C¨®mo los atardeceres rojos de Haw¨¢i permitieron a un cient¨ªfico aficionado descubrir las corrientes en chorro
El reverendo Sereno Edwards Bishop dio con la primera explicaci¨®n convincente a los singulares crep¨²sculos que se observaron en Hawai en 1883
La tarde del 5 de septiembre de 1883, la gente de Honolulu presenci¨® una espectacular puesta de sol seguida de un periodo crepuscular descrito como un ¡°sensacional y peculiar resplandor al atardecer¡±. No hubo otras se?ales extraordinarias, pero estas luces excepcionales volvieron cada ma?ana y cada tarde durante las semanas siguientes.
Entre los perplejos ciudadanos de Honolulu se encontraba el reverendo Sereno Edwards Bishop, que tuvo una variada carrera en Haw¨¢i en la que fue capell¨¢n, director de escuela y top¨®grafo, y que ten¨ªa un especial inter¨¦s por la ciencia. Durante las semanas y meses siguientes, los singulares resplandores en las puestas de sol se produjeron en todo el planeta. Sorprendentemente, mientras los cient¨ªficos se esforzaban por comprender el origen de los colores crepusculares, Bishop dio con la primera explicaci¨®n convincente.
Sus hallazgos condujeron a la investigaci¨®n cient¨ªfica de los vientos a gran altura y, en ¨²ltima instancia, aportaron informaci¨®n que todav¨ªa hoy se utiliza para predecir el tiempo atmosf¨¦rico durante periodos prolongados de tiempo.
Soy meteor¨®logo en Haw¨¢i y ayud¨¦ a la revalorizaci¨®n de la fundamental contribuci¨®n de Bishop a la exploraci¨®n cient¨ªfica de la atm¨®sfera superior.
Una erupci¨®n volc¨¢nica a medio mundo de distancia
Ahora sabemos que las luces de 1883 se debieron a que el sol, que estaba por debajo de la l¨ªnea del horizonte visible, ilumin¨® una neblina de peque?as gotas l¨ªquidas en la atm¨®sfera a gran altura.
La niebla estaba formada por gotas de ¨¢cido sulf¨²rico que se formaron por reacciones de las cantidades masivas de gas de di¨®xido de azufre producidas por la erupci¨®n del volc¨¢n Krakatoa, cercano al ecuador en Indonesia, el 27 de agosto de 1883. La erupci¨®n llev¨® las gotas hacia la atm¨®sfera y los vientos las trasladaron por todo el mundo. Se extendieron de manera gradual y hasta noviembre no se empez¨® a observar el resplandor en Londres.
Mucho m¨¢s tarde, los cient¨ªficos observaron efectos similares despu¨¦s de junio de 1991, cuando se produjo la erupci¨®n del volc¨¢n Pinatubo en Filipinas. Se pudo hacer un seguimiento detallado por sat¨¦lite del material que Pinatubo introdujo en la atm¨®sfera superior y se estableci¨® claramente su conexi¨®n con las espectaculares puestas de sol y los resplandores crepusculares.
En 1883, Bishop no ten¨ªa ni idea de que se hab¨ªa producido una erupci¨®n volc¨¢nica hasta que lleg¨® el peri¨®dico de San Francisco. Con pasmosa rapidez, el cient¨ªfico aficionado formul¨® una hip¨®tesis que public¨® como carta en el peri¨®dico local: ¡°Me dispongo a conjeturar que algunos elementos muy ligeros de los vapores generados en las erupciones de Java se han mantenido a gran altura en la atm¨®sfera y se han transportado (¡) a trav¨¦s del Pac¨ªfico hasta esta zona¡±, escribi¨® Bishop.
Cay¨® en la cuenta de que pod¨ªa relacionar la erupci¨®n con los cielos resplandecientes de forma m¨¢s cre¨ªble si reun¨ªa informes de la primera aparici¨®n de los resplandores en otros lugares y rastreaba la propagaci¨®n inicial del ¡°vapor¡± desde el Krakatoa. En la carta, Bishop prosegu¨ªa: ¡°Invito encarecidamente, en nombre de la ciencia, a que las tripulaciones publiquen lo que puedan haber observado en el mar¡±.
