¡°Los tratamientos contra el c¨¢ncer eran como intentar arreglar un televisor con un martillo¡±
El onc¨®logo William Kaelin, ganador del Nobel de Medicina, conf¨ªa en que descubrimientos inminentes cambiar¨¢n por completo la lucha contra los tumores
El m¨¦dico William Kaelin no quer¨ªa ganar el Nobel de Medicina. Su esposa, la reputada onc¨®loga Carolyn Scerbo, hab¨ªa vaticinado que ¨¦l acabar¨ªa siendo galardonado. Juntos se divert¨ªan pensando en c¨®mo transformar¨ªa sus vidas el premio sueco, que convierte a sus ganadores en semidioses en el imaginario colectivo. En 2015, ella muri¨® por un c¨¢ncer cerebral letal a los 54 a?os. Kaelin, sin su ¡°mejor amiga, alma gemela y compa?era de vida¡±, dese¨® un a?o tras otro no recibir la llamada de Estocolmo. Ya no quer¨ªa ganarlo, pero estaba en todas las quinielas. El m¨¦dico, un neoyorquino de 63 a?os, hab¨ªa ayudado a descubrir el mecanismo por el que las c¨¦lulas detectan el ox¨ªgeno disponible y se adaptan a ¨¦l, un hallazgo que ha abierto la puerta a nuevos tratamientos contra su gran enemigo, el c¨¢ncer, y tambi¨¦n contra la anemia. El 7 de octubre de 2019, son¨® su tel¨¦fono en plena noche. Acababa de ganar el Nobel de Medicina.
Kaelin, de la Escuela de Medicina de Harvard, responde a las preguntas de EL PA?S desde su casa de Boston, antes de participar por videoconferencia en una reuni¨®n con j¨®venes cient¨ªficos en el Instituto de Salud Global de Barcelona, dentro de la Iniciativa Inspiraci¨®n Premio Nobel, apoyada por la Fundaci¨®n AstraZeneca. ¡°Espero que descubramos algo en los pr¨®ximos 10 a?os que cambie por completo la lucha contra el c¨¢ncer¡±, afirma Kaelin. ?l est¨¢ en primera l¨ªnea para lograrlo.
Pregunta. Uno de sus profesores en la universidad le dijo que usted no ten¨ªa futuro en la ciencia.
Respuesta. S¨ª, ya falleci¨®. Estuve en el laboratorio equivocado, con el profesor equivocado y con el proyecto equivocado. Pero yo era un chico de casi 20 a?os y me cre¨ª la cr¨ªtica. Solo tras hablar m¨¢s tarde con otros cient¨ªficos me di cuenta de que quiz¨¢ el problema no era yo.
P. Cuando era joven, usted pensaba que la biolog¨ªa era ¡°terriblemente aburrida¡±.
R. S¨ª, no soy el ¨²nico. He le¨ªdo las biograf¨ªas de muchos bi¨®logos de mi generaci¨®n y muchos de ellos, como yo, pensaron que la biolog¨ªa era muy aburrida, porque era muy descriptiva, como coleccionar sellos. En las d¨¦cadas de 1960 y 1970 hab¨ªa que memorizar un mont¨®n de nombres de plantas y animales, pero nos faltaban herramientas para llevar a cabo experimentos explicativos. Cuando est¨¢s en el instituto, lo m¨¢s importante que puedes aprender es a pensar con claridad, de manera l¨®gica y rigurosa. Si lo aprendes estudiando biolog¨ªa, maravilloso, pero tambi¨¦n lo puedes lograr en otras disciplinas. Puedes reinventarte varias veces por el camino, pero tienes que aprender a pensar.
Puedes reinventarte varias veces por el camino, pero tienes que aprender a pensar
P. Usted naci¨® en 1957, el a?o del lanzamiento del sat¨¦lite sovi¨¦tico Sputnik, y lleg¨® a ir a los desfiles de bienvenida a los astronautas estadounidenses que llegaron a la Luna en 1969. ?Cree que los ni?os de hoy tienen suficientes h¨¦roes cient¨ªficos?
R. Cuando Barack Obama era presidente, dijo que necesit¨¢bamos otro momento Sputnik. Y supe perfectamente lo que quer¨ªa decir: ese momento en el que la imaginaci¨®n de las personas se expande y aparecen nuevas posibilidades. Yo me benefici¨¦ del inter¨¦s en la ciencia y en la ingenier¨ªa en los a?os sesenta, impulsado por la carrera espacial y la Guerra Fr¨ªa. Creo que, al menos en EE UU, y me temo que en otras partes del mundo, los pol¨ªticos a veces perturban el funcionamiento de la ciencia y cuestionan las motivaciones de los cient¨ªficos si no les gustan sus conclusiones. Ah¨ª est¨¢ por ejemplo el cambio clim¨¢tico. Hay gente que, por intereses pol¨ªticos o econ¨®micos, pone en duda las motivaciones de los cient¨ªficos. A m¨ª esto me preocupa, porque confunde a los j¨®venes.
P. Cuando su esposa muri¨® por un c¨¢ncer cerebral, usted pidi¨® a los asistentes al funeral que no llevasen flores, sino que hicieran donaciones para la investigaci¨®n del c¨¢ncer. ?Hace falta m¨¢s dinero?
R. Disponer de m¨¢s dinero y recursos solo puede ayudar. Cuanto m¨¢s inviertas en ciencia, m¨¢s conocimiento generar¨¢s y m¨¢s progresar¨¢s en el tratamiento de las enfermedades. Pero no es solo una cuesti¨®n de dinero, importa todo el ecosistema: hay que celebrar la ciencia y tener un sistema educativo potente. Una vez que cumples estas condiciones, cuanto m¨¢s recursos tengas, mejor. A veces no financiamos suficientemente la ciencia.
