Las noticias falsas son los otros: la desinformaci¨®n cient¨ªfica preocupa tanto a los conspiranoicos como a los m¨¢s formados
La ciudadan¨ªa se interesa por temas cient¨ªficos, especialmente aquellos relacionados con la medicina y la salud, pero se informa en las redes sociales, donde encuentra m¨¢s bulos
El p¨²blico general es capaz de detectar la desinformaci¨®n cient¨ªfica. Es m¨¢s, cuando una persona desea informarse con rigor acerca de temas cient¨ªficos, como la salud o alimentaci¨®n, es consciente de que debe acudir a personal sanitario o profesionales cualificados para asesorarse. Sin embargo, la primera fuente de informaci¨®n es internet y las redes sociales, a su vez el principal canal donde se disemina la desinformaci¨®n. Un 62% de los espa?oles encuestados se?alan que es a trav¨¦s de estas aplicaciones donde han recibido informaci¨®n de dudosa calidad cient¨ªfica durante la ¨²ltima semana.
Son algunas de las conclusiones del Informe sobre la desinformaci¨®n cient¨ªfica en Espa?a, de la Fundaci¨®n para la Ciencia y la Tecnolog¨ªa (FECYT), publicado hoy. ¡°Pese a ser unas respuestas aparentemente contradictorias, es un problema de c¨®mo se define desinformaci¨®n¡±, explica la coautora del trabajo Celia D¨ªaz Catal¨¢n, profesora de Sociolog¨ªa de la Universidad Complutense de Madrid, a EL PA?S. ¡°La mentalidad conspirativa va a considerar como informaci¨®n falsa todo lo que no se alinee con su postura¡±, asegura.
La investigadora se ha encontrado un gran recelo hacia las instituciones y a todo tipo de autoridad en el caso de los antivacunas, mientras que ¡°hay una relaci¨®n entre el consumo de medios cl¨¢sicos como la televisi¨®n, radio o prensa con una mayor confianza en ellas¡±, sintetiza. Entre los consultados, la fuente m¨¢s fiable es la radio, con un 58,2% de apoyo, seguida de cerca por las amistades y familiares (56,9%). Adem¨¢s, los medios a los que menos desinformaci¨®n se asocia son la prensa escrita en papel (22%) y la radio (21%).
Reivindico un escepticismo sano con la informaci¨®n, que se pueda dudar sin rechazar el conocimiento cient¨ªfico ni acabes de conspiraci¨®n en conspiraci¨®n neg¨¢ndolo todo; de ah¨ª lo de sanoCelia D¨ªaz Catal¨¢n, Universidad Complutense de Madrid
Este trabajo sobre la propagaci¨®n de la desinformaci¨®n se encuadra dentro de la iniciativa Iberifier, un observatorio de medios digitales de Espa?a y Portugal, impulsado por la Comisi¨®n Europea. El coautor Pablo Cabrera ?lvarez, investigador en el Instituto de Investigaciones Sociales y Econ¨®micas de la Universidad de Essex (Reino Unido), ha se?alado durante la presentaci¨®n del informe c¨®mo su encuesta denota ¡°una preocupaci¨®n en la sociedad por c¨®mo la desinformaci¨®n erosiona la credibilidad y confianza de las instituciones, pues siete de cada 10 personas est¨¢ totalmente de acuerdo con que los bulos tienen la capacidad de manipular las creencias¡±. A menos formaci¨®n acad¨¦mica, como tener solo estudios primarios, m¨¢s inseguridad acerca de la informaci¨®n que se consume, ha indicado Cabrera en su ponencia.
En el informe se desarrolla este aspecto, con una paradoja: ¡°La preocupaci¨®n por la desinformaci¨®n es mayor entre aquellos que apoyan las teor¨ªas de la conspiraci¨®n sobre c¨®mo funciona el mundo¡±, as¨ª como entre quienes conf¨ªan m¨¢s en las instituciones y presentan ¡°un nivel de conocimiento cient¨ªfico alto¡±. El estudio asume que este peculiar resultado ¡ªque polos opuestos est¨¦n preocupados por la informaci¨®n falsa¡ª se debe a los sesgos cognitivos de los participantes. En general, una de cada 10 personas no se siente nada segura de que la informaci¨®n que recibe sea veraz, un porcentaje que casi se duplica cuando se trata de gente que tiene estudios primarios o menos (18%).
