Hemos criado gallinas durante milenios, pero ?qu¨¦ sabemos de ellas aparte de que nos dan huevos?
El ave m¨¢s numerosa del planeta tiene vida social, personalidad, memoria, comunicaci¨®n y empat¨ªa, por lo que es importante conocer el impacto negativo de alterar sus din¨¢micas sociales
La gallina es un ave dom¨¦stica no voladora que pone huevos y se come. Esto es b¨¢sicamente lo que la mayor¨ªa sabemos sobre ella, pero no mucho m¨¢s.
Es normal, ya que al ser un animal del que obtenemos beneficios, tendemos a mirarlo desde un punto de vista utilitarista y nos puede costar cambiar la perspectiva. No obstante, desde la ciencia se han investigado bastante a estas aves porque son sociales, f¨¢ciles de criar y se habit¨²an r¨¢pido a los humanos. Ya es hora de que el conocimiento existente sobre las gallinas vaya calando un poco m¨¢s en la sociedad. Puede ser que de esta manera, les cojamos m¨¢s simpat¨ªa y aprendamos a cuidarlas mejor.
Es conveniente comenzar la presentaci¨®n por los or¨ªgenes. Las gallinas y gallos dom¨¦sticos (Gallus gallus domesticus) provienen de un ave tropical, el gallo rojo (Gallus gallus), que habita libremente los bosques del Sureste Asi¨¢tico. Si copulasen estas dos aves, tendr¨ªan descendencia f¨¦rtil, por lo que la variedad dom¨¦stica se considera una subespecie de la salvaje. Los arque¨®logos han encontrado f¨®siles de gallinas domesticadas tanto en China como en la India que tienen casi 10.000 a?os de antig¨¹edad, pero un estudio gen¨¦tico indica que la domesticaci¨®n pudo haberse producido hace unos 58.000 a?os, con un margen de error de 16.000 a?os. Es decir, decenas de miles de a?os antes de que se generalizasen la ganader¨ªa y la agricultura.
El estudio de f¨®siles de gallina en China e India los datan hace 58.000 a?os, decenas de miles de a?os antes de que se generalizasen la ganader¨ªa y la agricultura
Ser una gallina es una experiencia totalmente diferente a la de ser un humano. Para empezar, tienen un sentido m¨¢s que nosotros: la magnetorrecepci¨®n. Como otras aves, poseen una br¨²jula interna, pero ?para qu¨¦ iba a necesitarla una gallina? Al fin y al cabo, son aves no voladoras con un ¨¢rea de campeo relativamente peque?a, lo que no tiene nada que ver con las aves migratorias que necesitan viajar miles de kil¨®metros. Tenemos entonces que acordarnos del gallo rojo y su h¨¢bitat. Cualquiera que haya estado en un bosque tropical, con una vegetaci¨®n tan densa que no deja ver el sol, sabe lo f¨¢cil que es perderse.
Su vista es excelente, como la nuestra, pero no miran igual. Utilizan el ojo derecho para los detalles peque?os como la comida y el izquierdo lo dedican a los nuevos est¨ªmulos, como los depredadores que puedan aparecer. Adem¨¢s, a diferencia de nosotros, tambi¨¦n ven en el registro del ultravioleta. La luz artificial normalmente no emite en estas frecuencias tan altas. Para los humanos, esto no nos supone nada, pero s¨ª que limitamos la visi¨®n de las gallinas cuando las privamos de luz natural y la sustituimos por luz artificial.
El o¨ªdo tambi¨¦n es un sentido importante para estos animales desde una edad muy temprana. De hecho, hay investigadores sugiriendo que, cuando los pollos a¨²n est¨¢n en el huevo, se comunican entre ellos mediante sonidos con el objetivo de eclosionar a la vez. En cuanto al olfato y al gusto, existe la idea de que las aves carecen de estos sentidos, pero es err¨®nea, ambos sentidos est¨¢n bastante desarrollados en las gallinas. Por ejemplo, usan el olfato para detectar a los depredadores, e incluso se ha propuesto que ellas mismas podr¨ªan liberar olores para alertar al resto del grupo de la presencia de un depredador.