Cuanto m¨¢s dinero inviertas en ciencia, m¨¢s progresar¨¢s en el tratamiento de las enfermedades
P. Ahora que comprendemos mejor los sensores de ox¨ªgeno en las c¨¦lulas, ?qu¨¦? ?Qu¨¦ f¨¢rmacos podemos tener a corto plazo?
R. Ya tenemos unos nuevos f¨¢rmacos que, al tomarlos, enga?an al cuerpo para que piense que no est¨¢ recibiendo suficiente ox¨ªgeno y responda, por ejemplo, formando m¨¢s gl¨®bulos rojos. Uno de estos f¨¢rmacos, el roxadustat, en el que yo he estado implicado, ha sido autorizado recientemente en Europa como tratamiento contra la anemia. Ahora sabemos que el c¨¢ncer a menudo secuestra el sistema, cogiendo las riendas de los sensores de ox¨ªgeno, para enga?ar al cuerpo y que abastezca al tumor de sangre. Hay nuevos f¨¢rmacos, como los llamados inhibidores de HIF-2, que son muy prometedores en ciertos tipos de c¨¢ncer. El primero de estos f¨¢rmacos fue aprobado en agosto para el tratamiento de la enfermedad de Von Hippel-Lindau, una afecci¨®n rara que causa c¨¢ncer, pero me sorprender¨ªa mucho si no se aprueban tambi¨¦n para otros tumores, incluido el de ri?¨®n.
P. En su discurso del Nobel afirm¨® que, en realidad, sus descubrimientos arrancan con un estudio del m¨¦dico brit¨¢nico Edward Treacher Collins de 1894 [sobre el extra?o crecimiento de vasos sangu¨ªneos en los ojos de dos hermanos]. La ciencia a veces es muy lenta. ?C¨®mo se puede ir m¨¢s r¨¢pido?
R. Hubo un punto de inflexi¨®n en el a?o 2000, con la publicaci¨®n del primer borrador del genoma humano. Alg¨²n d¨ªa echaremos la vista atr¨¢s y diremos que aquello fue el Big Bang, porque est¨¢ acelerando radicalmente el progreso en las ciencias biom¨¦dicas. Estamos en una ¨¦poca dorada. No es casualidad que hiciera falta tanto tiempo para descifrar lo que Treacher Collins hab¨ªa descrito. Es que, sencillamente, no ten¨ªamos las herramientas. Ahora todo va mucho m¨¢s r¨¢pido.
P. ?C¨®mo era el tratamiento del c¨¢ncer en los a?os ochenta?
R. Se basaba sobre todo en f¨¢rmacos que se hab¨ªan descubierto al ver su capacidad para matar o inhibir las c¨¦lulas cancerosas en placas de laboratorio. Pero no hab¨ªa un conocimiento real de los entresijos moleculares de estos tumores. No sab¨ªamos qu¨¦ genes estaban alterados. Era como intentar arreglar un televisor con un martillo. Ahora podemos desarrollar f¨¢rmacos realmente dirigidos a estos mecanismos moleculares, en vez de depender de f¨¢rmacos que matan indiscriminadamente c¨¦lulas cancerosas y c¨¦lulas normales.
En 10 o 20 a?os podemos ver nuevos enfoques que ahora ni imaginamos
P. Quiz¨¢ en un futuro cercano, en 10 o 20 a?os, analizaremos la etapa actual y pensaremos que tambi¨¦n est¨¢bamos arreglando la televisi¨®n con un martillo.
R. Creo que las cosas cambiaron en el a?o 2000. A riesgo de usar otra analog¨ªa, creo que estamos intentando arreglar un coche y en el a?o 2000 al menos fuimos capaces por primera vez de abrir el cap¨® y ver el motor. Ese fue el punto de inflexi¨®n.
P. ?C¨®mo imagina la lucha contra el c¨¢ncer en 10 o 20 a?os?
R. Hay una gran diferencia entre la ciencia y la ingenier¨ªa. Cuando [el presidente estadounidense John Fitzgerald] Kennedy dijo que ¨ªbamos a poner un hombre en la Luna en una d¨¦cada, fue porque poner un hombre en la Luna era sobre todo un problema de ingenier¨ªa. Los principios cient¨ªficos necesarios ya se conoc¨ªan en 1960, as¨ª que se pod¨ªa calcular razonadamente que en 10 a?os ser¨ªa posible. En ciencia hay una impredecibilidad mucho mayor. De repente, aprendes algo que cambia por completo tu forma de pensar y aparecen oportunidades que no pod¨ªas ni imaginar. Yo siempre soy un poco reacio a predecir c¨®mo ser¨¢ el tratamiento del c¨¢ncer en una d¨¦cada o dos, porque me decepcionar¨ªa si todas mis predicciones son correctas. Espero que descubramos algo en los pr¨®ximos 10 a?os que cambie por completo la lucha contra el c¨¢ncer. Dicho esto, necesitamos avanzar hacia esta medicina de precisi¨®n, en vez de las viejas quimioterapias que eran bastante rudimentarias. Muchos f¨¢rmacos de precisi¨®n se utilizan actualmente como ¨²nico tratamiento, pero tenemos que combinarlos, porque sabemos que ese es el camino para curar el c¨¢ncer y para evitar que aparezcan resistencias. Un f¨¢rmaco puede matar las c¨¦lulas cancerosas, mientras que otro activa el sistema inmune para que sea m¨¢s efectivo contra el c¨¢ncer. Tambi¨¦n me puedo imaginar nuevas maneras de corregir genes defectuosos implicados en el c¨¢ncer. En 10 o 20 a?os podemos ver nuevos enfoques que ahora ni imaginamos.
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