La encuesta, que ha consistido en 2.100 entrevistas telef¨®nicas a una muestra de personas mayores de 15 a?os residentes en Espa?a realizada este verano, apunta a un incremento en la confianza en los medios tradicionales, como son la televisi¨®n, la radio y la prensa generalista en tiempos de pandemia. Esto, para Ram¨®n Salaverr¨ªa, catedr¨¢tico de Periodismo en la Universidad de Navarra y coordinador del proyecto Iberifier, se debe a que el ¡°ruido y las m¨²ltiples fuentes de informaci¨®n¡± han provocado que se valore de nuevo las ¡°voces autorizadas¡±.
En el trabajo se se?ala una tendencia clara: a mayor nivel educativo, m¨¢s inter¨¦s por recurrir a medios de verificaci¨®n de informaci¨®n o fact checking como Maldita.es, que colabora con el proyecto. Pero en el c¨®mputo general solo atraen a uno de cada cuatro espa?oles. Las personas mayores, por otro lado, est¨¢n m¨¢s expuestas a la desinformaci¨®n, quiz¨¢ por falta de ¡°herramientas para evaluar la veracidad de lo que les ha llegado al m¨®vil¡±, han expuesto en la presentaci¨®n del trabajo. El perfil medio de alguien que cae menos en la desinformaci¨®n ¡ªy que tampoco la propaga¡ª ser¨ªa una mujer joven y universitaria. Dos tercios de las personas que recibieron informaci¨®n dudosa se?alan las redes sociales como principal fuente.
La alfabetizaci¨®n cient¨ªfica va de la mano de una mayor formaci¨®n medi¨¢tica. Es una vacuna a largo plazo: enfrentarse a la desinformaci¨®n es una cuesti¨®n de democraciaRam¨®n Salaverr¨ªa, Universidad de Navarra y coordinador del proyecto Iberifier
Los autores del estudio han insistido en recomendar la alfabetizaci¨®n cient¨ªfica como forma de luchar contra la desinformaci¨®n. La investigadora principal, D¨ªaz, considera que un mayor conocimiento cient¨ªfico va de la mano de m¨¢s cultura democr¨¢tica, as¨ª como un fortalecimiento en la confianza en las instituciones, a las que considera ¡°herramientas en paralelo¡±. En ese sentido, la mayor¨ªa de las personas muestran inter¨¦s en temas como medicina y salud (68%), alimentaci¨®n y bienestar f¨ªsico (68%) y ciencia y tecnolog¨ªa (61%).
La profesora incide en la necesidad de un escepticismo sano a la hora de evaluar toda la informaci¨®n que llega al p¨²blico, por cualquier v¨ªa: ¡°Que se pueda dudar de una informaci¨®n sin que rechaces el conocimiento cient¨ªfico en su conjunto ni acabes en la conspiraci¨®n por la conspiraci¨®n neg¨¢ndolo todo¡±. ¡°De ah¨ª que lo llame sano¡±, abunda.
En las conclusiones del informe, los autores insisten en recomendar la creaci¨®n de instituciones intermedias como forma de reforzar la verificaci¨®n de la informaci¨®n, tanto para el p¨²blico como para los periodistas, para que los profesionales de la informaci¨®n cuenten con fuentes rigurosas.
El profesor de la Universidad de Navarra considera esto un punto clave: ¡°La alfabetizaci¨®n cient¨ªfica va de la mano de una mayor formaci¨®n medi¨¢tica, en saber c¨®mo funcionan los medios. Esto es como una vacuna, una met¨¢fora precisa, porque en este caso consiste en elaborar destrezas intelectuales a largo plazo: enfrentarse a la desinformaci¨®n es una cuesti¨®n de democracia¡±.
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