La ¡°guerra cient¨ªfica¡± de la erupci¨®n de El Hierro, una lecci¨®n que evit¨® el caos en La Palma
La aparici¨®n de un volc¨¢n submarino en 2011 tras meses de terremotos y controversias destap¨® pol¨¦micas entre instituciones, pol¨ªticos y ge¨®logos, unos problemas que se han logrado evitar en Cumbre Vieja
En los dos meses que el volc¨¢n sin nombre lleva arrasando La Palma, nos hemos acostumbrado a la rutina de los comunicados cient¨ªficos consensuados, a la normalidad de las distintas administraciones remando en la misma direcci¨®n, a la sencillez de una gesti¨®n coordinada. Pero hace justo 10 a?os, el escenario era totalmente opuesto. Durante la erupci¨®n que afect¨® a la isla de El Hierro en oto?o de 2011, los cient¨ªficos se insultaban entre ellos, las instituciones se daban la espalda, los pol¨ªticos tomaban decisiones sin avisarse y los ciudadanos viv¨ªan en un permanente desasosiego de contradicciones. ¡°Aquello fue un caos¡±, repiten quienes lo vivieron. Afortunadamente, aquella erupci¨®n surgi¨® bajo las aguas, en el mar de las Calmas, sin poner en peligro la vida de la gente. Y se convirti¨® en una lecci¨®n decisiva para no repetir ese caos ahora que las coladas y los gases s¨ª amenazan con peligro a los palmeros.
¡°Hemos mejorado las disfunciones que se vieron, tanto cient¨ªficas en el propio comit¨¦ como en la gesti¨®n, por ser la primera vez que pon¨ªan en marcha el Pevolca [Plan de Emergencias Volc¨¢nicas de Canarias]¡±, explica Mar¨ªa Jos¨¦ Blanco, directora del Instituto Geogr¨¢fico Nacional en Canarias (IGN). El suyo es un rostro habitual en las televisiones de toda Espa?a, ya que se encarga de ponerle voz casi a diario a las conclusiones que acuerda cada ma?ana el comit¨¦ cient¨ªfico que asesora a las autoridades, y tambi¨¦n tuvo que ponerse ante los micros en El Hierro. ¡°En el caso de La Palma, esa experiencia previa ha facilitado mucho porque esas disfunciones se pudieron corregir y solventar en la nueva versi¨®n del plan que est¨¢ ahora operativa¡±, a?ade.
Y esa es una de las principales diferencias con la erupci¨®n de El Hierro. Hoy, las distintas instituciones cient¨ªficas incluidas en el comit¨¦ (IGN, Instituto Geol¨®gico y Minero, Involcan, CSIC, universidades...) se ponen de acuerdo en su an¨¢lisis t¨¦cnico de la situaci¨®n del volc¨¢n, que se transmite a la ciudadan¨ªa con calma y una sola voz, en un ¨²nico comunicado. Hace una d¨¦cada, era una cacofon¨ªa de cient¨ªficos que se contradec¨ªan, que ninguneaban las ruedas de prensa oficiales, que se faltaban al respeto y que asustaban a los herre?os alertando de eventos peligrosos que jam¨¢s ocurrieron.
El presidente del Cabildo de El Hierro tanto en 2011 como ahora, Alpidio Armas, recuerda eso con especial frustraci¨®n. ¡°Los cient¨ªficos vinieron a El Hierro a buscar cada uno su minuto de gloria: cada uno ten¨ªa una visi¨®n diferente y cada uno dec¨ªa una cosa distinta. Hab¨ªa una guerra muy, muy importante¡±, recuerda. No solo eran batallas personales enquistadas hace a?os, sino tambi¨¦n enfrentamientos entre instituciones por el control de la situaci¨®n: ¡°Involcan, el IGN, el CSIC..., todos los que participaban en el tema¡±, denuncia Armas. ¡°Y eso se hac¨ªa p¨²blico, provocaba desasosiego en la gente, porque si te dicen una cosa por la ma?ana y otra distinta a mediod¨ªa, no sabes a qu¨¦ atenerte¡±, lamenta el presidente del Cabildo.
