en peligro est¨¢ la especie. Y hay otro fen¨®meno que se est¨¢ produciendo dentro de muchas poblaciones: ya no se trata de que sean cada vez menos en n¨²mero, sino de que son m¨¢s y m¨¢s peque?os. Este fen¨®meno de encogimiento se produce en todas las familias del reino animal.
El caso de los ratones de Do?ana es uno de los m¨¢s extremos. Su poblaci¨®n, como la de otros peque?os roedores del parque, ha ido menguando en los ¨²ltimos a?os. Un art¨ªculo cient¨ªfico en la revista ambiental Quercus da algunos datos. En 1978, cuando los cient¨ªficos empezaron a poner trampas para calcular las poblaciones, capturaron 300 lirones caretos y 200 ratones de campo. Usando una cantidad similar de trampas por noche en la misma zona, cada pocos a?os repitieron el muestreo y siempre observaron una tendencia a la baja. Cuarenta a?os despu¨¦s ya no hallaron ning¨²n lir¨®n careto, y solo 27 ratones. Igual de llamativo es el hecho de que los pocos que quedan han pasado de tener una media de 30 gramos a sumar apenas 20 gramos.
En el parque de Do?ana, adem¨¢s de haber menos ratones de campo pesan un tercio menos
Miguel Delibes de Castro, profesor honor¨ªfico de la Estaci¨®n Biol¨®gica de Do?ana, apunta varias posibles causas del empeque?ecimiento de los ratones. ¡°La primera es clim¨¢tica, tiene que ver con la temperatura¡±, dice. Y recuerda lo que estipula la regla de Bergmann, una especie de ley biol¨®gica seg¨²n la cual dentro de la misma especie los animales que habitan en lugares m¨¢s fr¨ªos tienden a ser m¨¢s grandes que sus cong¨¦neres de zonas m¨¢s c¨¢lidas. Do?ana, como toda la regi¨®n, se ha ido calentando en las ¨²ltimas d¨¦cadas por el cambio clim¨¢tico. ¡°Los ratones ahora hallar¨ªan el ¨®ptimo con tama?os m¨¢s peque?os¡±, a?ade Delibes de Castro.
Otra posibilidad es m¨¢s espec¨ªfica del parque: que la ausencia de conejos est¨¦ provocando que los depredadores se ceben con los roedores m¨¢s grandes. Esto causar¨ªa una presi¨®n selectiva en favor de los m¨¢s peque?os. No obstante, para saber si tal presi¨®n se ha incorporado a la gen¨¦tica de los ratones habr¨ªa que averiguar si se han producido variaciones en la parte del genoma que tiene que ver con el tama?o. Y esto s¨ª que lo han observado con los salmones atl¨¢nticos en el otro extremo de Europa, en el norte de Finlandia.
El bi¨®logo de la Universidad de Helsinki (Finlandia) Craig Primmer lleva a?os estudiando los cambios gen¨¦ticos en los salmones. En particular, se ha fijado en las variaciones en un gen, el vgll3, que aparece relacionado con ¡°la edad en la que los salmones regresan de su migraci¨®n marina, maduran y se reproducen¡±. Ese gen interviene tambi¨¦n en el inicio de la pubertad en los humanos. El papel en la maduraci¨®n de los peces es clave en el tama?o que puedan alcanzar.
Primmer ha estado investigando dos poblaciones de salmones que regresan a dos r¨ªos diferentes a desovar y morir. Unos, los del r¨ªo Inarojoki, no han cambiado de tama?o medio en casi 40 a?os. Los segundos, lo del r¨ªo Tenojoki, han perdido la mitad de su peso medio en los machos y un 10% en las hembras. Al estudiar sus genes, no detectaron grandes cambios en los salmones del primer r¨ªo, pero en el segundo la frecuencia de la variante gen¨¦tica que favorece un mayor tama?o se ha reducido en un 18% en cuatro d¨¦cadas.
Primmer tiene dos posibles explicaciones a esta reducci¨®n: ¡°Una es la menor supervivencia del salm¨®n durante su migraci¨®n marina, lo que tendr¨ªa un efecto mayor (negativo) en la de aquellos individuos que pasan m¨¢s a?os en el mar, es decir, los de maduraci¨®n tard¨ªa, que tambi¨¦n son los m¨¢s grandes. La otra es que la pesca selectiva de individuos m¨¢s grandes podr¨ªa resultar en una reducci¨®n del tama?o medio. En ambos casos, ser¨ªa adaptativo (mayor probabilidad de sobrevivir para reproducirse) que el salm¨®n regresara del mar antes y, por lo tanto, ser¨ªa m¨¢s peque?o en promedio¡±.