Bishop reuni¨® una docena de esos informes durante las tres primeras semanas despu¨¦s de la erupci¨®n. Y pudo demostrar que el ¡°vapor¡± que produc¨ªan los resplandores se hab¨ªa desplazado hacia el oeste del Krakatoa, a lo largo del ecuador, para alcanzar as¨ª Honolulu 10 d¨ªas m¨¢s tarde, lo que implicaba que hab¨ªa un viento en la atm¨®sfera superior que soplaba constantemente con una velocidad extrema que, a nivel del suelo, solo se observa en los huracanes.
Bishop public¨® sus observaciones en The Hawaiian Monthly y concluy¨® que hab¨ªa una ¡°corriente de humo, de gran claridad y tama?o, que se dirig¨ªa al oeste a lo largo del cintur¨®n ecuatorial y que se mov¨ªa a una enorme velocidad alrededor del planeta¡±.
La corriente en chorro ecuatorial
Bishop llam¨® al movimiento de aerosol volc¨¢nico ¡°corriente de humo¡±. De hecho, los vientos ecuatoriales que trasportaban el aerosol fueron el primer descubrimiento de lo que ahora llaman los meteor¨®logos una corriente en chorro.
Medio siglo m¨¢s tarde, las experiencias de los pilotos que volaban a varios kil¨®metros de altura revelaron la existencia de las corrientes en chorro extratropicales que se encuentran m¨¢s abajo en la atm¨®sfera y que ahora aparecen a diario en los informativos meteorol¨®gicos de televisi¨®n. Las corrientes en chorro son bandas de viento fuerte, por lo general estrechas. Las m¨¢s conocidas corrientes en chorro atmosf¨¦ricas a menor altura mueven los sistemas meteorol¨®gicos en las latitudes medias de oeste a este. En cambio, la corriente en chorro de Bishop rodea el ecuador a gran altura y sopla de este a oeste.
El trabajo de Bishop abri¨® la puerta a nuevas exploraciones de la corriente en chorro ecuatorial que culminaron con el descubrimiento en 1961 de que esta corriente en chorro cambiaba de fuertes vientos del este a fuertes vientos del oeste aproximadamente cada dos a?os. Este fen¨®meno, conocido como oscilaci¨®n cuasi bienal, est¨¢ relacionado con el tiempo meteorol¨®gico cerca del suelo, sobre todo en Europa y en el Atl¨¢ntico Norte, un hecho que ahora se aprovecha normalmente para hacer previsiones meteorol¨®gicas a largo plazo.
Los cient¨ªficos que le siguieron reconocieron la contribuci¨®n de Bishop, que gan¨® un premio del Observatorio Warner de Nueva York en un concurso de ensayos para explicar los resplandores tras el Krakatoa. Bishop incluso mereci¨® una breve necrol¨®gica en una revista cient¨ªfica de meteorolog¨ªa estadounidense.
Bishop, que era hijo de misioneros, tambi¨¦n fue una figura que caus¨® divisiones en Haw¨¢i, porque apoy¨® la anexi¨®n del archipi¨¦lago por parte de Estados Unidos y sus opiniones religiosas se opon¨ªan a algunas tradiciones locales, como la danza hula. Sus contribuciones cient¨ªficas fueron en gran medida olvidadas en el siglo XX.
Un comit¨¦ cient¨ªfico internacional ha celebrado el 60? aniversario del descubrimiento de la oscilaci¨®n cuasi bienal, lo que presenta una oportunidad para recordar a Bishop y su descubrimiento.
Kevin Hamilton es profesor em¨¦rito de ciencias atmosf¨¦ricas en la Universidad de Haw¨¢i.
Este art¨ªculo fue publicado originalmente en The Conversation en ingl¨¦s
Traducci¨®n de NewsClips
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