¡°La diferencia tambi¨¦n es que se han jubilado muchas de aquellas divas¡±, se?ala uno de los ge¨®logos que est¨¢n hoy a pie de volc¨¢n en La Palma, en referencia a cient¨ªficos como Ram¨®n Ortiz, Juan Carlos Carracedo y otros ge¨®logos que cada d¨ªa provocaban una pol¨¦mica peor que la anterior. Carracedo, desde fuera del comit¨¦, acusaba en los medios a sus colegas de hacer un ¡°rid¨ªculo internacional¡±. Ortiz, del CSIC, respond¨ªa a las inquietudes con ocurrencias como ¡°preg¨²nteselo usted al volc¨¢n¡±. Los herre?os desayunaban cada ma?ana con una nueva controversia entre cient¨ªficos en los titulares de los peri¨®dicos; que si habr¨ªa otra erupci¨®n en la otra punta de la isla, que si habr¨ªa explosiones peligrosas. A falta de una portavoc¨ªa clara y respetada, los medios explotaban esas diferencias recurriendo a distintos ge¨®logos que confund¨ªan a la poblaci¨®n haciendo lecturas contrapuestas de la erupci¨®n y cruz¨¢ndose acusaciones.
Nacionalismo volc¨¢nico
Las diferencias entre las instituciones ten¨ªan tambi¨¦n una vertiente pol¨ªtica muy clara. Todo hab¨ªa comenzado en 2004, cuando una serie de se¨ªsmos en la isla del Teide, Tenerife, alert¨® a las autoridades: no hab¨ªa nadie que se encargara de la vigilancia vulcanol¨®gica en Espa?a. De inmediato se legisl¨® para encomendar esta tarea al IGN, que mantiene esas competencias. Pero en 2010 el Cabildo de Tenerife cre¨® una empresa p¨²blica, el Instituto Volcanol¨®gico de Canarias, con la intenci¨®n de realizar esa funci¨®n en el archipi¨¦lago, tras recibir el apoyo a su creaci¨®n en el Senado y el Congreso a petici¨®n de los nacionalistas canarios.
Cuando en el verano de 2011 comenz¨® un enjambre s¨ªsmico en El Hierro, muy pocos en Canarias aceptaban la autoridad del IGN, recuerdan fuentes del organismo. El desorden era tal que el parlamento canario tuvo que aprobar un marco normativo que regulara el funcionamiento del comit¨¦ de crisis 10 d¨ªas despu¨¦s de la erupci¨®n. Era como reparar un avi¨®n en marcha.
Ahora todos los l¨ªderes pol¨ªticos, de todos los partidos, trabajan juntos para mitigar los efectos de la crisis. ¡°Eso no pas¨® en el volc¨¢n de El Hierro, lo digo con absoluta claridad¡±, denuncia Armas. Y remata: ¡°Se hizo pol¨ªtica de muy baja estofa¡±. Se evacu¨® la peque?a poblaci¨®n costera de La Restinga por temor a los gases de la erupci¨®n submarina y se hizo sin avisar al presidente del Cabildo (PSOE), la principal instituci¨®n insular. ¡°Lo anunci¨® el Gobierno canario cuando se conectaba con la televisi¨®n auton¨®mica para que saliera en directo. Esto da s¨ªntoma de c¨®mo se gestion¨® el tema del volc¨¢n¡±, lamenta Armas, que hab¨ªa llegado al cargo unos meses antes con una moci¨®n que desalojaba a Coalici¨®n Canaria. ¡°Se utiliz¨® a los medios de comunicaci¨®n y otro tipo de cuestiones para hacer pol¨ªtica mala. Y esto no est¨¢ pasando en La Palma afortunadamente; es la diferencia fundamental¡±, resalta.
Las fricciones y desconfianzas entre instituciones culminaron en una reuni¨®n en Madrid, un mes despu¨¦s de que comenzara la erupci¨®n, en la que participaron solo cient¨ªficos de instituciones estatales, dejando fuera a los del archipi¨¦lago. El esc¨¢ndalo fue may¨²sculo, porque echaba sal en la herida de la ciencia canaria, y provoc¨® una queja formal en el Ministerio de Ciencia.
Equilibrio delicado
En estas semanas, todos los organismos cient¨ªficos convocados dentro del Pevolca acuerdan a diario un diagn¨®stico de la erupci¨®n, cada uno aportando informaci¨®n en funci¨®n de su instrumental y conocimientos. Y el IGN asume la portavoc¨ªa, que nadie discute. No obstante, los nubarrones no est¨¢n disipados por completo: el Gobierno de Canarias ha anunciado que comprar¨¢ Involcan por 600.000 euros y su presidente, ?ngel Victor Torres, estuvo a punto de darle una patada al avispero herre?o cuando propuso que el IGN tuviera su sede en Canarias, dentro del debate de descentralizaci¨®n de las instituciones espa?olas.
