Los responsables de medir el tiempo quieren jubilar el segundo ¡®bisiesto¡¯
En 2016 se tuvo que a?adir un segundo al final del a?o para compensar la irregularidad en la rotaci¨®n de la Tierra, algo que se ten¨ªa que hacer regularmente. Ahora se busca una soluci¨®n alternativa
Durante siglos, si un reloj adelantaba o atrasaba unos minutos, no pasaba nada. Hace algo m¨¢s de una d¨¦cada, una descoordinaci¨®n de apenas un nanosegundo (la milmillon¨¦sima parte de un segundo) hizo creer a los cient¨ªficos que hab¨ªan descubierto unas part¨ªculas que viajaban por encima de la velocidad de la luz. Hoy, la vida depende de la exactitud al medir el breve lapso de un segundo. El problema es que el segundo en la Tierra no es igual que el segundo en los cielos. Y por eso, los que gobiernan el paso del tiempo han propuesto ahora jubilar el segundo bisiesto que cada cierto tiempo se a?ad¨ªa para conciliar el tiempo humano con el astron¨®mico, como ocurri¨® en 2015 y en 2016.
Los cient¨ªficos sab¨ªan que pasar¨ªa. Sab¨ªan que el d¨ªa no dura exactamente 86.400 segundos y sab¨ªan que m¨¢s tarde o m¨¢s temprano, el tiempo marcado por el movimiento del planeta ser¨ªa diferente del tiempo marcado por los relojes. El d¨ªa no dura exactamente un d¨ªa porque la rotaci¨®n de la Tierra no es exacta. Ren¨¦ Duffard, astr¨®nomo del Instituto de Astrof¨ªsica de Andaluc¨ªa (IAA/CSIC), lo resume as¨ª: ¡°Hist¨®ricamente, se tomaba la rotaci¨®n de la Tierra como la referencia, el patr¨®n para definir un d¨ªa. Se med¨ªa el paso de la estrella por un meridiano, por ejemplo. Ese meridiano de referencia era el de Greenwich¡±. El problema es que el tiempo que tarda la Tierra en girar sobre s¨ª misma no es constante. ¡°Y no lo es por las fuerzas de las mareas de la Luna, las del Sol y, sobre todo, porque el planeta no es un objeto s¨®lido, su corteza se mueve, tiene un n¨²cleo l¨ªquido... y todos estos factores acaban haciendo que el d¨ªa, el tiempo que tarda en dar una vuelta, no sea constante. Y eso lo podemos medir gracias a que tenemos un instrumento superpreciso, los relojes at¨®micos¡±, a?ade Duffard.
Estos relojes at¨®micos son incre¨ªblemente m¨¢s minuciosos. En una explicaci¨®n muy sencilla, dentro llevan un p¨¦ndulo molecular en el que ¨¢tomos de un elemento qu¨ªmico (cesio, iterbio, estroncio...) oscilan de un lado a otro 9.000 millones de veces por segundo. Tal precisi¨®n hizo que se impusieran como los gobernadores del tiempo a mediados del siglo pasado. En la actualidad, una red de 450 relojes at¨®micos (cinco de ellos en Espa?a) marcan el Tiempo Universal Coordinado (UTC). Como el tiempo astron¨®mico (Tiempo Universal o UT1) aumenta su descoordinaci¨®n con el UTC por la rotaci¨®n inexacta de la Tierra, cada cierto tiempo se a?ad¨ªa un segundo intercalar a los registros de los relojes at¨®micos. De no a?adir un segundo bisiesto, la distancia entre las dos formas de contar el tiempo ir¨ªa en aumento, afectando a multitud de sistemas. Desde que se empezaron a a?adir, en 1972, el tiempo UTC y el tiempo UT1 han sido sincronizados 27 veces. A¨²n hay otros 37 segundos de retraso acumulados en este medio siglo. Esta Nochevieja se podr¨ªa haber reducido tal retraso si tras las 23:59:59 llegaran las 23:59:60. Pero no va a ser as¨ª. Los responsables de organizar y medir el tiempo parecen decididos a jubilar el segundo bisiesto.
La Oficina Internacional de Pesas y Medidas (BIPM, por sus siglas en franc¨¦s) es el coordinador mundial de la metrolog¨ªa. En su ¨²ltima reuni¨®n, celebrada el mes pasado, decidieron proponer eliminar el ajuste ofrecido por los segundos intercalares. La decisi¨®n se plante¨® en 2012 y de nuevo en 2015. Pero esta vez parece que van en serio.