Para finalizar con el mundo sensorial de las gallinas, es imprescindible mencionar el tacto, poniendo de manifiesto una pr¨¢ctica un tanto criticable desde el punto de vista del bienestar animal. Este sentido se encuentra principalmente en el pico, que lo utilizan para manipular el entorno al igual que nosotros empleamos las manos. Sin embargo, a menudo los criadores de gallinas se lo recortan para evitar que se picoteen las plumas. Dado que el pico contiene m¨²ltiples terminaciones nerviosas, lo m¨¢s probable es que esta pr¨¢ctica les resulte tremendamente dolorosa, estresante e inhabilitante.
Es una suerte que el gallo rojo siga viviendo en estado salvaje, porque, entre otras cosas, podemos conocer su comportamiento social y hacer as¨ª un mejor manejo de la subespecie dom¨¦stica, incrementando su bienestar. Resulta que la gallina es el ave m¨¢s numerosa del planeta, pero tambi¨¦n la que peor vive. En las macrogranjas, donde a veces conviven 10.000 gallinas en un espacio reducido, son frecuentes los casos de canibalismo y autolesi¨®n. Esta vida que les damos no tiene nada que ver con la de sus parientes salvajes, cuyos grupos son mucho m¨¢s peque?os.
La gallina es el ave m¨¢s numerosa del planeta, y la que peor vive: en las macrogranjas se aglomeran 10.000 pollos por lo que son frecuentes los casos de canibalismo y autolesi¨®n
Las gallinas tienen una compleja vida social. Sus sentidos desarrollados les permiten tener un sistema de comunicaci¨®n sofisticado, con m¨¢s de 24 vocalizaciones diferentes. En condiciones naturales, tanto el gallo rojo como la subespecie dom¨¦stica, forman grupos mixtos de entre 2 y 15 individuos en los que hay una jerarqu¨ªa fuerte. Al gallo m¨¢s dominante, encargado de defender el territorio, le siguen de manera lineal el resto de machos y por ¨²ltimo, las hembras. Tambi¨¦n interaccionan con individuos de otros grupos y, a veces, se producen intercambios que alteran la jerarqu¨ªa. Cuando un grupo alcanza cierta estabilidad, se reduce el n¨²mero de agresiones, comen m¨¢s y ponen mayor n¨²mero de huevos.
Es importante que conozcamos el impacto negativo que puede tener para las gallinas alterar sus din¨¢micas sociales. Un dato relevante para comprender su comportamiento es que ambos sexos son promiscuos. El objetivo de los machos es copular con el mayor n¨²mero de hembras posibles y repeler al resto de gallos. En cambio, las gallinas son bastante m¨¢s selectivas: cuanto mejor posicionados est¨¦n los gallos en la jerarqu¨ªa, m¨¢s les gustan. Cuando un macho poco dominante est¨¢ forzando a una gallina y hay un macho dominante cerca, esta vocaliza para que acuda al encuentro y eche al subordinado, tomando as¨ª su lugar. Sin embargo, los machos menos dominantes tambi¨¦n pueden tener oportunidades, porque las gallinas pasan por alto la jerarqu¨ªa si las cortejan con suficiente comida.
La competencia entre los machos por fecundar a las hembras contin¨²a dentro del cuerpo de ¨¦stas, ya que las gallinas pueden almacenar el esperma de distintas parejas durante dos semanas y son los peque?os espermatozoides los que compiten por fecundar los ¨®vulos. Por otra parte, cuando son forzadas en la c¨®pula y no cuentan con otro gallo que las libere, tienen un as en la manga: a menudo expulsan de su interior el semen de los machos menos dominantes y se guardan solo el de sus preferidos.
Esta solo ha sido una breve introducci¨®n al mundo de las gallinas y los gallos, que es mucho m¨¢s complejo de lo que pudiera parecer. Podr¨ªamos a?adir que muestran empat¨ªa hacia sus compa?eros, tienen personalidades diferentes, las cr¨ªas juegan si no est¨¢n estresadas, poseen una memoria tan buena como muchos primates y sus hemisferios cerebrales est¨¢n especializados, lo que les da una sofisticaci¨®n mental singular. Pero, ante todo, son seres sintientes y la manera en la que les tratamos tiene relevancia moral.
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