Blanco, que dirige el IGN en el archipi¨¦lago, explica que hay 15 personas dedicadas a estas tareas en la sede de Santa Cruz de Tenerife y entre 15 y 20 en Madrid ¡°que reciben los datos igual que nosotros a trav¨¦s de los mismos servidores, por lo tanto da igual¡±. ¡°La parte de campo es m¨¢s sencillo si est¨¢s en el entorno en que vas a desarrollarlo, por supuesto, pero para el an¨¢lisis de datos no importa d¨®nde est¨¦s¡±, a?ade. Todo se mantiene en un equilibrio muy delicado que se esfuerzan en sostener mientras la crisis volc¨¢nica sigue viva.
No solo se ha aprendido a dejar a un lado los egos ¡ªpol¨ªticos y cient¨ªficos¡ª cuando la vida de la gente est¨¢ en juego. Tambi¨¦n se aprendieron cuestiones pr¨¢cticas y t¨¦cnicas, como la necesidad de tener disponible un buque cient¨ªfico disponible en una erupci¨®n que se da en medio del oc¨¦ano. En el volc¨¢n submarino de El Hierro ¡ªllamado Tagoro¡ª fue especialmente sangrante porque esta carencia imped¨ªa saber lo que pasaba bajo el agua. Cuando lleg¨® el Ram¨®n Margalef, pr¨¢cticamente reci¨¦n botado, comenz¨® ¡°una l¨ªnea de investigaci¨®n que no exist¨ªa para nosotros hace 10 a?os, la vulcanolog¨ªa marina¡±, se?ala Eugenio Fraile, cient¨ªfico del Instituto Espa?ol de Oceanograf¨ªa (IEO). ¡°Ahora somos un referente internacional y estamos muy orgullosos¡±, a?ade.
Fraile estuvo en aquella campa?a improvisada sobre el Tagoro en 2011, que luego se convirti¨® en un proyecto a largo plazo que todav¨ªa contin¨²a (Vulcana), y tambi¨¦n ha estado en el Margalef vigilando la erupci¨®n de La Palma. En esta ocasi¨®n, el buque lleg¨® a tiempo, antes de que la lava llegara al mar, entre otras cosas porque ahora el IEO ya forma parte del Pevolca. ¡°Se vio que nuestro trabajo tambi¨¦n es clave para una mejor gesti¨®n de la crisis y minimizar da?os. Hemos aprendido mucho en estos a?os, porque esto ha pasado, pasa y volver¨¢ a pasar¡±, resume Fraile.
Ense?anzas y mejoras
Blanco reconoce otros aprendizajes, como la mejora de la preparaci¨®n del personal. ¡°Aunque ya lo sab¨ªamos, en El Hierro comprendimos que las redes de estaciones tienen que ser muy densas para poder hacer una detecci¨®n de las se?ales m¨¢s tempranas; no hay nada como corroborarlo con la realidad, la necesidad de una cobertura insultar adecuada¡±. En La Palma, gracias a eso, ya hab¨ªa un despliegue de instrumentaci¨®n que ¡°pr¨¢cticamente no ha habido que aumentar¡±, se?ala: ¡°Se han a?adido muy pocas estaciones, ya m¨¢s centradas en la zona de la erupci¨®n¡±. L¨®gicamente, se han aprovechado novedades como los sat¨¦lites del programa Copernicus y los drones, ¡°herramientas que antes no estaban disponibles y que facilitan mucho el poder interpretar de manera continua la informaci¨®n sobre la erupci¨®n y del avance de las coladas¡±, indica Blanco.
Para el presidente herre?o no hay dudas: lo que padeci¨® hace una d¨¦cada ha evitado el caos en el escenario actual. ¡±Ciertamente, se aprendi¨® la lecci¨®n de El Hierro y se aprendi¨® por lo menos lo que no se deb¨ªa hacer porque se hizo mal. En la coordinaci¨®n cient¨ªfica tambi¨¦n. Las ense?anzas extra¨ªdas de El Hierro han evitado m¨¢s problemas en el volc¨¢n de La Palma¡±, aplaude.
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