Los seguidores de las teor¨ªas conspiranoicas se sienten especiales, arropados y heroicos
El ¨¦xito de Qanon no depende de que se cumplan o no las profec¨ªas, sino de la sensaci¨®n de comunidad y el prop¨®sito idealista
La ciudad entera iba a ser arrasada por una inundaci¨®n divina. Esa era la profec¨ªa que se cumplir¨ªa el 21 de diciembre de 1954 y que hab¨ªa llevado a los m¨¢s devotos creyentes de la secta a vender sus posesiones y a esperar que los platillos volantes los rescataran. Un grupo de psic¨®logos, comandados por Leon Festinger, vieron una oportunidad dorada de analizar cu¨¢l ser¨ªa la reacci¨®n del grupo cuando las naves no llegaran y se infiltraron en ¨¦l. Ten¨ªan una intuici¨®n: al llegar la gran decepci¨®n, los m¨¢s fervientes no dejar¨ªan de creer e incluso reafirmar¨ªan sus dogmas. En efecto: llegado el momento, y tras la confusi¨®n inicial, se convencieron de que la divinidad se hab¨ªa conmovido por sus rezos y hab¨ªa detenido el castigo. A partir de aqu¨ª se desarroll¨® el concepto de la disonancia cognitiva: cuando el cerebro se enfrenta a una contradicci¨®n de ese calibre entre los hechos y las creencias, o niega los unos, o corrige las otras. Era imposible no recordar el libro de Festinger Cuando las profec¨ªas fallan al ver a los miembros de QAnon llorar y lamentarse durante la toma de posesi¨®n de Joe Biden como presidente de EE UU. Estaban esperando el arresto de todos los dem¨®cratas, pero esos platillos volantes nunca llegaron.
QAnon tiene todos los elementos para ser la primera teor¨ªa de la conspiraci¨®n surgida de las redes que se convierte casi en una religi¨®n o un culto sectario, saltando desde los foros m¨¢s exaltados de Internet hasta familias m¨¢s convencionales por todo EE UU. Seg¨²n los especialistas, el ¨¦xito no depende de que se cumplan o no las profec¨ªas, sino de la sensaci¨®n de comunidad y el prop¨®sito idealista: se sienten arropados y heroicos. En un entorno de incertidumbre descontrolada y tras a?os de promoci¨®n desde las ¨¦lites de los ¡°hechos alternativos¡±, los seguidores de QAnon son v¨ªctimas de esta explicaci¨®n simplista que apacigua la inquietud de sus cerebros y que se han propagado sin control en redes y medios. ¡°Viven en su propia ¡°burbuja epist¨¦mica que se realimenta, en un narcisismo colectivo de quienes se creen en posesi¨®n de la verdad¡±, seg¨²n Jos¨¦ Manuel Sabucedo, catedr¨¢tico de Psicolog¨ªa Social de la Universidad de Santiago de Compostela. Y a?ade: ¡°Se sienten los elegidos, pero al mismo tiempo v¨ªctimas de un enemigo que les niega ese reconocimiento que merecen¡±. Para Carol Galais, investigadora sobre movimientos sociales de la Universitat Aut¨°noma de Barcelona, ¡°hay un elemento emocional muy relevante y diferenciador: la ira, el enfado¡±. ¡°Se orienta hacia un actor pol¨ªtico y hace m¨¢s probable la coordinaci¨®n para una acci¨®n pol¨ªtica, aunque sea tan descabellada como los eventos del Capitolio¡±, indica Galais.
Su ¨¦xito no depende de que se cumplan las profec¨ªas, sino de la sensaci¨®n de comunidad y el prop¨®sito idealista: se sienten arropados y heroicos
En un estudio reciente se analizaron los datos de 56 grupos de teor¨ªas de la conspiraci¨®n en Reddit (un foro de Internet) y observaron que el factor determinante para la captaci¨®n de un nuevo miembro del grupo se da cuando mantiene di¨¢logos con un creyente y vive cierta marginaci¨®n fuera de estos foros. En ese aspecto, el paralelismo con las sectas es claro: se rompe con la familia al discutir sobre la existencia de Q, por ejemplo, y se sufre un ostracismo que en tiempos de pandemia es especialmente f¨¢cil de lograr. ¡°Un factor clave que permite a las sectas aferrarse a sus creencias ante la clara evidencia de que est¨¢n equivocadas es el apoyo social¡±, escribe el psic¨®logo social Jay Van Bavel, de la Universidad de Nueva York. Desde su perspectiva, es poco probable que un solo creyente aislado pueda insistir en sus falsas creencias sobre Q, pero un grupo de seguidores ¡°pueden apoyarse mutuamente y reforzarlas¡±. Y a?ade una advertencia: ¡°Las burlas de los no creyentes solo hacen que sea mucho m¨¢s dif¨ªcil para los adeptos retirarse del movimiento y admitir que estaban equivocados¡±.
Los miembros de la secta que analiz¨® Festinger encontraron una forma de huir hacia delante, y los de QAnon tambi¨¦n dar¨¢n con la forma de resolver sus disonancias cognitivas. ¡°El Elegido ha fallado¡±, resume Galais. ¡°Previsiblemente, los creyentes se dividir¨¢n entre los que seguir¨¢n siendo fieles a Trump, al menos un tiempo, y los que dejen caer esta creencia en concreto para salvar la mayor parte del resto del esquema mental Q¡±, sugiere. Y a la larga, opina, esta ser¨¢ la estrategia hegem¨®nica: Trump no era el elegido. ¡°Pueden sacrificar este elemento de la profec¨ªa y salvaguardar su sentimiento de identidad com¨²n, as¨ª como el resto de creencias¡±, se?ala. Sabucedo cree que la idea predominante ser¨¢ la de que lo que hicieron ¡°funciona¡±, algo que les animar¨¢ a mantenerse activos, quiz¨¢ ligados a otros grupos extremistas: ¡°Estuvimos cerca¡¯, pensar¨¢n, ¡®esta vez no pudo ser porque nos fall¨® el vicepresidente o quien sea, pero no ¨¦ramos nadie y casi lo conseguimos¡±.
Tu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo
?Quieres a?adir otro usuario a tu suscripci¨®n?
Si contin¨²as leyendo en este dispositivo, no se podr¨¢ leer en el otro.
FlechaTu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PA?S desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripci¨®n a la modalidad Premium, as¨ª podr¨¢s a?adir otro usuario. Cada uno acceder¨¢ con su propia cuenta de email, lo que os permitir¨¢ personalizar vuestra experiencia en EL PA?S.
En el caso de no saber qui¨¦n est¨¢ usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contrase?a aqu¨ª.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrar¨¢ en tu dispositivo y en el de la otra persona que est¨¢ usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aqu¨ª los t¨¦rminos y condiciones de la suscripci¨®n digital.