La informaci¨®n falsa llega m¨¢s lejos, m¨¢s r¨¢pido y a m¨¢s gente que la verdadera
Un estudio impulsado por Twitter detecta que la difusi¨®n de bulos en las redes afecta a todos los ¨¢mbitos, pero sobre todo al pol¨ªtico
El pasado martes, dos hombres fueron arrestados por amenazas terroristas tras aparecer en una iglesia de Texas en la que hab¨ªan matado a tiros a 26 personas el pasado noviembre. Los detenidos aseguraban que el tiroteo fue un invento del Gobierno y acusaron al pastor de que su hija, asesinada en aquel incidente, nunca hab¨ªa existido. Esa matanza es la quinta m¨¢s sangrienta de la historia de EE UU, pero gracias a la imparable capacidad viralizadora de plataformas como YouTube, Facebook y Twitter, mucha gente se ha cre¨ªdo teor¨ªas conspirativas que aseguran que son invenciones propagand¨ªsticas. Y el problema es que estas mentiras, sobre todo si son pol¨ªticas, se extienden de manera formidable por las redes.
Los bulos de internet terminan teniendo graves consecuencias en la vida real, como tambi¨¦n sucedi¨® con el atentado del marat¨®n de Boston, lo que motiv¨® a un equipo de investigadores del MIT a interesarse por su propagaci¨®n. Seg¨²n su trabajo, que publica la revista Science, las informaciones falsas se difunden ¡°significativamente m¨¢s lejos, m¨¢s r¨¢pido, m¨¢s profunda y ampliamente¡± que las verdaderas ¡°en todas las categor¨ªas de informaci¨®n, y los efectos fueron m¨¢s pronunciados para noticias pol¨ªticas falsas¡±. M¨¢s que en otros ¨¢mbitos tambi¨¦n impactantes o controvertidos como el terrorismo, los desastres naturales, la ciencia, las leyendas urbanas o la informaci¨®n financiera. Se trata de las conclusiones del que quiz¨¢ sea el estudio m¨¢s importante sobre la difusi¨®n online de falsedades, que firma el propio jefe cient¨ªfico de Twitter, Deb Roy, con datos y financiaci¨®n proporcionados por esta red social. Los expertos ya avisan de que dar¨¢ mucho que hablar.
De media, las informaciones falsas reciben un 70% m¨¢s retuits que las veraces, es decir, que los usuarios las comparten mucho m¨¢s entre sus seguidores, ayudando a multiplicar su difusi¨®n. Del an¨¢lisis pormenorizado de 126.000 afirmaciones difundidas en Twitter entre 2006 y 2017 los investigadores han descubierto que las mentiras, adem¨¢s, triunfan porque suelen provocar respuestas de temor, indignaci¨®n y sorpresa.
Los investigadores se centraron en informaciones que ya han sido contrastadas por plataformas de fact-checking, como Snopes y Politifact, para poder comparar sin dudas el viaje que realiza por Twitter una noticia falsa frente a otra que se hab¨ªa comprobado como cierta. La difusi¨®n de falsedades se vio favorecida por su viralidad, al contagiarse entre iguales. En el otro extremo, a las afirmaciones veraces analizadas les llev¨® seis veces m¨¢s tiempo alcanzar a 1.500 personas que a los bulos. Las mentiras pol¨ªticas no solo se comparten m¨¢s, es que corren como la p¨®lvora: alcanzan a m¨¢s de 20.000 personas casi tres veces m¨¢s r¨¢pido de lo que tarda el resto de noticias falsas en llegar a 10.000 individuos, seg¨²n han calculado en este trabajo. Los autores del estudio, como todos los especialistas de este campo, evitan conscientemente el concepto de fake news porque est¨¢ completamente desvirtuado por su uso partidista.
De media, las informaciones falsas reciben un 70% m¨¢s retuits que las veraces
Los investigadores tambi¨¦n hicieron un descubrimiento sorprendente: los usuarios que difunden noticias falsas, las que llegan m¨¢s lejos, no tienen cuentas importantes o muy seguidas. Al contrario, tienen menos seguidores, siguen a menos personas, son menos activos y llevan menos tiempo en Twitter que aquellos que difunden afirmaciones veraces. ¡°La falsedad se difunde m¨¢s lejos y m¨¢s r¨¢pido que la verdad a pesar de estas diferencias, no a causa de ellas¡±, asegura el estudio.
Adem¨¢s, los autores llegan a una conclusi¨®n muy llamativa sobre los bots, esas cuentas fraudulentas automatizadas cuyo prop¨®sito es enga?ar o generar confusi¨®n: ¡°Al contrario de lo que se cree, los robots aceleraron la difusi¨®n de noticias verdaderas y falsas al mismo ritmo, lo que implica que las noticias falsas se extienden m¨¢s que la verdad porque los humanos, no los robots, tienen m¨¢s probabilidades de propagarlo¡±.