El adelanto de la migraci¨®n es uno de los mayores impactos que est¨¢ teniendo el cambio clim¨¢tico en muchas especies, en particular entre las aves. Es lo que vienen comprobando ornit¨®logos del Museo Field de Historia Natural (Chicago, EE UU). Desde hace d¨¦cadas tienen la macabra costumbre de recoger los p¨¢jaros que chocan contra los rascacielos cercanos. Los edificios est¨¢n en medio de la migraci¨®n hacia el sur. Y han comprobado que las aves cada vez chocan antes. Pero al medirlas y pesarlas tambi¨¦n han visto que pesan cada vez menos aunque sus alas sean cada vez m¨¢s grandes.
¡°Un tama?o corporal m¨¢s peque?o significa que hay una mayor ratio de ¨¢rea superficial por volumen. Esto puede ayudar a disipar el calor y conferir una ventaja selectiva en temperaturas m¨¢s c¨¢lidas¡±Brian Weeks, ornit¨®logo de la Universidad de Michigan (EE UU)
El ornit¨®logo de la Universidad de Michigan (EE UU) Brian Weeks expone las dos hip¨®tesis que hay sobre estos cambios: ¡°Un tama?o corporal m¨¢s peque?o significa que hay una mayor ratio de ¨¢rea superficial por volumen. Esto puede ayudar a disipar el calor y conferir una ventaja selectiva en temperaturas m¨¢s c¨¢lidas. Esto est¨¢ relacionado con la explicaci¨®n cl¨¢sica de la relaci¨®n espacial entre tama?o y temperatura¡±, dice. Por tanto, aparece de nuevo la regla de Bergmann vista en los ratones de Do?ana. La otra explicaci¨®n tiene que ver con la plasticidad, con la capacidad de adaptarse a los cambios m¨¢s r¨¢pidos: ¡°En este caso, los individuos que crecen en entornos con temperaturas m¨¢s c¨¢lidas se desarrollan m¨¢s deprisa, pero son m¨¢s peque?os; esto no necesita de ninguna selecci¨®n ni cambio gen¨¦tico. Este mecanismo est¨¢ muy extendido entre los ectotermos [animales de sangre fr¨ªa] y tambi¨¦n puede ser lo que est¨¢ impulsando la relaci¨®n entre temperatura y tama?o en los endotermos, pero no lo sabemos¡±, concluye Weeks.
Esas dudas dominan a las certezas sobre la universalidad del encogimiento de la vida animal y sus causas. Jennifer Sheridan, del Museo de Historia Natural Carnegie (Pittsburgh, EE UU), public¨® hace una d¨¦cada una revisi¨®n sobre lo que la ciencia sab¨ªa de lo que estaba pasando con los animales. Ahora est¨¢ revisando de nuevo los ¨²ltimos estudios y sigue sin haber una respuesta clara sobre el qu¨¦ y los porqu¨¦s.
¡°Curiosamente, el proceso de contracci¨®n no parece ser universal y todav¨ªa estamos tratando de saber m¨¢s sobre patrones generales¡±, responde Sheridan en un correo. Entre las dudas, ¡°a¨²n no sabemos si la reducci¨®n de tama?o es m¨¢s com¨²n entre los ectotermos o en los endotermos (en los dos ha habido encogimiento, pero tambi¨¦n ausencia de cambios), o si los organismos tropicales o los de climas templados tienen m¨¢s probabilidades de sufrir este impacto¡±, a?ade. En su nuevo estudio, a¨²n por publicar, vuelven a observar que no hay unanimidad sobre el car¨¢cter universal del empeque?ecimiento.
M¨¢s certezas existen sobre las causas, aunque Sheridan recuerda que hay que ir caso por caso: ¡°Para los casos en los que la alteraci¨®n de la temperatura es la responsable, es bastante seguro decir que son antropog¨¦nicos, porque sabemos que el cambio clim¨¢tico es en gran medida antropog¨¦nico. Hay otros ejemplos de disminuci¨®n de tama?o no relacionados con el cambio clim¨¢tico, como los debidos a presiones pesqueras, que tambi¨¦n son debidas a los humanos. M¨¢s all¨¢ de eso, hasta que se identifiquen los mecanismos espec¨ªficos, no sabremos cu¨¢nto de todo esto se debe a causas antropog¨¦nicas¡±.
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