¡°Las empresas privadas estaban empezando a crear sus propios patrones o escalas de tiempo¡±Mar¨ªa Dolores del Campo (Centro Espa?ol de Metrolog¨ªa)
Mar¨ªa Dolores del Campo, directora de la divisi¨®n de magnitudes mec¨¢nicas e ingenier¨ªa del Centro Espa?ol de Metrolog¨ªa (CEM), particip¨® en la reuni¨®n de la BIPM sobre el futuro del segundo bisiesto. ¡°Hasta ahora, el tiempo universal coordinado, que es, digamos, el patr¨®n de tiempo internacional usado por la mayor¨ªa de los pa¨ªses para establecer su hora legal, siempre se ha venido adaptando al tiempo astron¨®mico¡±, dice. Cuando la rotaci¨®n de la Tierra llegaba a los 0,9 segundos de retraso, lo solucionaban a?adiendo un segundo intercalar. ¡°Pero los sistemas de navegaci¨®n global por sat¨¦lite o todos los sistemas digitales que tenemos no est¨¢n preparados para hacer saltos de un segundo de vez en cuando¡±, a?ade Del Campo. El mayor riesgo era el fin de la universalidad del tiempo. ¡°Las empresas privadas estaban empezando a crear sus propios patrones o escalas de tiempo¡±, explica. Unas a?ad¨ªan el segundo extra en el ¨²ltimo instante del d¨ªa 31 de diciembre. Otras lo sumaban al primer segundo del A?o Nuevo. Otras, lo que hacen es a?adir el segundo intercalar repartido entre los 86.400 segundos de todo el d¨ªa 31.
¡°Exist¨ªa el peligro de que si t¨² no sabes qu¨¦ escala est¨¢ utilizando el otro, pues haya una incoherencia en las medidas de tiempo¡±, advierte Del Campo. Por ejemplo, las transacciones financieras o las operaciones de Bolsa llevan su marca de tiempo, una marca que puede medirse en nanosegundos y que, en el caso de las cotizaciones, es esencial para establecer el valor de esa transacci¨®n. ¡°Si todas esas transacciones no est¨¢n hechas con una escala de tiempo que sea coherente y ¨²nica, se formar¨ªa el caos¡±, a?ade. As¨ª que han aprobado que deje de introducirse el segundo de aqu¨ª al a?o 2035: ¡°Hasta entonces estudiaremos y consultaremos qu¨¦ hacer en el futuro, si vamos a esperar hasta tener una diferencia a lo mejor de un minuto o de una semana o no volver a hacer una correcci¨®n hasta dentro de 100 a?os...¡±.
La incertidumbre era a¨²n mayor. La tendencia general es que la Tierra gire cada vez m¨¢s despacio sobre s¨ª misma. Pero hay momentos en los que su rotaci¨®n no se frena, sino que se acelera. ¡°Eso significa que en vez de introducir un segundo positivo, ?habr¨ªa que introducir un segundo negativo! Nunca ha pasado. ?C¨®mo podr¨ªa afectar algo as¨ª a todos los sistemas digitales, al control de los sat¨¦lites, a las transacciones...? El problema es que no se puede predecir c¨®mo va a girar la Tierra ahora o dentro de 100 a?os¡±, concluye la experta del CEM.
El capit¨¢n de fragata H¨¦ctor Esteban Pinillos es el jefe de la Secci¨®n de Hora del Real Instituto y Observatorio de la Armada (ROA), el organismo encargado de fijar la hora oficial en Espa?a. Para ¨¦l, a?adir un segundo negativo tendr¨ªa ¡°consecuencias imprevisibles¡±. Hasta ahora la introducci¨®n del segundo intercalar (el ¨²ltimo a?adido fue el 31 de diciembre de 2016) se hac¨ªa v¨ªa software, a?adi¨¦ndolo a cuatro de los relojes de cesio que tiene el ROA y dejando un quinto reloj sin modificar como mecanismo de control. Pinillo coincide con Del Campo en que exist¨ªa el riesgo de que se quebrara la unidad del tiempo. ¡°Los sistemas de sat¨¦lites GPS y Galileo ignoraban el segundo intercalar, quer¨ªan un tiempo de continuo. Solo GLONASS [la red satelital operada por Rusia] lo hab¨ªa implantado¡±, recuerda el capit¨¢n. ¡°Cada vez m¨¢s empresas usaban su propia escala de tiempo. Se estaba perdiendo la unidad del Tiempo Universal Coordinado¡±, concluye.
La decisi¨®n final se tomar¨¢ la pr¨®xima primavera, en una sesi¨®n especial de la Conferencia General de Pesas y Medidas, a celebrar en Par¨ªs. El adi¨®s del segundo bisiesto har¨¢ que el UTC vaya distanci¨¢ndose del tiempo astron¨®mico hasta en un minuto en el pr¨®ximo siglo.
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