Los autores, aunque contaban con toda la colaboraci¨®n de Twitter, usaron un reciente m¨¦todo de detecci¨®n de bots ¡ªcreado por acad¨¦micos como Emilio Ferrara y Filippo Menczer¡ª para tratar de cazarlos y eliminarlos del an¨¢lisis, para comprobar cu¨¢l era su peso real. Seg¨²n sus c¨¢lculos, estas cuentas tramposas tuvieron la misma influencia en la difusi¨®n de bulos y verdades, por lo que los autores concluyen que, por tanto, si las noticias falsas llegan m¨¢s lejos ser¨¢ culpa de los usuarios de carne y hueso. ¡°El comportamiento humano contribuye m¨¢s a la diferente propagaci¨®n de falsedades y verdades que los robots automatizados. Esto implica que las pol¨ªticas de contenci¨®n de desinformaci¨®n tambi¨¦n deber¨ªan enfatizar las intervenciones sobre el comportamiento, en lugar de centrarse exclusivamente en restringir bots¡±, escriben los autores.
Las mentiras pol¨ªticas corren como la p¨®lvora: alcanzan a m¨¢s de 20.000 personas tres veces m¨¢s r¨¢pido que el resto de bulos en llegar a 10.000 individuos
Para Takis Metaxas, investigador de Wellesley y Harvard, resulta ¡°extra?o¡± que Roy y su equipo no usaran las herramientas de la plataforma para identificar a estos bots. ¡°?Por qu¨¦ los autores no usaron el algoritmo de detecci¨®n de bot propio de Twitter? Twitter tiene m¨¢s datos, como la direcci¨®n IP, y deber¨ªa contar con una mejor detecci¨®n de bots¡±, se pregunta Metaxas, experto en difusi¨®n de bulos online y ajeno a este estudio de Science. ¡°Al mismo tiempo¡±, a?ade, ¡°incluso si la afirmaci¨®n sobre los bots es correcta para los ¨²ltimos a?os, la situaci¨®n puede cambiar en cualquier momento dada la creciente sofisticaci¨®n del desarrollo de bots¡± que se ha convertido en una carrera del gato y el rat¨®n para dar caza a los manipuladores de las redes.
Twitter proporcion¨® fondos y acceso a datos para respaldar esta investigaci¨®n y dio permiso para publicar los resultados. Entre esos datos estaban los archivos hist¨®ricos, que incluyen todos los tuits que se han realizado, desde el primero, lejos de las limitaciones que suelen tener los investigadores independientes que solo tienen acceso a los ¨²ltimos 3.200 tuits de una cuenta.
No obstante, Metaxas considera correcta la conclusi¨®n de este estudio ¡ª¡°va a crear mucho debate¡±¡ª que las personas son las principales propagadoras de falsedades. ¡°Los seres humanos que viven en una c¨¢mara de eco pueden propagar cosas rid¨ªculas. Sabemos por varios estudios de psicolog¨ªa que las personas aplican su sesgo de confirmaci¨®n a su pensamiento y prefieren creer lo que confirma con lo que ya creen. Es mentalmente demasiado exigente para las personas cambiar de opini¨®n y lo evitan incluso en presencia de evidencia en contra de sus creencias anteriores¡±, asegura el especialista.
Las noticias falsas se extienden m¨¢s que la verdad porque los humanos, no los robots, tienen m¨¢s probabilidades de propagarlo¡±, asegura el estudio
Coincide con Metaxas otro investigador ajeno al estudio, Walter Quattrociocchi, ya que coincide con sus propias investigaciones sobre el sesgo de confirmaci¨®n. ¡°Los usuarios adquieren informaci¨®n que se adhiere a su narrativa preferida, incluso si contienen afirmaciones falsas, e ignoran la informaci¨®n disidente¡±. Es por esto por lo que Quattrociocchi, muy esc¨¦ptico con el papel que pueden desempe?ar los proyectos de verificaci¨®n de informaciones, bromea: ¡°Cuando veo a los fact-checkers mi impresi¨®n es la de ver al Santo Oficio luchando contra el pensamiento her¨¦tico¡±.
Este trabajo en Science va en sinton¨ªa con el prop¨®sito de enmienda manifestado recientemente por Twitter, despu¨¦s de verse en el centro del hurac¨¢n por el uso que se ha dado a esta plataforma para la manipulaci¨®n pol¨ªtica. Desde noviembre de 2016 se ha venido mostrando como Twitter, junto a otras redes sociales, sirvi¨® para propagar desinformaci¨®n, ideas extremistas y mensajes polarizadores, en algunos casos de forma deliberada para enga?ar a la poblaci¨®n, intoxicar la conversaci¨®n p¨²blica y manipular procesos electorales en EE UU, Alemania, Francia, Reino Unido y Espa?a. Tras la presi¨®n recibida, Twitter asegur¨® que abrir¨ªa sus puertas a la colaboraci¨®n con expertos externos para mejorar la salud de Twitter con m¨¢s transparencia.
Aunque el estudio cuenta con el apoyo y la financiaci¨®n de Twitter, los investigadores no usaron el algoritmo de la compa?¨ªa para detectar cuentas fraudulentas
Muchos especialistas han se?alado que Twitter ha recibido demasiados palos precisamente porque proporciona datos a los investigadores para su an¨¢lisis, frente a la opacidad absoluta de otras plataformas. ¡°La gran historia aqu¨ª es que Facebook, que es mucho m¨¢s influyente en la difusi¨®n de informaci¨®n falsa, no ha hecho pr¨¢cticamente nada para proporcionar datos para su estudio¡±, se?ala Metaxas. Y a?ade: ¡°Facebook se ha visto comprometido una y otra vez, y ellos tienen la mayor parte de la responsabilidad de la propagaci¨®n de mentiras en su plataforma¡±.
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